Al margen de la feria de dimes y diretes en que se han involucrado las dos cadenas de televisión abierta del país y la empresa estadounidense Telemundo en la pretención de ésta de ponerles tienda de enfrente, lo cierto es que la exigencia de mayor competencia se ubica al interior del Gobierno.
La cruzada la encabeza, en calidad de cuarto en discordia frente al inmisericord tiroteo, la Comisión Federal de Competencia encabezada por Eduardo Pérez Motta.
La dependencia le acaba de enviar al Congreso, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y a la Comisión Federal de Telecomunicaciones un denso escrito de 19 cuartillas cuya conclusión es implacable: es urgente abrir el espacio a mayor número de competidores.
A la letra, el texto fechado el 28 de noviembre pasado señala que se debe adjudicar ?a la brevedad el espectro radioeléctrico disponible para el desarrollo de nuevos canales de televisión abierta?, aún cuando se advierte que el proceso debería realizarse vía mecanismos de licitación pública ?que promuevan la competencia y eviten concentraciones contrarias al interés público?.
Más aún, se plantean tres recomendaciones específicas para evitar goles: Adoptar un programa integral para la asignación del espectro disponible; tomar en cuenta la opinión del organismo antimonopolios para el diseño de las bases de licitaciones, y requerir su opinión favorable para participar en éstas, así como en las cesiones y traspasos de derechos sobre concesiones.
La intención, señala a la letra el texto, es promover la neutralidad regulatoria; favorecer la asignación del espectro disponible para los usos más valiosos de la sociedad, y evitar concentraciones contrarias al interés público.
Adicionalmente, el documento plantea requerir a los concesionarios de televisión abierta que proporcionen sus señales a algún concesionario de televisión restringida, que hagan lo propio a cuentas empresas similares lo soliciten, es decir que cualquiera que tenga acceso a señales de paga pueda a la par conectarse a los canales abiertos.
Desde otro ángulo, además, se plantea promover el desarrollo de .productores independientes y su acceso a los canales de televisión abierta, ?incluso en los periodos de transmisión de mayor audiencia?.
La exposición de motivos habla de un pastel cuyo crecimiento da para más rebanadas.
El año pasado los servicios de televisión fueron el principal medio publicitario, al captar aproximadamente el 38 por ciento del gasto mundial en la materia, en un escenario en que en una muestra realizada entre los 27 países integrantes del Organismo para la Cooperación y Desarrollo Económico, tres de ellos mantenían una audiencia en canales de televisión abierta de entre 50 y 70 por ciento; 11 entre 50 y 30: ocho entre 30 y diez y dos menos de diez. De acuerdo al documento de la CFC, la derrama publicitaria mantendrá una expansión contínua a tasas de 6.6 por ciento anual entre 2005 y 2010.
Y aunque en Estados Unidos los ingresos por televisión restringida llegaron a superar el año pasado a los de televisión abierta, en el resto de los países se espera apenas una disminución del 94 al 89 por ciento, es decir apenas cinco por ciento.
En el caso de México la cobertura de la televisión abierta entre 2002 y 2004 pasó del 93.6 al 91.7 por ciento de los hogares, en tanto en la televisión restringida aumentó de 15.3 a 19.2. En nivel de audiencia, las señales transmitidas por Televisa alcanzaron 68.5 por ciento; las de Televisión Azteca 28.3, y las del resto de los canales apenas llegaron a 3.2.
El año pasado los canales de televisión abierta registraron niveles de audiencia de 53.2 por ciento, y los de televisión restringida 46.8.
En el mismo 2005, de una inversión total en medios publicitarios de 44 mil 800 millones de pesos, el 58 por ciento se destinó a la televisión abierta; 3.2 a televisión restringida y el resto a otros medios.
La participación de Televisa sólo por publicidad fue equivalente al 41.3 por ciento de la inversión total en todos los medios, al margen, naturalmente, de la derrama hacia sus espacios radiofónicos, televisión restringida, revistas e Internet.
Lo trascendente del asunto es que la opinión de la Comisión Federal de Competencia se ofrece en un escenario vinculante, es decir de aplicación obligada.
Digamos que sea Telemundo a través de la empresa Palmas 26 que creó en sociedad con el grupo Xtra del empresario Isaac Saba Raffoul, o sea cualquier otra firma extranjera aliada a capitales mexicanos, la competencia en televisión abierta y restringida llegará inevitablemente.
Y aunque en el papel el jaque apunta hacia Televisa y Televisión Azteca, en la carambola también se coloca frente a las empresas cableras que le han cerrado por años espacio a la competencia.
Lo demás es quemar la pólvora en infiernitos? por más que Isaac Saba y General Electric, la matriz de Telemundo, tengan su historia.
Balance general
En copia fiel del original que desató un escándalo al amanecer de diciembre del año pasado, la Secretaría de Hacienda le repitió el numerito al Instituto Mexicano del Seguro Social, al congelarle de su presupuesto 20 mil millones de pesos que se destinarán a cubrir parte del formidable boquete que se arrastra en materia de reservas para atender el capítulo de jubilaciones y pensiones.
Ahorro, pues, a la fuerza.
El golpe, el año pasado, alcanzaba 23 mil millones de pesos que ante la presión de los legisladores de oposición se dejó en ocho mil? con la novedad de que el resto aún no aparece en las cuentas nacionales.
La medida, por lo pronto, ya provocó amenazas de movilización por parte del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, en la certeza de que la precariedad obligaría a cancelar la contratación de 11 mil trabajadores cuyas plazas se habían descongelado.
Por lo pronto, la semana próxima se reúne el Consejo Técnico del organismo para definir su postura, en un escenario en que la inmensa mayoría de hospitales y clínicas están prácticamente en ruinas no sólo en materia física sino tecnológica.
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La paradoja del caso, frente a la exigencia de desmantelar las tareas de promoción del Banco Nacional de Comercio Exterior en la antesala de su fusión a Nacional Financiera, es que éstas se le traspasarán a un organismo privado.
Estamos hablando del Consejo Mexicano de Comercio Exterior que encabeza Valentín Díez Morodo.
Lo inaudito del asunto es que la pretención no es sólo que la intermediaria de desarrollo se margine del asunto, con el consiguiente desmantelamiento de al menos 100 plazas, sino que le traspase los recursos que empleaba a un fideicomiso.
A quién le importa si el dinero salía de las propias arcas del banco, es decir no llegaba vía un subsidio gubernamental. Fusionado y apaleado, pues.
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Comercial Mexicana abrió en Lerma, estado de México, su primera tienda bajo un formato denominado ?Al precio?.
La intención es abrir el año próximo al menos 10 establecimientos más en poblados de entre 25 y 50 mil habitantes. Ubicados en locales de entre mil 500 y dos mil metros cuadrados, los comercios ofrecerán productos de alimentación, limpieza, salud y belleza a la clientela de escasos recursos.
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