Bancomext en la mira
Colocado en la mira del equipo de transición del gobierno en ciernes ante la presión de importadores y exportadores, el Banco Nacional de Comercio Exterior juega su suerte en un volado: Remodelar su estructura desde los cimientos o fusionarlo a Nacional Financiera.
La segunda alternativa la barajó sin éxito la Secretaría de Hacienda a lo largo y ancho del sexenio, agotándose la pólvora en infiernitos sobre la forma de homologar las infraestructuras? empezando por qué director general prevalecería.
Lo cierto es que el Bancomext se ha ido achicando en proporción inversa al crecimiento del comercio exterior del país. Entre más se le reclama, pues, más se esconde.
Si en 1991, cuando alcanzó su clímax en materia de presencia, ofreció una derrama crediticia de 14 mil 600 millones de dólares, ésta se derrumbó a menos de la tercera parte en 1999, para ubicarse en cuatro mil 455? y alcanzar sólo cuatro mil 451 al inicio del sexenio.
Y aunque el año pasado el monto subió a cinco mil 392 millones, por más que en 2001 había llegado a dos mil 512, el destello apenas fue una ligera sombra de lo que fue.
El hecho es que si en 1990 los apoyos lograron apuntalar a cuatro mil 405 empresas, durante el sexenio foxista la burbuja se desinfló, alcanzando a mil 945 en el 2000 y a mil 154 en 2005. La merma, pues, fue de tres mil 251 firmas exportadoras e importadoras, o si lo prefiere del 73.8 por ciento.
La paradoja del caso, decíamos, es que entre más se achicaba el banco más crecía el comercio internacional. Si en 1989 el flujo global de importaciones y exportaciones llegaba a sólo 48 mil 279 millones de dólares, ocho años después se multiplicó por cinco, para alcanzar 278 mil 766, ubicándose en 376 mil 812 en 2001, y saltando el año pasado a 935 mil 914. Lo inaudito del asunto es que otra vez en proporción inversa a su achaparramiento, el banco de desarrollo multiplicó su número de funcionarios, al punto de casi igualar el de empleados operativos.
La proporción actual es de 1.8 trabajadores de base por cada jefazo.
Si en 1990 el Bancomext tenía un total de 132 funcionarios, el año pasado la cifra era de 375, es decir hay 293 oficinas de alto nivel más, o si lo prefiere el alto mando creció 84.1 por ciento. Ahora que del otro lado de la mesa al personal operativo se le cancelaron 377 plazas, al pasar en el mismo lapso de 984 a 607.
Y a lo mejor el curioso replanteamiento que atenta contra la ortodoxia, dada la evidente simulación frente a la exigencia de reducir el gasto corriente, podría dar pábulo o chistes, de no ser por un pequeño detalle: los trabajadores de base saben más de comercio exterior que los jefazos, es decir son los que ofrecen realmente la posibilidad de rentabilidad.
Ahora que cuando la presión de la Secretaría de Hacienda se vuelve insostenible, hete aquí que a los funcionarios se les pensiona o se les jubila, lo que ha creado un colosal pasivo laboral.
Por lo pronto, el Bancomext tiene una plantilla de siete directores generales adjuntos; 14 directores ejecutivos; 48 directores de área; 166 gerentes, y 134 subgerentes.
El mayor crecimiento entre 1990 y el año pasado, 295.2 por ciento, llegó en el renglón de los gerentes, por más que el de los directores de área alcanzó 200 por ciento, y el de los directores generales adjuntos 133.3. ¿Gerente de gerentes? ¿Gerente de limpieza? ¿Gerente de flota vehicular?¿Gerente de puertas?
Lo cierto es que la mayoría de los jefazos llegan con recomendaciones que avalan todo menos que sean expertos en comercio internacional, lo que convierte al banco de desarrollo en una entidad sin brújula.
