El gravísimo pecado, con tintes de sacrilegio, de omitir el pago de un crédito fiscal aplicado en 2001 por 967 pesos, mantiene a la empresa alemana Siemens en un vía crucis que incluye acusaciones de falsificación de documentos y falsedad en informes a la autoridad.
La firma fue inhabilitada originalmente durante cuatro meses por la Secretaría de la Función Pública para participar en licitaciones convocadas por dependencias, entidades públicas y empresas paraestatales, además de pagar una multa por 88 mil pesos.
Más tarde, ratificadas en el papel supuestas evidencias de falsificación de documentos oficiales, la dependencia pública ampliaría la inhabilitación a tres años y nueve meses, elevándose la sanción pecuniaria a 948 mil 375 pesos.
En la carambola, más allá del señalamiento público de tramposa, la compañía teutona, con 112 años de presencia en México, fue impedida de asumir contratos que había ganado previamente, con la novedad de que en uno de ellos para instalación de fibra óptica, al otorgársele a quien había ganado el segundo lugar en el concurso, la Comisión Federal de Electricidad debió pagar 16 millones de pesos adicionales.
Ahora que a lo mejor a estas alturas estará usted pensando con justeza que lo mismo peca quien omite el pago de diez centavos a la hacienda pública que quien la defrauda con mil millones?
Lo cierto es que ese mismo año la dependencia encabezada por Francisco Gil Díaz le hizo a Siemens una devolución del Impuesto al Valor Agregado por 169 millones de pesos? que de acuerdo con la ley debió conciliar previamente contra cualquier adeudo pendiente de la firma. Dando y dando, pajarito volando.
La historia de horror que obligó a la compañía en la picota a plantear un enésimo recurso de reconsideración, se inicia en abril de 2002, cuando el Hospital Juárez de México le otorga un contrato de 200 mil pesos para dar mantenimiento preventivo y correctivo a equipos previamente vendidos e instalados por ésta.
Dado que nadie más que Siemens podía hacer la tarea, la adjudicación se realizó por la vía de invitación directa. Sin embargo, en cumplimiento con la normatividad, el órgano interno de control de la Secretaría de Salud le pidió a la firma una carta en que certificara, bajo protesta de decir verdad, que no tenía adeudo fiscal alguno.
Cotejado el documento de fecha 9 de abril de 2002 con el Servicio de Administración Tributaria, resultó que Siemens no había presentado en ese momento todas sus declaraciones de impuestos? lo que tres años después provocó la aplicación de un castigo consistente en inhabilitar a la compañía durante 90 días y fijarle una multa de 65 mil pesos.
Lo cierto es que el 25 de julio del año pasado, planteado un recurso de revisión que le provocó la ampliación del castigo, es decir, le salió el tiro por la culata, Siemens presentó una prueba que parecía irrefutable: un oficio firmado por el administrador local de Recaudación del Norte del Distrito Federal en el que aseguraba que la compañía teutona estaba limpia. Con base en la prueba, se le permitió seguir participando en las licitaciones públicas.
El caso es que el documento, según la Secretaría de la Función Pública, otra vez era falso. El funcionario que supuestamente lo había firmado se deslindó del asunto. Yo no lo emití, despaché ni firmé, pues.
Ante ello se repondría el procedimiento en septiembre de 2005, culminando con la imposición del castigo a que aludíamos arriba, contra el cual Siemens planteó un recurso de revisión cuyo desahogo podría prolongarse durante un año y medio más.
Por lo pronto, sin embargo, el castigo está en suspenso, por más que el golpe sólo afecta a una de las razones sociales de la empresa alemana, Siemens SA de CV, cuyo espectro alcanza seis divisiones: Informática y Comunicación, Automatización y Control, Generación de Energía, Soluciones Médicas y Sistemas de Transporte, al margen de sus marca de focos y lámparas Osram. La empresa cuenta con 17 oficinas regionales en México, 11 centros de producción y cinco oficinas filiales en Centroamérica. Su matriz alcanza una facturación global de mil 754 millones de dólares.
El calvario de Siemens.
Balance general
Las señales apuntan a que la Comisión Federal de Competencia le dará finalmente el sí, pese a las objeciones de Kansas City Southern, la firma estadounidense que opera Transportación Ferroviaria Mexicana, a la fusión entre Ferromex y Ferrosur, compañías propiedad del Grupo Industrial Minera México y del magnate Carlos Slim Helú.
Sin embargo, la operación será condicionada a la aceptación, por parte de los tres troncales ferroviarios de carga, de una regulación que le ponga orden a la actividad, fundamentalmente en materia de tarifas por uso de vías.
La red mantiene al menos 150 cruces entre compañías. De hecho, dada la exigencia de la elaboración de ésta, la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta aplazó hasta finales de mes su resolución.
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Temerosa, tal vez, de otro brote de inconformidad, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aplazó hasta esta semana, concretamente el miércoles, su resolución sobre el concurso convocado para adjudicar el contrato para construir y operar la carretera Querétaro- Irapuato.
Como usted sabe, el primer intento culminó con la descalificación de todos los participantes, lo que provocó la inconformidad del grupo ICA, quien objetó por todas las vías el resultado? pese a lo cual se presentó a la segunda vuelta.
A ésta concurrieron también las firmas españolas Acciona y FCC Construcción, además de Omega.
Lo curioso del caso es que aun cuando se presentó a la ceremonia, la empresa constructora de Carlos Slim, Infraestructura para el Desarrollo de América Latina, no planteó oferta alguna.
Ahora que Omega intentó hacer una trampita al salirse sus delegados del evento? para regresar después con más información y pretender modificar su oferta.
Lo cierto es que, dada la información en la mesa sobre el monto de las ofertas planteadas en la primera vuelta, los signos indican que el diferencial ahora será mucho más apretado, lo que obligará a sacar la lupa. Como sea, ICA se mantiene como favorito.
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Otros de los ganones al momento en que Altos Hornos de México salga de la suspensión de pagos en que se sumergió durante siete años, serán los tenedores de acciones de la firma cuya cotización en el piso de remates se congeló al llegar ésta.
El precio final a que se intercambiaron los papeles era de 2.70 pesos, que seguramente se van a duplicar.
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La noticia es que Televisa tiene ya un primer socio capitalista para apuntalar su pelea por ampliar su capital en la cadena de habla hispana de Estados Unidos, Univisón.
Estamos hablando del rey del software, Bill Gates, quien estaría dispuesto a engordar la vaquita con mil millones de dólares.
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Por un absurdo error atribuible a los duendes, hete aquí que hace unos días apareció en este espacio que la cadena Wal-Mart y Cementos Mexicanos están produciendo medicinas ubicadas como genéricos intercambiables.
Quien entró al negocio es Comercial Mexicana.
Cemex, pues, sigue de lleno en lo suyo? por más que apareció por ahí otra firma de idénticas siglas que se dedica a la producción de productos para cimentar huesos y dientes. Cemento, pues, para el cuerpo.
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