Buena, mala?y fea
La buena noticia es que, finalmente, aceitada la maquinaria de la reciprocidad, vía otro tanto de importación de alta fructosa, la industria azucarera nacional se lanzará este año a la aventura de exportar 600 mil toneladas a los Estados Unidos.
La mala es que está en duda que alcancen las existencias, tras haberse colocado en el mercado de allende el Bravo durante noviembre y diciembre del año pasado el escándalo, o si lo prefiere la marca de 250 mil toneladas, es decir tres tantos de lo habitual.
La fea es que la caída de la oferta está pegando con más fuerza en el producto estelar de los ingenios privados y públicos: el azúcar refinada, hacia donde apunta el énfasis de la demanda industrial y doméstica.
Aunque en teoría el país es superavitario, dado que se producen 2.1 millones de toneladas, frente a un reclamo de abasto para la industria de entre 1.7 y 1.8 millones, la posibilidad de pulverización de la oferta es prácticamente nula.
De entrada, cada uno de los grupos azucareros apunta hacia su causa, o si lo prefiere a sus embotelladoras propias. Así, el grupo Piasa destina su producción para la elaboración de sus refrescos Coca Cola y Cadbury; el Grupo Azucarero México para Pepsi Cola; el grupo García Arce para su sidral Aga?
La paradoja del caso, además, es que el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero está reclamando mano para comprar los escasos excedentes, ante su incapacidad para organizar la producción de los 22 ingenios que aún maneja.
Como usted sabe, aún cuando una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación obliga al gobierno a revertir la expropiación del tres de septiembre de 2001, del dicho al hecho se requiere que el propio órgano señale específicamente qué activos se devolverán a los particulares.
En la antesala, como usted sabe, están los ingenios del Grupo Machado de Teresita Machado; Santos, de Alberto Santos De Hoyos, y el Consorcio Azucarero Escorpión, de Enrique Molina Sobrino.
Lo dramático del asunto, en abundancia, es que diversas comercializadoras del edulcorante lo están acaparando para exportarlo directamente a la industria de los Estados Unidos.
Estamos hablando, específicamente, de las empresas Carguill de México, filial de Carguill International de los Estados Unidos, y de ED&FMan.
Para acabarla de amolar, como diría el gober precioso, Mario Marín, cuando lo cacharon huyendo de la prensa por la cocina de un restaurante, hete aquí que los ingenios más productivos del país, es decir Casasano, Providencia, Cuatotolopan, Plan de San Luis, Benito Juárez y Puga, están orientando su capacidad instalada para producir azúcar estándar o morena.
Y por si le faltara una mancha al tigre, hete aquí que el principal refinador del país, es decir el Ingenio San Cristóbal, lleva 15 días en huelga.
Naturalmente, la escasez de azúcar refinada ha provocado un alza desmedida en su precio en el norte del país, es decir la zona más lejana a los ingenios. Si al principio del año el bulto de 50 kilos entregado en trailer costaba 325 pesos, la semana pasada había llegado a 370.
Y aunque en la capital no se llegado aún al extremo, hete aquí que el bulto hasta fines de febrero se vendía en 320 pesos, y ayer se cotizaba en 345.
Del tamaño del problema habla el dramático SOS lanzado ayer a la Secretaría de Economía por un grupo de industriales, en un oficio dirigido al director de Cadenas Agroindustriales, Guillermo Campos.
En la paradoja, se pudiera dar el caso que cuando México está en vías de cobrar al fin, 12 años después, la factura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte a los Estados Unidos, con una exportación record? a precio de ganga, por la puerta de atrás estamos importando azúcar de los países centroamericanos.
¿Se acuerda usted de aquel dicho de ?cuando hay carne, resulta que es vigilia??
Ahora que la pregunta es qué pasó con las zafras inéditas en la historia que se cacarean desde hace ocho años.
Balance general
A la callada, finalmente, el Instituto Mexicano del Seguro Social llegó a un acuerdo con el gobierno para equilibrar más o menos su presupuesto, mediante el clásico ni-tú-ni-yo.
¿Se acuerda usted que la Secretaría de Hacienda había planteado en la ley de egresos aprobada por la Cámara de Diputados una exigencia de creación de reservas por un total inédito de 35 mil 947 millones de pesos, frente a los mil 939 que había ofrecido el Consejo Técnico del organismo?
Bien, pues el reclamo quedó en menos de la mitad: 15 mil millones, con lo que la instancia tripartita podrá disponer para su operación de 230 mil 300 millones de pesos.
En los últimos tres años el promedio de recursos destinados para intentar llenar los enormes boquetes que arrastra el organismo alcanzó nueve mil 400.2 millones.
De acuerdo a un análisis que había realizado el Consejo Técnico ante la emergencia, el presupuesto mínimo para operar bajo los niveles raquíticos de la instancia de seguridad social era de 222 millones de pesos.
Le sobran ocho mil, pues, para intentar el milagro de superar la mediocridad.
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Curioso que mientras el Sindicato Mexicano de Electricistas habla de haber logrado un incremento de beneficios, entre aumento de salarios y prestaciones, de 9.1 por ciento, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro señale de que se conjuró la huelga con sólo 5.7, es decir cuatro por ciento directo al salario y 1.7 en prestaciones.
La versión del sindicato agrega dos por ciento adicional en ayuda para transporte; otro tanto en ayuda para despensa, y cuatro días más de aguinaldo.
Lo cierto es que en el último minuto la empresa encabezada por Luis De Pablo debió incrementar su oferta salarial de 3.6 por ciento? frente al 12 que exigía el organismo de representación laboral. Se trata, gritaban los trabajadores en la madrugada del jueves, de igualar el incremento concedido al presidente Vicente Fox.
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En lo que constituye el paso más firme para reanclarse en el país, la firma automotriz alemana Fiat colocó ayer la primera piedra de lo que serán sus oficinas corporativas. Estas se instalarán en Monterrey.
Las operaciones de la armadora serán respaldadas por una alianza con empresas españolas, chilenas y mexicanas.
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Quien llegará en los próximos días a engordar la oferta bancaria del país, es la cadena de tiendas departamentales Famsa, para seguir a la letra las huellas del Banco Azteca, cuyo principal nicho se ubica en la clientela de los almacenes Elektra.
La firma fundada en 1992, con sede central en Monterrey, y que encabeza Humberto Garza, también vende en ?abonos chiquitos?.
Su oferta central son muebles y electrodomésticos.
Su expansión, iniciada hace una década, alcanza a 24 entidades federativas.
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Lo último en materia de préstamos hipotecarios lo está ofreciendo el banco HSBC, al no exigir enganche alguno a los usuarios. La posibilidad se abrió al arranque del mes que corre, vía empresas desarrolladoras como ARA, Geo, Hyr o Su Casita.
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