El caso es que si en 1990 el financiamiento a las empresas por funcionario llegaba a 103 millones de dólares, el año pasado alcanzó sólo 14.4, es decir hay una disminución de 88.6 por ciento.
Desde otro ángulo, llama la atención que en los últimos cinco años el banco de desarrollo haya multiplicado su financiamiento al sector público a costa de las empresas.
Si en 1999 los créditos al gobierno alcanzaban sólo 592 millones de dólares, el año pasado llegaron a mil 288 millones? con lo que a las empresas privadas les tocó sólo tres mil 761 millones.
Digamos que en proporción, el financiamiento al sector público ha crecido más que el orientado al sector privado. Si en 1999 representaba el 13 por ciento del total, el año pasado llegó al 23.9.
La sacudida, pues, tiene que ser a fondo? empezando por colocar a la cabeza un experto de trayectoria comprobada. ¿Tercera llamada?
Balance general
Del tamaño del enredo que representa para Petróleos Mexicanos el problema creado por la mano laxa con que se privatizaron sus cinco plantas productoras de aceites y lubricantes a favor de la empresa Mexicana de Lubricantes, hablan los 55 juicios que enfrenta.
Las balas saltan hacia todos lados: la exigencia de que la firma propiedad de Salvador Martínez Garza transparente sus estados financieros de cara hacia la paraestatal, su socio con el 49 por ciento.
La urgencia de acatar una resolución de la Comisión Federal de Competencia que obliga a desmantelar la exclusividad otorgada para colocar sus productos en la red de gasolineras. La aparición de una marca alterna (Akron) para burlar un ordenamiento judicial que obliga a regresarle a Bardhal las marcas Mex Lub que se le habían cedido a título gratuito por 20 años. La reticencia de la firma para convocar a una asamblea?
La telaraña la heredará el próximo gobierno.
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A la callada, tres líneas aéreas de bajo costo en proceso de operación presentaron ante la Comisión Federal de Competencia una denuncia por supuestas prácticas monopólicas contra Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), a quien acusan de favorecer a firmas que operan en el aeropuerto de la ciudad de México y el de Toluca, al negarles el acceso a sus instalaciones.
La acusación concreta habla de discriminación.
En la terminal ?Benito Juárez?, a contrapelo de las razones de saturación para cerrar el paso a nuevas empresas, operan las líneas aéreas de bajo costo Click, propiedad del Grupo Posadas, y Aerolitoral, del consorcio Aeroméxico. La primera tiene espacio también en Toluca.
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Utilizado como bandera para exigir el cambio de unidades y el mantenimiento de una cláusula del contrato colectivo que obliga a la empresa a indemnizar a los trabajadores cuando sufran intoxicaciones, lo cierto es que la muerte de un custodio del Servicio Panamericano de Protección obedeció a causas fortuitas. Hete aquí que la camioneta blindada que manejaba éste rumbo a Querétaro se topó con un gigantesco embotellamiento que se quiso eludir con una maniobra audaz: Cruzar por debajo de un puente.
Naturalmente, la maniobra provocó que el pesado vehículo se atascara en el agua, alcanzando éste el sistema de escape. En la desesperación, mientras sus compañeros iban por ayuda, el chofer aceleró una y otra vez, provocando que las emanaciones de bióxido de carbono se fueran a la cabina.
Sus compañeros lo encontraron muerto. El accidente ocurrió el ocho de octubre de 2005.
El caso es que, pese a la evidente imprudencia, la familia del custodio recibió una indemnización de un millón 500 mil pesos.
Y ante las protestas se decidió que todo aquel trabajador que sufriera intoxicaciones se le otorgaría una fuerte cantidad? lo que multiplicó los casos.
El problema es que los custodios culpan de la saturación al uso de gas LP como combustible de los vehículos, con la novedad de que el olor de éste no causa intoxicaciones. El caso es que el jaloneo está retrasando el final feliz frente a los emplazamientos a huelga a la firma propiedad de 12 bancos.
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