Al fragor del clásico: lo-tomas-o-lo-dejas con que se fustiga la necesidad, las pequeñas y medianas empresas constructoras se están metiendo en un pantano, al aceptar pagos en especie a título de Certificados para Compra de Activos, cuya redención se vuelve calvario
Lo que al principio parecía una práctica accidental derivada de una coyuntura pasajera, se está convirtiendo en una pesadilla que ubica a las firmas en un callejón sin salida: aceptar el castigo con que se colocan en un estrecho mercado secundario los papeles? o canjearlos por mercancía a precios inflados.
Y hágale como quiera
La moda que se volvió costumbre habla de cubrir las facturas sobre la base de 80 por ciento en líquido y 20% en especie. El trueque se está dando por parte de empresas privadas que reclaman ampliación de sus instalaciones, construcción de naves industriales, plataformas para instalación de equipos, reparaciones en su infraestructura?
El gancho es la posibilidad de canjear los ya famosos papeles denominados APC (por sus siglas en inglés: Asset Purchase Credits), por un departamento en Florida; un automóvil de lujo made in USA; una casita con vista al mar en Miami o alguna otra mercancía sofisticada con etiqueta de exclusiva.
La firma que respalda los papeles tiene como razón social Argent Trading International LLC, con domicilio en Nueva York. El problema, decíamos, es que al momento de redimirlos se tienen dos opciones: acudir a las compañías distribuidoras, inmobiliarias, automovilísticas y demás etcéteras que tienen convenios con Argent, en cuyo caso se debe aceptar un sobreprecio por el activo elegido, o buscar firmas similares que acepten monetizarlos.
En este caso el valor de los APC se sujeta a un castigo que podría llegar hasta 40% de su monto real. Naturalmente, los documentos tienen una fecha de expiración.
La mecánica, como seguramente lo coligió usted, coloca en un círculo de ganar-ganar a quien expide los papeles, a quien trafica con ellos y a quien se integró al convenio de comercialización? en perjuicio, claro, de quien los recibe. De entrada, Argent, quien presume ramificaciones en Argentina, Bélgica, Brasil, China, Francia, Alemania, Grecia, Italia, República Dominicana, India, Italia, España, Reino Unido, naturalmente Estados Unidos? y México, le ofrece a su cliente primario un descuento sobre el valor de los vales. Con el producto de la transacción en sus arcas, la firma espera una redención? que eventualmente no llega nunca al expirarse la vigencia de los APC, y si llega ya le dejó un margen considerable a la redentora. El negocio del año.
Total, que se frieguen las constructoras.
Balance general
¿Se acuerda usted del pleito de cuatro años entre la poderosa compañía de seguros de capital holandés ING-Comercial América y la empresa fabricante de fertilizantes Fertinal, en cuya secuela debió dejar de operar, liquidando el gobierno a sus trabajadores en Lázaro Cárdenas, Michoacán?
¿Se acuerda que el eje del conflicto fue la negativa de la aseguradora a cubrir el monto reclamado por su cliente tras los destrozos provocados por la irrupción violenta del huracán Juliette en sus instalaciones de Roca Fosfórica Mexicana de La Paz Baja California Sur, en septiembre de 2002?
¿Se acuerda que en el intermedio se abrieron cuatro procesos penales, a la vera de uno de los cuales se expidieron 17 órdenes de aprehensión contra funcionarios de ING, además de decretarse la congelación de una parte sustancial de sus cuentas?
Bien, pues lo último del asunto es que rechazada una sentencia de primera instancia que exigía una indemnización de 280 millones de dólares para Fertinal, ING logró que en segunda instancia un tribunal colegiado redujera el monto a 95? lo que tampoco le gustó.
Así las cosas, la firma solicitó un amparo contra la posibilidad de una ejecutoria, con la novedad de que del otro lado de la mesa se hizo lo propio. Fertinal quiere 300 millones de dólares, es decir, el monto máximo de la cobertura de su póliza ?contra todo riesgo?.
El asunto, pues, va para largo.
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La noticia es que el secretario de Salud, Julio Frenk, se está tropezando dos veces con la misma piedra en su pretensión de alcanzar la presidencia ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud.
Destapado por el presidente Vicente Fox hace unas semanas como el supuesto aspirante más viable para el cargo, tras haber estado varios años en el staff, Frenk se topó con un obstáculo al parecer infranqueable: sus convenios con las empresas tabacaleras establecidas en México para evitar fijarles impuestos extraordinarios. Estamos hablando de cobrarles una cuota fija? para apoyar las campañas y las tareas de prevención del cáncer pulmonar.
El acuerdo choca frontalmente con las políticas del organismo internacional, que exigen un combate frontal al tabaquismo. Por lo pronto ya surgieron tres candidatos más en la pelea, apoyados uno por el gobierno chino; otro por el japonés, y el último por el de Finlandia. La designación está prevista para noviembre.
Entre tanto, Frenk realiza campaña en los países africanos? con dinero público, naturalmente. Total, papá gobierno paga. Naturalmente, ni de lejos está pensando renunciar al cargo.
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Hete aquí que en el río revuelto de los plantones de los simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos en reclamo de limpiar la elección presidencial, algunos empresarios están tratando de zafarse de añejos problemas.
Para no ir tan lejos, un restaurante-bar con 122 años de presencia en la metrópoli pretende declararse en quiebra a pretexto de una dramática caída de ventas? para soslayar la liquidación de trabajadores con 25 o 30 años de antigüedad.
La fórmula es simple: ahí les dejo los muebles y las botellas para que los vendan.
Lo cierto es que el asunto ha fraccionado a los organismos empresariales entre los que reclaman un desalojo violento y los que promueven un diálogo civilizado con los inconformes, dada la trascendencia de sus reclamos.
La organización más virulenta en el primer grupo es la Coparmex, cuyo activismo llegó al extremo de reclamarle a la Cámara de Comercio de la metrópoli lo que ubica como posición ?tibia? ante el gobierno capitalino, al aceptar las migajas que plantea la exención de impuestos. Más aún, a pretexto de no estar al corriente en el pago de sus cuotas a la Concamin, se impidió la presencia de la Canacintra en la conferencia conjunta entre las cúpulas mercantil e industrial para protestar por los plantones. Al evento, por cierto, no fue la Canaco.
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Hasta hoy el grupo industrial Minera México sólo ha recontratado a 500 de los mil 250 trabajadores de la mina La Caridad, que liquidó al amago de cierre de ésta, ahora con la categoría de operadores
generales.
Los contratos son apenas por 28 días, lo que coloca a la empresa en aptitud de deshacerse de ellos si estallara algún paro ilegal.
Las liquidaciones oscilan entre 110 y 260 mil pesos.
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Por cuestiones de agenda del presidente Vicente Fox, ya ve usted que sin él no hay fiesta que valga, se pospuso un mes la asamblea general ordinaria de la Concamin en que se dará el cambio de estafeta de la presidencia: Ismael Plascencia por León Halkin. El evento se realizará el 7 de octubre.
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