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CANBERRA, AUSTRALIA.- Un arpón cazador de ballenas japonés casi atina en un bote hinchable cargado de ecologistas, causando la caída de uno de ellos al agua fría, advirtiendo así que la guerra entre ambas posturas se hace cada vez más peligrosa.
El bote Arctic Sunrise de Greenpeace ha estado espiando a la flota japonesa cazadora de ballenas durante varias semanas en un intento de desestabilizar la caza anual japonesa de estos mamíferos, incitando a un enfrentamiento acalorado el ocho de enero cuando el barco de la organización y uno japonés chocaron.
En el último incidente del sábado, el arpón entró un metro en el bote hinchable al tiempo que éste intentaba proteger a una ballena minke, dijo el grupo medioambiental.
La parte delantera del arpón tiró a uno de los activistas al agua. Éste pudo regresar al bote sin heridas.
El líder de la expedición de Greenpeace, Shane Rattenbury, dijo que los balleneros estaban asumiendo más riesgos para completar sus capturas en las aguas antárticas del sur de Australia.
“Existe definitivamente un nivel creciente de tensiones aquí y los arponeros están definitivamente comenzando a disparar a lo que quizá hace una semana o dos no hubiesen disparado”, dijo Rattenbury.
“Ayer lo llevó a nuevo nivel, estamos muy preocupados por eso”, dijo, quien añadió que el incidente podría obligar a Greenpeace a revisar sus tácticas.
No obstante, el Instituto japonés de Investigación de Cetáceos en Tokio dijo fue Greenpeace quien estaba asumiendo más riesgos para permanecer en el punto de mira de los medios.
El jefe del Instituto, Hiroshi Hatanaka, dijo en un comunicado que Greenpeace puso en peligro su bote hinchable al acercarlo a la proa del barco ballenero cuando el arpón disparó.
“Nuestro arponero tuvo una oportunidad clara y la aprovechó. El golpe era perfecto y la ballena resultó muerta al instante”, dijo.
“El hecho que la cuerda cayera sobre su hinchable y uno de los activistas cayese al agua es completamente su culpa. Nosotros también estamos preocupados porque van al límite y eso lo hace más peligroso para ellos”, agregó.
Australia, un fuerte oponente del programa de caza de ballenas de Japón, ha rehusado intervenir enviando barcos para supervisar la caza y las protestas.
El ministro de Exteriores, Alexander Downer, dijo la semana pasada que Australia simpatizaba con los ecologistas, pero dijo que tenían que asegurarse que sus protestas fueran pacíficas y que no hacían daño a nadie.