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Empleos futuros/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Al pobre no le des un pescado: dale una caña y enséñalo a pescar”. 45

Proverbio chino

Sao Paulo, Brasil.- Los empleos del pasado, esos que daban un sueldo bajo pero seguro a todo lo largo de la vida, están desapareciendo. Y los pocos que quedan los están monopolizando los sindicatos.

Están surgiendo nuevas opciones, pero no todos nos damos cuenta. Esto quedó de manifiesto en una sesión sobre los empleos del futuro en la reunión regional del Foro Económico Mundial de Davos que se está llevando a cabo en Sao Paulo, Brasil.

Jorge Vergara, el presidente de OmniLife y dueño del equipo Guadalajara (que, a propósito, ayer jugó aquí contra el Sao Paulo), señaló ayer en esta reunión que en 15 años con su empresa de fabricación y distribución de productos nutricionales ha logrado crear 3.5 millones de empleos en distintos países de Latinoamérica y Europa. Son empleos que implican la venta de los productos pero también asesoría y contacto personal con el cliente.

No son trabajos tradicionales con sueldo quincenal. No son lo que mucha gente está buscando. Nuestros intelectuales ciertamente los desprecian como empleos de baja calidad. Pero otorgan una mayor libertad personal y remuneración que la enorme mayoría de los empleos tradicionales. Según Vergara, el colaborador promedio de OmniLife gana dos mil dólares al mes.

Estos empleos, por otra parte, ofrecen una mayor satisfacción personal. Mucha gente se queda en ellos durante años.

Ismael Ferreira Oliveira, director de la Asociación de Pequeños Agricultores del Municipio de Valente, un lugar del sertao o la planicie del estado brasileño de Bahía, que se caracteriza por su aridez, ofrece otro ejemplo de innovación en la creación de empleos.

Haciendo gala de una gran inteligencia e imaginación, este hombre ha logrado generar más empleos que nadie en la tierra semidesértica de este municipio donde un 65 por ciento de la población padece de pobreza extrema. Ha cultivado agave, una planta que requiere muy poca agua, y la ha procesado para producir sisal, una fibra muy resistente.

Con ella fabrica tapetes y alfombras de gran belleza que vende en Brasil y exporta. Ha promovido la cría de cabra y utiliza su leche para la producción de quesos así como de pequeños cuadros sólidos de cajeta o dulce de leche que pueden comerse como botana o postre (deliciosos: me comí varios).

En un almuerzo lleno de personajes excéntricos, de empresarios sociales de todo tipo, quien más me llamó la atención fue el español Cristóbal Colón: sí, efectivamente, así se llama, aun cuando él mismo no sabe si es descendiente del almirante (lo más seguro, me dice, es que su padre simplemente le haya jugado una mala pasada al ponerle el nombre).

Colón es psicólogo y está dedicado al tratamiento de las personas con trastornos mentales. Junto a otros miembros de su centro de tratamiento, sin embargo, fundó en Cataluña un centro de producción de alimentos, llamado La Fageda, con el propósito de dar empleo a los enfermos.

La experiencia ha sido muy positiva. Los pacientes han encontrado en el trabajo una fuente no sólo de ingresos personales sino también de mejora personal. El trabajo empieza desde la producción de la leche, para la que cuentan con 500 vacas. Con esta leche elaboran productos lácteos, entre ellos yugures. La planta se ha convertido ya en el tercer productor de yogurt en Cataluña, detrás tan sólo de gigantes como Danone y Nestlé. La Fageda ofrece también servicios de jardinería y viveros para reforestación. Los enfermos mentales son la fuerza de trabajo principal de la empresa.

Es muy común que pensemos en el Foro Económico Mundial como una institución que organiza reuniones con los mayores empresarios del mundo. Y siempre hay un buen número de éstos en cualquiera de sus encuentros, ya sea en Davos o en los regionales, como el que está teniendo lugar en Sao Paulo. Pero también encuentra uno empresarios sociales que entienden que la mejor forma de ayudar a la gente no es regalarles dinero sino crear empleos que generen prosperidad en el largo plazo.

De la reunión sobre los empleos del futuro ayer en Sao Paulo una cosa me queda muy clara. Los trabajos tradicionales en fábricas y oficinas con un sueldo previsible y un plan de jubilación al final del camino serán cada vez menores en número y calidad. Los gobiernos han matado estos empleos con altos impuestos.

El futuro para quienes quieren salir de la pobreza son los otros empleos: los de las cadenas de venta, los de las cooperativas que producen incluso en la tierra más árida, los de las empresas que utilizan la fuerza de trabajo que los demás desprecian por ser diferente. De nada servirá en la nueva economía buscar el futuro en la sección de clasificados del periódico. El futuro sólo existirá si lo construimos con nuestras manos y nuestra imaginación.

CHINA Y LATINOAMÉRICA

Todo el mundo habla de China; pero según Luis A. Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, América Latina tiene una economía 20 por ciento más grande que la china. Podríamos ser un gran mercado, más libre que el chino; pero por décadas hemos insistido en construir barreras entre nosotros. Por eso nadie nos ve como un mercado del futuro.

Correo electrónico:

sarmiento.jaquemate@gmail.com

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