Despejado el último obstáculo del incierto, una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le levante la mano oficialmente al vencedor de la pelea, el presidente electo de México enfrentará una triste realidad: el raquítico margen de maniobra presupuestal
Dicho con todas las letras, la imposibilidad de estirar los escasos recursos no comprometidos para hacer válida la catarata de compromisos esbozados en campaña. El escenario lo había advertido en autodefensa, con cierto dejo de perversidad, el presidente Vicente Fox al rememorar su sorpresa al instalarse en la silla.
El caso es que si entonces la posibilidad de disponer de recursos no etiquetados del presupuesto era de ocho por ciento, hoy difícilmente llega a seis por ciento... con la novedad de que en el intermedio fluyó un torrente inesperado de ingresos extraordinarios por explotación de petróleo.
El dinero, inexplicablemente, se canalizó en su mayoría a gasto corriente, en lugar de reducir deuda o invertir en sectores prioritarios.
Las cifras están en la mesa: durante el periodo 2003-2005 México obtuvo un ingreso extraordinario, es decir, no presupuestado, respecto de 2000-2001, equivalente a 2.2 por ciento del Producto Interno Bruto, del cual participó con 1.36 por ciento el petróleo, alcanzándose 0.64 por ciento por concepto de costo financiero, y 0.07 por ciento por otros ingresos. El caso es que poco menos de la mitad del excedente, concretamente 0.99 por ciento, se empleó en gasto corriente; 0.48 por ciento en gasto de capital; otro 0.48 por ciento se contabilizó como déficit, y apenas 0.44 por ciento se canalizó, a título de aportaciones extraordinarias, a las entidades federativas.
Como en el sexenio del desaparecido ex presidente José López Portillo, cuando la demagogia convocaba a ?administrar la abundancia?, pues, el país dejó escurrir entre los dedos un periodo sostenido de bonanza petrolera que no se veía desde hace
20 años.
Si al inicio del gobierno foxista el ingreso petrolero alcanzaba siete por ciento del Producto Interno Bruto, en 2003 éste había crecido a 7.5 por ciento, para llegar a nueve por ciento en 2005 y arañar diez por ciento en el año que corre.
En paralelo, si la derrama de recursos de Petróleos Mexicanos representaba en el año 2000, 32 por ciento del ingreso fiscal del país, en 2003 llegamos a 35 por ciento, para aterrizar este año a un inaudito 42 por ciento.
El boom, como usted sabe, se lanzó a una carrera ascendente a partir de 2002, con amplias posibilidades de alcanzar el pico de 90 dólares por barril a que se llegó en enero de 1980, justo cuando se desbordó la euforia lopezportillista.
La mala noticia es que México se está quedando sin parque para mantener la borrachera.
Si en 1986, cuando el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación se cayó a sólo 18 dólares por barril, el país enfrentó una dramática crisis fiscal, hoy el golpe podría llegar no por otra caída de precio, sino por falta de producción.
Nos quedamos sin mercancía en plena temporada de vacas gordas.
Dicho con todas las letras, la estrella de la película, el yacimiento de Cantarell, cuya explotación se inició durante el gobierno salinista, alcanzando en su clímax 62 por ciento de la producción total del país, está declinando peligrosamente.
Los expertos que apuntan al lado optimista hablan de una caída de ocho por ciento al año en su potencial; los pesimistas hablan de 15 por ciento.
El fenómeno se inició en 2005, cuando se había alcanzado un pico máximo de producción de dos millones 100 mil barriles diarios, en un escenario en que para 2008, según los pesimistas, podría llegar a la mitad, y en 2010 a sólo 800 mil barriles. Los optimistas hablan de llegar a un millón y medio en 2008, y un millón 200 mil en 2010.
Y aunque la esperanza de Pemex apunta hacia dos cartas: el campo Ku-Maloob-Zaap, descubierto durante el gobierno zedillista, y Chicontepec, la apuesta es incierta.
En el primer caso, aunque un escenario de sobreexplotación pudiera provocar un incremento en la producción de los 350 mil barriles diarios actuales a 800 mil en 2010, hete aquí que el petróleo a extraer es del tipo ultrapesado, es decir, el menos viable de comercializar, lo que difícilmente podría equilibrar la mengua de Cantarell.
En el segundo, dado lo abrupto del terreno su explotación reclama apuestas muy cuantiosas, empezando por el renglón de perforación.
Para acabar pronto, de cada mil hoyos con proa hacia subsuelo, sólo 50 alcanzan niveles explorables.
Ahora que la caída de Cantarell alcanzó a Pemex en el peor de los mundos, cuando la paraestatal, sobreendeudada y saqueada al infinito durante el actual sexenio, alcanzó ya niveles de quiebra técnica, es decir, el valor de sus deudas supera al de sus activos.
La cruda del ?boom?
Balance general
El desacato a una orden judicial mantiene en el limbo al presidente de la automotriz Volkswagen con sede en Puebla, Otto Erich Linder.
El alemán podría ser arrestado durante un lapso de 36 horas por desobediencia.
De hecho, la orden salió ya del escritorio del juez quinto civil
de distrito con sede en la capital poblana.
El asunto enfrenta a la armadora con su similar DaimlerChrysler, colocándose como manzana de la discordia una deuda de 34 millones de dólares de la empresa Auto Convoy Mexicano, a quien financió ésta la compra de 170 tractocamiones y
420 unidades nodrizas.
Hete aquí que ante la falta de pago de la firma, DaimlerChrysler entabló un juicio ejecutivo mercantil que derivó en una sentencia que ordenaba depositar cualquier adeudo en favor de auto convoy mexicano en el propio juzgado quinto de lo civil, lo que se le comunicó en tiempo y forma a Volkswagen.
La compañía alemana ignoró la orden al cubrir directamente una cuantiosa factura a la deudora de DaimlerChrysler.
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Nos equivocamos: no será la mitad, sino la totalidad de los costos del flete por transporte de gas LP a las seis plantas gaseras instaladas en la zona de San Juan Ixhuatepec lo que cubra Petróleos Mexicanos mientras dure el cierre del gasoducto que corre de La Venta hacia el poblado.
La factura será de 120 mil pesos? diarios, lo que implicaría una erogación total de 14 millones 400 mil pesos durante los cuatro meses que dure el cierre de válvulas.
Papi Pemex, pues, paga, al fin que para eso es rico.
Lo curioso del caso es que ahora resulta que la Dirección de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación se equivocó al recomendar el cierre temporal del ducto de 18.8 kilómetros, en tanto se desalojan los asentamientos irregulares que se instalaron sobre el derecho de vía.
Sus argumentos de peligro inminente para la población son contrarios a las planteadas por la Comisión Reguladora de Energía.
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Finalmente el Gobierno de Indonesia le dio su aval a Cementos Mexicanos para vender su participación en el capital de Semen Gresik a la compañía hindú Rajawali Group.
El aval llegó tras un largo estira y afloja, dada la exigencia oficial en escoger al comprador.
De consolidarse la operación la firma de Lorenzo Zambrano saldrá al fin de una larga pesadilla que se inició al romperse la promesa del gobierno del país del extremo oriente de permitirle alcanzar mayoría en el capital.
El litigio se prolongó durante cinco años.
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