EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Como en un Juego de Monopolio, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en este sexenio fundó un partido político y una central de sindicatos de burócratas, además de que actualizó sus posiciones en el poder Legislativo federal.
Es un músculo de poder político y económico en plena forma, nutrido por un sector educativo que, paradójicamente, no pudo elevar la calidad de la enseñanza ni romper antiguos círculos viciosos de los que el magisterio es parte.
El éxito sexenal del SNTE incluye un gobernador y una lista de diputados locales y alcaldes, así como diversos puestos en la Administración federal, como es el ISSSTE, cuya dirección general se considera podría conservar en el próximo Gobierno de Felipe Calderón.
Respecto de escalar ahora a una secretaria del Gabinete del próximo Gobierno, y en particular la Secretaría de Educación Pública (SEP), el secretario general del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán, reitera que ni Elba Esther Gordillo, quien encarna el principal liderazgo del sindicato, como ningún otro dirigente magisterial están ?buscando chamba?.
Reconoce que les interesa influir en la política de Estado en educación, y marca distancia del actual titular del ramo, Reyes Tamez Guerra: ?No le gusta cuando le dicen que México es un país de reprobados; y él es el primer reprobado?.
El éxito del SNTE -que encabeza Gordillo desde hace 17 años, curiosamente el mismo tiempo que Carlos Jongitud Barrios fue líder de los maestros-, está significado por años de vacas gordas a base de una alimentación rica en cuotas sindicales (uno por ciento de las percepciones de cada trabajador.)
Uno de los secretos mejor guardados es el monto mensual y anual de dichas cuotas, así como el destino de los recursos de casi 1.5 millones de sindicalizados.
A esa fuente se debe agregar los conceptos de un amplio catálogo de prestaciones que administra el sindicato y que otrora le permitió ejercitar el control de los maestros.
Estudios de investigadores del tema magisterial como Aldo Muñoz, Marco Leyva Piña, Manuel Arnaut y Raciel Trejo, describen la forma en que se gestó la mecánica de relaciones de poder dentro del SNTE, y su papel en el escenario político nacional, desde su creación en 1943.
En casi siete décadas transcurridas el número de miembros del sindicato se elevó de decenas de miles a casi 1.5 millones de ahora, y el gasto educativo año con año es el más alto del Gobierno en México.
Una cronología de la estudiosa María Eulalia Benavides, en la investigación colectiva ?SNTE; Sindicato Magisterial en México?, permite visualizar tres etapas en trozos sexenales y en ella la disputa por salarios y prestaciones y el logro de posicones políticas son constantes.
La primera etapa corre de su fundación en 1943, con la función de control sobre el magisterio y como aparato electoral del PRI; siguió la etapa de Vanguardia Revolucionaria, de Carlos Jongitud Barrios, que coincidió con la expansión gremial con beneficios para una camarilla corrupta que iba tras el reparto de las cuotas de poder político.
El SNTE de la era de Jongitud ?se convirtió en uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de la educación?, señala un estudio del investigador Raciel Trejo. Resalta las causas de ese daño: el perder sus verdaderos fines, al dar cabida a la corrupción, burocracia, incongruencia. Todo por el afán de una conquista de poder político y económico.
En 1989, la delegada en Gustavo A. Madero (una posición del SNTE) Elba Esther Gordillo es designada al frente del poderoso sindicato. En la investigación ?SNTE; Sindicato Magisterial en México? se expone: ?ella, al conocer su designación, se comunicó inmediatamente con el Ejecutivo Federal (Carlos Salinas) a fin de reiterarle su disposición para el ejercicio del control del SNTE y los diversos grupos jongitudistas?.
Quién diría que la lideresa de profesores de Ciudad Nezahualcóyotl, al paso de otros 17 años sería la cabeza de un emporio político sindical, con derecho de picaporte en el despacho del presidente Vicente Fox y de su esposa Marta Sahagún.
Cuentan que en aquel arranque el presidente del PRI, Luis Donaldo Colosio, la apoyó para abrirse puertas y le acercó colaboradores. Rápidamente se valió sola. Su signo ahora es la intensa actividad política. ¿Doscientos telefonemas parecen muchos? Es la media en el trajín del poder de Gordillo en las esferas de la élite de México. Y la base de todo es el sindicato.
El SNTE ha crecido tanto que ?es tremendamente impresionante?, dice Rafael Ochoa Guzmán, el número dos en la cadena de mando.
La organización vivió una modernización: tiene voto secreto, no hay afiliación obligatoria a ningún partido, ni cláusula de exclusión. Pero el destino del dinero (se supone una base mínima de 850 millones de pesos anuales) lo ordenan unos cuantos.
Los investigadores Marco Antonio Leyva Piña, Janette Góngora Soberanes y Javier Rodríguez Lagunas, de la UAM-Azcapotzalco encuentran que con Vicente Fox, ?el SNTE (en lo sindical) parecería ser el modelo de interlocución presidencial?, pero advierten que la organización ?carga con inercias y déficit de todo tipo?. Lamentan ?que tiene un potencial económico y de poder mal aprovechado por ser usado para fines partidarios y de líderes en todos los niveles del sistema educativo?.