?Hara kiri?
La buena noticia es que pese a la puerta para la proliferación de automóviles chocolate que abrió la enésima posibilidad de regularización decretada con fines electoreros por el presidente Vicente Fox, la industria automotriz logró superar su producción de 2005 con respecto al año anterior.
La mala noticia es que el punto de comparación es el más raquítico de los últimos 20 años, tras un descenso sostenido en el pasado lustro, ante una drástica caída en el mercado de exportación? y un incremento desbordado de las importaciones.
Estamos hablando de 18.5 por ciento de caída acumulada. Si en el año 2000 la producción alcanzó un millón 953 mil 585 vehículos, de los cuales un millón 432 mil 997 se exportó, en 2005 llegamos sólo a un millón 131 mil 766, si bien 3.3 más que en 2004.
Desde otro ángulo, si al inicio del gobierno foxista 490 mil 584 vehículos producidos en el país alimentaban el mercado interno, el año pasado la cifra, pese al boom de ventas en abonos, llegó sólo a 358 mil 418.
La explicación es simple: 65 por ciento de las ventas internas corresponde a automóviles importados provenientes en su mayoría de tres países sudamericanos: Argentina, Brasil y Chile.
La catarata se abrió a la firma, en 2002, de un Acuerdo de Cooperación Económica sobre el sector automotriz entre nuestro país y los integrantes del Mercosur, al que se le denominó ALE-55. De acuerdo al marco del documento promovido en la época en que el canciller Luis Ernesto Derbez era secretario de Economía, se establecían cupos anuales bilaterales y aranceles para la importación de vehículos en condiciones simétricas para los países signantes.
El problema es que mientras la contraparte ajustó rápidamente su plataforma de despegue, a nuestro país, o mejor dicho a la dependencia, no le cae aún el veinte. Los resultados, naturalmente, tienen perfil de catástrofe.
Entre el arranque del acuerdo con perfil de harakiri y septiembre del año pasado México importó de la región 903 mil 214 vehículos, por un global de ocho mil 861 millones de dólares, y exportó apenas 42 mil 68, con una facturación de 949.3 millones de dólares. El capítulo más dramático se da con Brasil, país al que le compramos en el mismo lapso 696 mil 427 unidades, en tanto le vendimos, ¡válgame Dios!, sólo 13 mil 706.
Estamos hablando de una proporción de más de cinco mil a uno. De ese tamaño es la goliza.
Lo inaudito del caso es que hasta antes de la vigencia del acuerdo mercantil México exportaba en un año tres veces más de lo que lo hizo en los tres siguientes. Vamos, en 2002 vendimos a los cariocas 10 mil 74 vehículos, para caer en el 2003, 2004 y 2005 a sólo mil 733, 967 y 932.
Del otro lado de la mesa, colocado el regalito con un colosal moño rojo en la mesa y los atentos saludos de Luis Ernesto Derbez, los cariocas nos empezaron a llevar rápidamente al baile (de samba, naturalmente), al vendernos en 2002 un total de 126 mil 903 unidades, que fueron creciendo a 197 mil 965, 204 mil 502 y 166 mil 147 en 2003, 2004 y hasta septiembre del año pasado.
De hecho, aunque tradicionalmente la balanza comercial México-Brasil ha sido desfavorable para la causa tricolor, entre 2002 y septiembre de 2005 el déficit acumulado alcanzó 11 mil 117.4 millones de dólares, es decir el equivalente a 42% del desequilibrio total del país, cuyo monto llega a 26 mil 555.3 millones. Ahora que juntas las naciones del Mercosur, o si lo prefiere el llamado G-3, alcanzan en el mismo lapso un déficit de 16 mil 504.1 millones de dólares, equivalente a 62.6% del desequilibrio total.
Del monto, decíamos, casi la mitad, es decir 8 mil 80 millones, corresponden el sector automotriz, con la novedad de que la relación más equilibrada es con Chile, al que en el lapso le vendimos 14 mil 608 vehículos y le compramos 24 mil 134. Con Argentina la relación es más de 20 a uno, dado que le vendimos 8 mil 754 automóviles y le compramos 182 mil 613.
Ahora que a la mejor está usted pensando que en el renglón de autopartes nos equilibramos o al menos no nos golean tan feo. El caso es que mientras en el lapso de marras (2002-septiembre de 2005) le vendimos a Brasil 349 millones 818 mil dólares, le compramos mil 631 millones 806 mil billetes verdes.
Y para qué le seguimos.
Como en el sexenio salinista, pues, México lanza su resto por la apertura, sin apostarle a la reciprocidad. ¿Alguien dijo que ésa era la regla de oro del comercio?
Balance general
En intento de frenar la posibilidad del boicot convocado por la Caintra de Nuevo León y la Canaco de Monterrey, con aval en este caso de su cúpula nacional, para un día sin gasolina, la dirigencia empresarial se reúne esta mañana con el coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia de la República, Eduardo Sojo.
A la cita, empero, no están convocados los organismos promotores del paro previsto para el día 8 de febrero.
La idea es garantizarles que antes de esa fecha se habrá llegado a un acuerdo con la Organización Nacional de Expendedores de Pemex para evitar o atenuar el cobro de comisiones por pagos con dinero de plástico, además de aceptarse la opción, indispensable para efectos de deducción fiscal, en todas las gasolineras. Ahora que el dulcesito para convencer al Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex y la Concamín de no sumarse al paro, será extender la vigencia de un precio preferencial para el gas natural avalado por un decreto presidencial que vence en febrero próximo.
Una y una, pues.
________________
Aunque Iusacell fue la primera en anunciarlo, lo cierto es que serán la totalidad de las firmas de telefonía celular en el país, es decir Movistar, Telcel y Unefon, quienes promuevan un amparo contra la disposición de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones que les ordena interconectar a Nextel en la posibilidad de envío de mensajes cortos.
La exposición de motivos, en todos los casos, es bastante simple: la firma de capital canadiense no opera con etiqueta de telefonía inalámbrica, sino como una empresa de radiotelefonía.
Que pague, pues, los mil 500 millones de dólares de la concesión, dicen.
______________
La noticia es que la Comisión Federal de Competencia aplazó 60 días el margen para emitir su resolución en torno a la posibilidad de fusionar a Ferrosur, la firma de transporte ferroviario de carga propiedad de Carlos Slim Helú, a Ferromex de Germán Larrea.
El plazo original para ventilar la inconformidad planteada por la firma estadounidense Kansas City Southern, propietaria a su vez de Transportación Ferroviaria Mexicana, vencía en febrero. De acuerdo a la empresa inconforme, la posibilidad de operación conjunta de las firmas ferroviarias atenta contra los principios de equidad planteados a la privatización de los tres troncales de los ex Ferrocarriles Nacionales de México.
______________
El grupo Aeroportuario Centro Norte, del que ICA alcanzó el año pasado 47.2 por ciento de las acciones de control, tras desembolsar 290 millones de dólares, obtuvo hasta septiembre del año pasado ventas por un global de mil 12 millones de pesos.
Integrado por 13 terminales, el grupo tiene como joya de la corona a la de Monterrey.
albertobach@yahoo.com.mx
barrancoalberto@prodigy.net.mx
