En el documento titulado "Dios es amor", Benedicto explora la relación entre el amor divino hacia la humanidad y las obras de caridad de la Iglesia.
CIUDAD DEL VATICANO (AP) .- El papa Benedicto XVI dijo el miércoles en su primer encíclica que la Iglesia Católica no tiene deseo alguno de gobernar países o fijar las políticas públicas, aunque al mismo tiempo no puede guardar silencio cuando presta ayuda a los necesitados.
En el largamente esperado documento titulado "Dios es Amor", Benedicto explora la relación entre el amor de Dios por la humanidad y las labores de la iglesia en el terreno de la caridad, señalando que los dos están relacionados y son la base de la fe cristiana.
La encíclica, de 71 páginas y esperada como un panorama de los principales intereses del Papa, con seguridad señalará las primeras fases de su pontificado como uno marcado por el regreso a las bases de la cristiandad, con un análisis del amor y la necesidad de realizar labores de caridad más grandes en un mundo injusto.
En la encíclica, Benedicto dice que la labor de la iglesia en favor de las viudas, los enfermos y los huérfanos forma parte de su misión como los sacramentos y la evangelización.
Sin embargo, señaló que los trabajadores de la iglesia no deben de usar su labor con fines proselitistas o para promover una ideología política en particular.
Advierte sobre sexo sin amor
El papa Benedicto XVI advirtió el miércoles en su primera encíclica que el sexo sin amor incondicional podía convertir al hombre y a la mujer en una mercancía.
En su documento de 71 páginas, titulado "Dios es Amor", el pontífice exploró el amor erótico entre el hombre y la mujer, al que catalogó como "eros", y la palabra griega "agape" (incondicional).
Dijo que ambos conceptos estaban más unidos que nunca en el matrimonio entre un hombre y una mujer, en el que un amor codicioso pasa a ser un amor del uno por el otro, y en el amor incondicional de Dios por la humanidad.