Al día de hoy, la anunciada y luego retirada renuncia de Emilio Chuayffet a la coordinación de la bancada priista en la Cámara de Diputados, previa petición de licencia, no ha sido más que un mohín destinado a presionar a Roberto Madrazo Pintado, para que el ex gobernador mexiquense sea anotado en lugar preferente en la lista de candidatos a senadores por la vía plurinominal. En este momento no es más que eso, un juego de vencidas intentado por Chuayffet para continuar una carrera legislativa iniciada hace tres años sin especiales augurios de éxito.
Luego de un prolongado retiro de la política formal, iniciado en enero de 1998, cuando el presidente Ernesto Zedillo lo despidió de la secretaría de Gobernación en que había despachado tres años y medio, Chuayffet fue elegido diputado en 2003 en la lista de los candidatos priistas de representación proporcional. Estaba destinado a ser sólo uno más entre los legisladores de su bancada. Aspiró a presidir la Comisión de Puntos Constitucionales para la que se sentía especialmente calificado, pero Elba Ester Gordillo puso en ese lugar a Miguel Ángel Yunes (con quien el mexiquense acaba de librar una escaramuza verbal y vulgar) Chuayffet ni siquiera tenía relevancia en la diputación de su estado, pues la encabezaba Alfredo del Mazo, que como gobernador había sido jefe de Chuayftet, a quien designó secretario de Educación, Cultura y Bienestar.
Roberto Madrazo había intentado evitar que su aliada Gordillo asumiera la coordinación de la bancada priista, no obstante que habían pactado ese paso. Se desembarazó de ella al comenzar diciembre de 2003, a pesar que juntos habían acordado, bajo la inspiración del ex presidente Carlos Salinas y con la presencia del secretario Francisco Gil una reforma fiscal que comenzaba por gravar con el Impuesto al Valor Agregado fármacos y alimentos, Madrazo se escudó tras esa iniciativa como si le fuera ajena para deponer a Gordillo y establecer en su lugar a Manlio Fabio Beltrones, tal como pretendió hacer desde el comienzo de la Legislatura. Pero como no todos los antigordillistas eran madracistas, en la confusión Chuayfett se las arregló para reemplazar a Gordillo. Del Mazo quizá no soportó que su antiguo colaborador resultara en cierto modo su jefe y solicitó licencia apenas concluido el primer periodo ordinario de sesiones.
La contienda en el PRI por la candidatura presidencial puso en aprietos a Chuayffet ya que necesitaba de la confianza de Madrazo para su desempeño legislativo y al mismo tiempo estaba obligado, como lo hizo, a solidarizarse con las aspiraciones del gobernador Arturo Montiel. Éste había llegado a su cargo con apoyo de Chuayffet, que aprovechó al efecto el menguante poder que le restaba como ex gobernador y como despedido secretario de Gobernación.
El súbito retiro de Montiel de la disputa interna, previsora decisión que trataría de que no surgiera nueva y más comprometedora información que la de su expansión inmobiliaria, alivió la ambigüedad en que debió moverse Chuayffet, que pudo entonces mostrarse madracista, definición de la cual esperaba una contraprestación.
Quería ser senador. Se le respondió afirmativamente, pero se le pidió que contendiera por una curul de mayoría. La misma instrucción o sugerencia fue acatada por otros ex gobernadores como Francisco Labastida, Ángel Heladio Aguirre Rivero, Jesús Murillo Karam, pero no por Chuayffet, que probablemente no quiso correr el riesgo de una derrota. Si bien el PRI es la primera fuerza mexiquense, en cuanto a número de votos, no es seguro que esa primacía se mantenga. Obliga a tener cautela el resultado de la elección municipal y legislativa de marzo pasado, que evidenció un notorio retroceso de la presencia priista comparada con los comicios para gobernador en julio pasado. Chuayffet no quiso protagonizar una campaña en que rondaría el fantasma de la derrota, pues las condiciones políticas de su entidad han mudado considerablemente desde que fue elegido alcalde de Toluca en 1982 y gobernador en 1993. Entonces sus giras fueron marchas triunfales.
Ya no lo sería, ya no lo será la que busque el voto para los candidatos a senadores y diputados federales. Ni siquiera puede tenerse por seguro alcanzar, de perdida, la curul de primera minoría, pues si es verdad que Madrazo se perfila como ocupante del tercer lugar en la contienda presidencial, ése podría ser el sitio de su partido en la elección legislativa, al menos en algunos lugares.
La intención de Chuayffet, por lo tanto, era estar incluido en la lista de aspirantes por la vía plurinominal. Pero su aspiración fue desatendida. En cambio Del Mazo, su antiguo jefe, quedó enlistado, sin importar que su antecedente más inmediato fuera su deserción de la Legislatura y otro no demasiado remoto fuera su derrota en la batalla por el Gobierno del Distrito Federal, ante el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
La exclusión de Chuayffet no es definitiva, pues la lista correspondiente puede ser registrada hasta el 15 de abril. Por eso el coordinador de la bancada priista amagó con irse y de inmediato retiró la amenaza, pues de lo que se trata es de presionar a Madrazo para que se enmiende la decisión que lo afecta.
Puede ser que triunfe en este lance y sea candidato, aunque para su entera satisfacción deberá contar entre los primeros lugares de la lista, porque una votación menguada podría dejarlo fuera. Eso resolverá el caso de Chuayffet pero no el del resto de diputados resentidos como él.