Temen que la campaña de seguridad produzca nuevos enfrentamientos entre los shiies y suníes, en especial cuando inicien las redadas en zonas sospechosas.
Bagdad, (EFE).- Miles de soldados del Ejército de EU y de Irak salieron hoy a las calles de Bagdad y tomaron posiciones en las principales arterias de la ciudad como parte del plan de seguridad del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
La operación, denominada "Avanzando juntos hacia adelante", busca acabar con la insurgencia y los grupos terroristas en Bagdad y sus alrededores, como paso previo al restablecimiento de la seguridad en el resto del país.
Desde primeras horas de la mañana, centenares de militares tomaron posiciones en diversas partes de la capital, donde instalaron controles adicionales en varios distritos para registrar vehículos.
Según la televisión pública iraquí, el despliegue de tropas se vio dificultado por enfrentamientos menores ocurridos en algunas zonas de la capital.
En Bagdad, que contaba con cinco millones de habitantes antes del inicio de la contienda bélica en 2003, muchos temen que la campaña de seguridad produzca nuevos enfrentamientos entre los shiies y la minoría árabe suní, en especial cuando comiencen las anunciadas redadas en zonas sospechosas.
Aunque el Gobierno de Bagdad no ha facilitado, hasta el momento, el número de soldados desplegados, la televisión pública aseguró que 40 mil uniformados -de los ejércitos de EU, de Irak y de las tropas del Ministerio de Interior- participarán en ella.
"Todo el mundo espera que el plan sea provechoso, pero tenemos miedo de las redadas que llevarán a cabo en nuestras casas", explicó a EFE Asad Yahya, un antiguo miembro del disuelto ejército del régimen de Saddam Hussein.
"Lo mejor de la nueva campaña es que todos los soldados que participan en ella no van enmascarados, como antes, así que puedes reconocer a la gente", explicó Samer, un iraquí de 20 años.
Además, Samer se mostró esperanzado en que el plan lanzado por el Gobierno de Maliki "ponga fin a esta era de terror, que nos perseguía hasta en la cama".
El bagdadí se refería a la ola de atentados y secuestros que sacudió Bagdad y el resto del país en los pasados meses tras el ataque, el 22 de febrero, contra un santuario chií en la ciudad de Samarra, 125 kilómetros al norte de la capital.
La campaña de seguridad incluye la imposición del toque de queda en Bagdad y sus alrededores entre las 21.00 horas (17.00 GMT), hasta las 06.00, como parte de las medidas para acabar con la ola de violencia diaria que ha costado la vida a miles de personas.
El plan también incluye la prohibición a la circulación de vehículos en la capital los viernes, desde las 11.00 horas y durante cuatro horas, el periodo del día en el que miles de creyentes se dirigen a las mezquitas para participar en la oración.
La operación "Avanzando juntos hacia adelante" iniciada hoy forma parte de las medidas anunciadas por Maliki al ser investido como primer ministro, cuando aseguró que el restablecimiento de la paz sería su primera prioridad al frente del Ejecutivo.
El inicio de la campaña de seguridad llegó un día después de la visita sorpresa del presidente de EU, George W. Bush, a Bagdad, donde dio todo su apoyo al Gobierno de Bagdad, y siete días después de la muerte de Abu Musab Al Zarqawi, líder de Al Qaeda en Irak, en un ataque aéreo estadounidense.
Sin embargo, y pese al impresionante despliegue de tropas en Bagdad, la explosión de un coche bomba hoy acabó con la vida de cuatro personas e hirió a otras diez, entre ellas cinco agentes de policía.
La explosión se produjo en el barrio de Hai Al Qahera, en el norte de Bagdad, y causó también importantes daños materiales.