?Consumatum est?
Bajo la simple promesa de pellizcar algún recurso adicional si los informes periódicos del organismo reportaran problemas graves de operación, el Congreso aceptó finalmente un recorte de 26 mil millones de pesos al presupuesto del IMSS
El asunto, como recordará usted, había amenazado con desembocar en una nueva controversia constitucional planteada por el Ejecutivo, al no empatar los presupuestos de ingresos y de egresos, anulándose el tenue superávit aprobado por las dos cámaras legislativas.
El embrollo, que coloca de espaldas a la pared a la instancia tripartita, surgió al detectar los diputados, al borde del vencimiento del plazo para la aprobación de la Ley de Egresos, que se había modificado sustancialmente la meta de acumulación de reservas del organismo.
De los escasos mil 954 millones previstos en el presupuesto aprobado por el Consejo Técnico, se saltó al inaudito de 35 mil 447 millones? por más que el promedio de los últimos cinco años se ubicaba en 9 mil 406.2 millones.
Dicho más gráficamente, el Seguro Social contaría con un techo de gasto de 209 mil 820 millones de pesos, frente a los 243 mil 878 previstos.
Ahora que, encendidos los focos rojos en el Consejo Técnico del organismo, se aceptó que subiera la meta de reservas al promedio establecido, lo que le permitiría disponer de 26 mil millones adicionales?
El problema es que no había tiempo para negociar con la Secretaría de Hacienda.
Así las cosas, a iniciativa del diputado Roberto Vega Galina, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Seguro Social, se aprobó por mayoría de priístas y perredistas dotar al Instituto de una partida adicional? lo adivinó usted, de 26 mil millones de pesos, sin proveerse el ingreso correspondiente.
El golpe, pues, se consumó al publicarse el martes pasado en el Diario Oficial la Ley de Egresos para este año sin la partida adicional, lo que a juicio del Consejo Técnico del organismo le impedirá cumplir con lo establecido en la fracción 29 del artículo 123 de la Constitución y en la propia Ley del Seguro Social.
Más concretamente, la exigencia de acumulación de reservas en un monto equivalente a 3.7 veces el promedio en el último lustro obligará al Instituto a ahorrar 27.2 por ciento de los ingresos obrero-patronales de 2006, es decir, lo equivalente al presupuesto del año pasado para medicamentos, guarderías e inversión física.
Desde otro ángulo, se reduce 53 por ciento el gasto de operación neto de nóminas, que el año pasado ascendió a 49 mil 24 millones de pesos.
Y si nos metemos al detalle, se quedarán inconclusas 136 obras en proceso de construcción, entre ellas 17 hospitales, 40 unidades de atención médica ambulatoria y 30 unidades de medicina familiar.
Más allá, tampoco se podrá utilizar la red bancaria para realizar los pagos del organismo, al estar imposibilitado éste para cubrir las comisiones correspondientes.
En abundancia, no habrá mantenimiento para instalaciones y equipos, lo que podría provocar un colapso en la operación de hospitales y clínicas.
Lo curioso del caso es que para la Secretaría de Hacienda los problemas financieros del Instituto se podrían atenuar por la vía simple de combatir la corrupción y el exceso de empleados de confianza.
Para no ir lejos, en los últimos tres años se contrató a más de 100 supuestos asesores de la Dirección General, en su mayoría extranjeros, cuyos sueldos se equiparaban a los de los altos funcionarios del Instituto? con la novedad de que éstos habían crecido al infinito.
Digamos que la clase dorada del organismo se despachó con la cuchara grande.
Más allá, se tienen evidencias de que se descuidaron los inventarios de medicamentos del cuadro básico para abrir una coyuntura de compras de emergencia, es decir, sin licitación al calce? que invariablemente se realizaban en una central ubicada en Monterrey.
Ahora que al margen del drástico recorte presupuestal, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se metió en un grave problema al aceptar el parche con que se intentó soslayar la exigencia prevista en la reforma de la ley que le da sustento de no utilizar gasto de operación para financiar las pensiones de sus trabajadores.
La trampa consiste en utilizar el fondo de los trabajadores de nuevo ingreso para financiar a los de activos? lo que le abre un nuevo boquete de 40 mil millones de pesos al faltante de reservas.
El jaque, pues, alcanza todos los flancos.
Balance general
La noticia es que el Grupo Maseca se va de Venezuela? a medias.
El conglomerado de Roberto González Barrera le está vendiendo su mayoría de capital en la subsidiaria Molinos Nacionales a Ricardo Fernández, un empresario de Monterrey que se hizo socio de Gruma Venezuela en 2004, al adquirir 50 por ciento de la segunda filial de la firma en el país sudamericano: Derivados de Maíz Seleccionado, conocida como Demaseca.
El caso es que la operación incluye la entrega de diez por ciento de las acciones de esta última firma, con lo que Gruma alcanza una mayoría de 60 por ciento. Adicionalmente, Fernández pagará 65.6 millones de dólares por 40 por ciento del capital de la primera empresa señalada? recibiendo a su vez 2.6 millones por 10% de la segunda.
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Aunque su presentación en sociedad se realizará la semana entrante, será hasta el 12 de marzo próximo cuando empiece a operar la línea aérea de bajo costo Vuela.
Como usted sabe, la firma que le entrará a la moda mundial se integró con una singular alianza entre Televisa, el grupo Carso y el banco de inversión Protego, es decir Emilio Azcárraga Jean, Carlos Slim Helú y el ex secretario de Hacienda Pedro Aspe Armella.
El operador, integrado también a la sociedad, será la línea aérea centroamericana Taca.
Los aviones de la compañía en competencia con Click, A Volar e Interjet, despegarán del aeropuerto de Toluca.
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Aunque el regreso de la firma constructora Tribasa de David Peñaloza Sandoval al piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores sorprendió a algunos inversionistas, dada la raquítica situación financiera de la alguna vez tercera compañía en su ramo, lo cierto es que prácticamente se trata de otra emisora.
Digamos que Tribasa redujo diez veces su tamaño, convirtiéndose en Tribasita, o quizá Tribasitita.
La compañía cotiza bajo la razón social Promotora y Operadora de Infraestructura, con lo que su clave de pizarra es Pinfra.
Los activos de la empresa suman diez mil 12 millones de pesos, en tanto que sus deudas alcanzan nueve mil 488, lo que la ubica con un capital de sólo 524 millones de pesos.
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Será al amanecer del mes próximo cuando Teléfonos de México empiece a operar su nueva subsidiaria chilena en materia de telefonía fija inalámbrica bajo la modalidad conocida como Gill, es decir Gíreles Local Loop.
Como usted sabe, la firma de Carlos Slim opera ya otra compañía telefónica en el país andino, conocida como Chilesat.
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