Aunque en el papel las ?enormes fortalezas? de Nacional Financiera permitirían, a la fusión a la vista instrumentada a espaldas del Congreso, colocar muletas a las graves carencias del Banco Nacional de Comercio Exterior, en la práctica sucedería exactamente lo contrario: el pez chico comiéndose al grande.
De entrada, a diferencia radical de Nafin, el Bancomext no presenta grietas en su fondo de reservas para hacer frente a las solicitudes de jubilaciones y pensiones de sus trabajadores.
Más allá, pese a la perversidad gubernamental que le endilgó créditos que de entrada tenían etiqueta de incobrables, éste ha estado más integrado que aquel a su función primaria de acercar financiamiento a las empresas objetivo.
Mientras Nacional Financiera otorgó a éstas una derrama en el segundo trimestre de este año de seis mil 884 millones de pesos, la del Bancomext alcanzó 19 mil 900, es decir más que triplicó la cifra. Lo inaudito del caso es que aún le alcanzó para financiar sus tareas de promoción, en un escenario en que a partir de 1989 se le cedió la faena sin facilitarle los trastos, lo que le ha permitido al gobierno ahorrarse alrededor de 788 millones de dólares.
Más aún, con todo y la larga racha de pérdidas acumuladas que se extendió por un lustro, el banco de desarrollo ubicado como número dos logró generar utilidades al tercer trimestre del año por 618 millones de pesos.
Digamos que en tanto el Bancomext se levantaba de la lona para seguir en la pelea como banca de desarrollo, Nafin se convirtió, bajo la batuta de banqueros comerciales, en una empresa de factoraje con proa hacia las pequeñas y medianas empresas que actúan como proveedores de las grandes cadenas mercantiles e industrias gigantes? y de pasadita hacer ?casque? en el mercado de capitales.
De hecho, la posibilidad de que los autoservicios realicen funciones de banca privada la deja ayuna de clientela?
El resto es pura mercadotecnia para inflar los números al más puro estilo foxista, al plantearse como acciones a favor de las Pymes las consultas telefónicas o vía Internet. Los números están en la mesa: Aunque su cartera vigente de crédito creció de 80 mil 644 millones en el cuarto semestre de 2003 a 151 mil 930 en el segundo de 2006, una parte de éstos, concretamente 66 mil 263 millones, se orientaron a sus tareas como agente financiero del gobierno federal.
Más aún, 55 mil 566 millones se enfocaron de plano a financiar al gobierno, en tanto 22 mil 991 apuntaron al otorgamiento de créditos a intermediarios financieros.
De hecho, se dio el caso que en el cuarto trimestre de 2004 la derrama real hacia su sector objetivo, es decir directo a las Pymes, fue de sólo tres mil 651 millones.
Lo absurdo del asunto es que el golpe hacia el Bancomext se orienta fundamentalmente a despojarlo de sus funciones de promoción de comercio exterior, a soslayo de los expertos que han sido capacitados por años; sus bases de datos; sus consejerías comerciales; sus contactos para realizar exposiciones y su aparato de créditos.
La andanada que se telegrafió al nombrase a Mario Laborín como director general de una y otra instancias de desarrollo, parecería soslayar el papel que jugó el Bancomext en el rescate de empresas golpeadas por las crisis de 1982, 1988 y 1994.
Ahora que el desdén hacia el Eximbank mexicano se inició en el sexenio salinista, cuando se le obligó a otorgarle un crédito de 400 millones de dólares al grupo Demos de Javier Garza Sepúlveda, conocido como ?El Manotas?, quien intentó el rescate de la telefónica cubana.
El empresario, como recordará usted, no resistió las presiones de Estados Unidos y abandonó el barco, dejando a la deriva los recursos que hoy pareciera misión imposible cobrándoselos al gobierno de la isla.
Más aún, en el camino se exigió al Bancomext otorgar otro colosal crédito, éste de 60 millones de billetes verdes, a un grupo empresarial que encabezaba el ex presidente de la Concamín, Vicente H. Bortoni, para convertir el esqueleto del que iba a ser el Hotel de México en un World Trade Center.
El embrollo para recuperar de lo perdido lo que aparezca, aún no se agota.
Y si le seguimos, se le endilgó olímpicamente una cartera de créditos vencidos que arrastraban desde hacia lustros productores de café, cuyo saldo, 18 años después, permanece intacto.
Y para qué hablar del financiamiento otorgado a la empresa Tribasa para construir una carretera en Chile, que debió ser incautada.
Hay quien dice que se le dio un golpe de Estado a los trabajadores del Bancomext al iniciarse el proceso de su fusión a Nafin a soslayo de la obligación jurídica de solicitar al Congreso la modificación de las respectivas leyes orgánicas de uno y otro bancos de desarrollo.
¿Matrimonio por conveniencia?
Balance general
A la callada la Comisión Federal de Competencia inició una investigación sobre presuntas prácticas monopólicas en el servicio de interconexión para la terminación de llamadas de teléfonos celulares, en la presunción de la firma de convenios, contratos o combinaciones, cuyo efecto sería desplazar indebidamente el acceso de competidores o establecer ventajas.
El jaque, naturalmente, apunta hacia Teléfonos de México en la enésima ofensiva contra la firma.
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Más allá de los productores de refrescos, cuya furia frente al impuesto especial de cinco por ciento que se intenta aplicar en la miscelánea fiscal para el año próximo se ha desgranado en desplegados, quien está parada de pestañas es la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles.
La ira, en este caso, apunta a la propuesta de acotar la posibilidad de deducción fiscal en la compra de vehículos a un monto máximo de 150 mil pesos.
La exposición de motivos habla de impedir que la medida favorezca a quienes adquieren vehículos de lujo.
El problema es que en el camino se despeja a las pequeñas y medianas empresas de la posibilidad de adquirir camionetas de carga o vehículos de transporte de personas. El cabildeo en la Cámara de Diputados, por lo pronto, alcanza visos de desesperación.
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La sorpresa la dio ayer el grupo Vitro al anunciar la fusión de su división Vidrio Plano a su subsidiaria Viméxico.
El movimiento apunta a pagar en especie las deudas que mantenía la primera con la segunda. De hecho, el débito global de ésta se reduce a 135 millones de dólares.
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Será a principios del año próximo cuando el grupo cervecero Modelo y Nestlé Waters concreten en los hechos su alianza estratégica pactada hace unos días, a cuya vera el primero distribuirá los productos del segundo, con énfasis en tres marca: Santa María, S. Pellegrini Perrier.
El pacto se plantea en la coyuntura del crecimiento espectacular del mercado de agua embotellada en México que la coloca como el segundo mayor del planeta con ventas anuales de 15 mil millones de litros. El crecimiento alcanza niveles de ocho por ciento anual en los últimos cinco años.
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La nueva administración del Sistema de Transporte Colectivo, encabezada por Francisco Bojórquez Hernández, adjudicó ayer su primer contrato para modernizar, ampliar y renovar la flota de trenes, cuyo monto araña los 80 millones de dólares.
En el escenario para el año próximo se planea destinar además cuatro mil millones para mantenimiento mayor del sistema.
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