De las notas que aparecen en los periódicos se desprende que José Fernando Gonzáles Sánchez, empezó su carrera en la Secretaría de Educación Pública después de contraer nupcias con Maricruz Montelongo, hija de la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo. En efecto, antes presidió el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político del PRI y de ahí a titular de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación. Se dice que su influyente suegra logra ahora colocarlo en la Subsecretaría de Educación Básica, mediante el argumento de que esa dependencia es de interés especial para la organización que ella preside, que es el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE. Se comenta que es evidente que ese nombramiento obedece a una cuota política que están pagando el Gobierno Federal a la profesora por su reciente participación en la campaña electoral del actual presidente Felipe Calderón. De ser así, la lideresa estaría pasando una factura por sus servicios. Creo que eso es valedero. Un candidato requiere apoyos, luego si los obtuvo, justo es que retribuya a Elba Esther acomodando a su gente dentro de la Administración que preside. Es el juego, son las reglas de la política, qué se le va a hacer.
Nomás faltaba que se rehusara a cumplir lo que se volvió un compromiso al aceptar la ayuda que le proporcionaba la profesora. Lo que sí parece es que le dio a Elba Esther un descolón al no llamarla a formar parte de su Gabinete. En eso me parece que el presidente se dejó llevar por el consejo de sus asesores formado por gente que considera a la profesora como persona conflictiva que da vía libre a sus emociones capaz de permitir que un asunto personal la hiciera cambiar de chaqueta. Quizá lo que más le perjudicó fue la puñalada que le asestó a su partido político con el que traía pleito casado hasta el momento que fue expulsada. Calculó que sus diferencias con Roberto Madrazo al que combatió ferozmente, no le causarían el menor daño pero lo real es que ninguno de los dos salió indemne. Luego, volviendo al yerno, es normal y a nadie debe asustar que ocupe la plaza a consecuencias de su cercanía con la profesora. Si es un premio de consolación o no por haber sido preterida en su legítimo deseo de ocupar la titularidad de la Secretaría de Educación, lo que en verdad importa es si el nuevo subsecretario está preparado para ocupar el cargo y si no tiene cola que le pisen.
Hay acusaciones públicas de que actúo de forma discrecional en la asignación de viviendas en el Fovisste y de ser el responsable del manejo poco transparente de los recursos del sindicato. Eso sí que es grave, si se llega a justificar. Ahora que es fácil abrir la boca, lo difícil será probar, en caso de que el yerno resulte un verdadero mano larga. No ha gustado que la secretaria del ramo Josefina Vázquez Mota al dar a conocer la posición del Gobierno se concrete a señalar que se evaluará el trabajo que Fernando realice en la Secretaría a través del IFAI, la Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y un tal Instituto de Evaluación, lo que no quiera darse cuenta es que se está poniendo en tela de duda la honorabilidad del yerno de la profe Elba Esther en que se habla de un tenebroso pasado, lo que debió tenerse en cuenta antes de signar su nombramiento. Si en el futuro hace un buen papel, desempeñando su cargo de subsecretario, con capacidad y decencia, es otro boleto.
Las cosas no le pintan bien a la profesora pues el atrevimiento de descalificar a Josefina Vázquez Mota, a través del sindicato de maestros, el mismo día en que fue nombrada como titular de la Secretaría de Educación Pública, puede traer problemas en un futuro inmediato. Por supuesto que lo anterior podría estar considerado una amenaza en el estilo coloquial de los revolucionarios: tate quieta o te quebro. Lo cierto es que no ha tenido que esperar mucho por la respuesta pues en los diarios se ha dado a conocer que la dirigente sindical sólo en bienes inmuebles ha acumulado una fortuna multimillonaria. Con datos, pelos y señales se indica la localización y costo de cada propiedad. El yerno, en sí, es un acuerdo consentido en la praxis política, lo que en dado caso podría constituir al interior de la organización sindical, un síntoma inequívoco de nepotismo gremial. Por lo pronto cabe pensar que la publicación de sus bienes no es otra cosa que una acalambrada para que se dé cuenta que también tiene su historia.