Dígase lo que se diga, detrás de la intención del gobierno panista de fusionar por la puerta de atrás a Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior, las principales intermediarias de desarrollo del país, está la mano negra del Fondo Monetario Internacional. La exigencia, a título de recomendación, está integrada letra por letra en el último informe sobre Evaluación de la Estabilidad Financiera (Country Report 06/350) publicado en octubre pasado por el organismo multinacional. El texto no deja rendija alguna a la interpretación: ?Sujeto a una clara definición de objetivos y mandato, una agencia de desarrollo debería sustituir a Nafin y Bancomext. La promoción de exportación debería ser financiada a través del presupuesto gubernamental?.
Ahora que, por si quedara alguna duda de quién es el que manda, tras la designación de Mario Laborín como director general de Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior, se están dando los pasos para que las tareas de promoción de las exportaciones se realicen desde la Secretaría de Economía. Estaríamos, pues, ante una milagrosa resurrección del Instituto Mexicano de Comercio Exterior, el sueño frustrado del Gobierno echeverrista, cuya única referencia histórica es la torre que ocupa justo la propia dependencia. Lo grotesco del asunto es que la semilla del fondo con que se operará surgirá de los recursos que emplea el Bancomext en la tarea, con la novedad de que éstos son propios, es decir, no provienen de subsidio alguno. Ahora que la principal razón esgrimida por el FMI para justificar la fusión habla de que en una economía abierta no se reclaman dos instancias para apuntalar desde el plano gubernamental a las empresas, a soslayo de la vocación específica de cada una de ellas: Nafin hacia el fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa y Bancomext hacia apuntalar la capacidad exportadora. Ahora que en Estados Unidos existen tres bancos de desarrollo, ninguno de los cuales le estorba al FMI: el de Exportaciones, conocido como Eximbank; otro para apoyar las pequeñas y medianas empresas, y uno más para agricultores.
¿Se atrevería el FMI a recomendarle a la nación de las barras y estrellas que desaparezca el Eximbank para fusionarlo con la Small Business Administrate?
A su vez, India, el país sorpresa en su acelerada industrialización, tiene también tres: la Corporación de Financiamiento Industrial, el Banco de Desarrollo Industrial y el Banco de Desarrollo para las Pequeñas Industrias. Y para no ir tan lejos, Brasil también tiene tres, incluídos el Banco de Brasil y el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico. Lo cierto es que aun con la proliferación de bancos comerciales en el país, haytodavía nichos que por omisión o desinterés tales instituciones no atienden, lo que justificaría plenamente la existencia de dos bancos de desarrollo que podrían competir entre sí por servicio? y de pasadita abatir los márgenes financieros. Ahora que durante el Gobierno foxista se cometió el absurdo de crear una gama multicolor de programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, llegando al absurdo de convertir a una subsecretaría de economía en ventanilla bancaria clientelar.
¿No reclamaría la ortodoxia integrar todos estos programas en los bancos de desarrollo?
El caso es que en la prisa por hacer frente a las exigencias del FMI el Gobierno atropella las formas jurídicas al realizar una fusión de facto a espaldas del Congreso.
En el anterior intento, realizado a principios del gobierno foxista bajo la batuta del entonces subsecretario de Hacienda, Agustín Carstens, se planteó una reforma previa a las leyes orgánicas de uno y otro bancos de desarrollo.
La posibilidad, lo recordará usted, se frustró al hacer causa común en su contra la oposición tanto priísta como perredista. La trinchera, de optarse por la ortodoxia para realizar la fusión, podría mantenerse incólume, tomando en cuenta que en la Plataforma Electoral 2006 del PRI, concretamente en el capítulo de Política Económica para el Crecimiento y el Empleo, se exige defender a la banca de desarrollo. Textualmente el documento exige ?cuidar la permanencia de Nacional Financiera, Bancomext y Banobras, para que cada uno cumpla a cabalidad el objetivo de otorgar financiamiento justo y oportuno?. Más aún, se asienta que la función de Nafín ?debe orientarse al mercado interno, y dentro de éste a facilitar y diseñar productos y servicios financieros para la pequeña y mediana empresa, en tanto el Bancomext debe apoyar las exportaciones? ¿Gol del FMI?
Balance general
La tragedia llegó el 28 de septiembre de 1994 cuando el barco ferry Estonia se hundió en mares tempestuosos en camino hacia Estocolmo, provocando la muerte de 852 pasajeros y tripulantes.
El peritaje responsabilizó del accidente a que la embarcación había sido recortada de la proa para darle espacio al ingreso de vehículos, es decir se le adaptó para carga, no se construyó como ferry.
El caso es que en percances subsecuentes en todo el planeta se apuntó hacia la misma causa.
La historia viene a cuento por una razón simple: hete aquí que se acaba de fletar en Cozumel, con la mira de navegar hacia Playa del Carmen, una embarcación con las mismas condiciones del Estonia, denominada ésta ?El Arcángel?. La nave, con más de 35 años de antigüedad, es propiedad de la Naviera San Miguel, de José Antonio Becerra.
Y aunque la Dirección de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no le autoriza la navegación, existe temor de que llegara a hacerlo el nuevo Gobierno, a contrapelo de la exigencia de un certificado de ?Clase? que se niega a embarcaciones con más de 25 años de antigüedad. Imagínese el descrédito del destino si llegara a pasar algo.
Lo cierto, pese a los conminatorios de Cementos Mexicanos para reconsiderar su oferta de 13 dólares por acción, es que los directivos de la cementera australiana Rinker Group presumen de un avalúo que situaría el valor de cada papel en 18 dólares, es decir, 38 por ciento más allá.
De hecho, señalan que la firma encabezada por Lorenzo Zambrano actuó con oportunismo al aprovechar la caída en el precio de los papeles ante la desaceleración en la economía de Estados Unidos que frenó la buena racha en la construcción de casas habitación.
La empresa australiana tiene una participación importante en los mercados de Arizona, Florida, Texas y California. Digamos que si Cemex no incrementa en 25 o 30 por ciento su oferta en el segundo intento, el sueño sí podría quedar en eso.
La decisión de devolverle 11 millones de los 116 que pagó el grupo Posadas de Gastón Azcárraga Andrade por Mexicana de Aviación genera más dudas que certezas: ¿Se trata de un primer abono de los 45 millones que se reclamaban por supuestos vicios ocultos en los estados financieros de la empresa aérea?
¿Se trata del finiquito de los reclamos? En cuyo caso, ¿qué pasó con la demanda que había interpuesto en su calidad de vendedor el Consorcio Aeroméxico en su exigencia de clarificar los reclamos? ¿Se trató de una suerte de compensación frente a los pataleos de la firma al no resultarle tan sustancial el negocio?
Quien obtuvo, a la callada, su divorcio en la agonía del régimen foxista fue Manuel Bribiesca Sahagún, tras llegar a un oneroso acuerdo pecuniario con su hoy ex esposa, a quien, entre otros bienes, le cedió una lujosa residencia en León, Guanajuato, cuyo valor se calcula en un millón 300 mil? euros.
El precio trascendió al intentar la señora vender la propiedad a un prominente empresario local.
¿Se acuerda cuando se decía que los hijos de Marta Sahagún vivían en casas alquiladas?
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