Penúltimo
Si se confirma el vaticinio del Banco de México de un crecimiento económico de tres por cieto durante 2005, el sexenio del presidente Vicente Fox se ubicará en el penúltimo lugar en el renglón desde la época de Adolfo López Mateos, superando sólo al de Miguel de la Madrid
El sexenio de Miguel de la Madrid alcanzó un promedio de sólo 0.24 por ciento de crecimiento por año; y en los cinco que lleva el actual régimen éste ha sido de 1.80 por ciento? frente a 6.78 por ciento, por ejemplo, del presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Naturalmente, estará usted pensando que es arbitrario comparar peras con manzanas, dado que el partido aún no termina. Sin embargo, aún confirmándose la expectativa de la Secretaría de Hacienda de 3.5 por ciento para este 2006, el promedio sería inalcanzable para subir otro escaloncito? a menos, claro, que sucediera un milagro.
Estaríamos hablando de un promedio, ahora sí sexenal, de 2.13 por ciento, frente a 3.50 por ciento del anterior gobierno, o 3.70 por ciento del de Carlos Salinas de Gortari.
Lo dramático del asunto es que mientras el régimen foxista acumuló un saldo negativo en su primer año de 0.30 por ciento, el zedillista logró remontar otro de un inaudito 6.20 por ciento en el mismo lapso, justo el más pesado de la crisis derivada del ?error de diciembre? de 2004.
La marca de crecimiento en un solo año la tiene el gobierno lopezmateísta: 11 por ciento en 1964, seguido del inaudito 9.20 por ciento alcanzado en 1980, cuarto año del régimen
lopezportillista.
Ahora que de cerrarse este año con una tasa de inflación de tres por ciento, el Gobierno foxista habrá llegado a un acumulado de sólo 26.47 por ciento, frente a 158.83 por ciento alcanzado sólo en 1987; 98.80 por ciento de 1982, o 52 por ciento de 1995.
Sin embargo, el monto palidece si se compara con 14.45 por ciento acumulado en el sexenio de Adolfo López Mateos, o 17.13 por ciento del de Gustavo Díaz Ordaz.
El hecho es que el Gobierno foxista vuelve a caer al penúltimo lugar cuando se habla de una mejoría en el nivel de vida de la población, al dividirse la evolución del salario mínimo frente a la inflación acumulada.
Salvo en el primer año de gobierno, cuando la inflación llegó a 4.40 por ciento y los minisalarios se incrementaron 6.40 por ciento, la proporción ha sido negativa.
En el 2002 la primera fue de 5.70 por ciento y los segundos crecieron sólo 4.40 por ciento; en 2003 se llegó a un 3.98-3.09 por ciento; en 2004 a 5.14-3.93 por ciento, y el año pasado a un 3.33-3.08 por ciento.
Dicho más concretamente, el poder adquisitivo de los trabajadores se ubica en el equivalente a 73.99% del que se tenía durante el Gobierno del presidente Adolfo López Mateos, por más que en 1982 la inflación fue de 98.80 por ciento y los salarios crecieron sólo 33.33 por ciento; en 1987 la proporción fue de 158.83 por ciento contra 84.85 por ciento; en 1990 de 30-16.67 por ciento, y en 1995 de 52 por ciento contra sólo 7.01 por ciento.
En el quinto año del gobierno Delamadrilista el nivel de vida equivalía al 71.2 por ciento de la base de medición, en tanto en el diazordacista se había incrementado en 235.75 por cienot; en el Echeverrista en 244.84 por ciento, y en el salinista se ubicaba en sólo 98.08 por ciento, es decir a los 1.08 puntos del empate.
A manera de simple anécdota, le diremos que el Gobierno más laxo en materia de crecimiento real de los salarios mínimos fue el diazordacista, cuando las revisiones eran bianuales. Así, acumulada una tasa de sólo tres por ciento en 1965 y 66, los salarios mínimos crecieron ¡16.28!
Por lo demás, si usted piensa que a fin de cuentas nadie gana la percepción mínima, hete aquí que de acuerdo con las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social son 521 mil 908 trabajadores, es decir el 4.24 por ciento del global, quienes cotizan con esa percepción.
Ahora que 31.62 por ciento gana entre uno y dos salarios mínimos; 22.58 por ciento entre dos y tres; 12.40 por ciento entre tres y cuatro; 7.26 por ciento entre cuatro y cinco, y 13.68 por ciento entre cinco y 10. Del total de inscritos apenas 2.51 por ciento, es decir 308 mil 728, perciben más de 20 salarios mínimos.
Por lo pronto, quienes hablan de un sexenio perdido ya tienen materia para alimentar la polémica.
Balance general
Aunque comparte a plenitud las razones, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) no suscribirá la convocatoria de la Caintra de Nuevo León y la Canaco de Monterrey para un eventual boicot de un día en la compra de gasolinas, en protesta por la exigencia de pagar el consumo con tarjeta bancaria para tener derecho a la deducción? sin haberse garantizado la mecánica elemental.
Como usted sabe, el paro está programado para el 8 de febrero próximo.
Con la cúpula de cúpulas son dos los organismos empresariales que rechazan la alternativa de presión. El otro es la Canacintra.
La ira de los empresarios regios apunta hacia los largos recorridos que deben realizar sus transportes para ubicar un expendio que cubra los requisitos; el pago de una comisión de cuatro, cinco y hasta seis por ciento sobre el monto del consumo por supuesto ?servicio satelital?, y media docena de inconvenientes más.
La paradoja del caso es que la medida se implantó más con la mira de meter en cintura a las gasolineras en sus pagos al fisco, que para evitar abusos de las empresas en sus deducciones.
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Renuente a levantar las cuotas compensatorias impuestas al cemento mexicano por una supuesta práctica de dumping o precio de exportación inferior al del mercado doméstico ocurrida ¡hace 12 años!, hete aquí que la necesidad está obligando a Estados Unidos a flexibilizar su postura ?a medias?.
La Casa Blanca, apremiada por la exigencia de acelerar la reconstrucción de las zonas dañadas por el huracán Katrina, está a punto de firmar un convenio con el gobierno del presidente Vicente Fox para permitir un ingreso extraordinario del producto sin pago de arancel o impuesto de importación.
La cuota sería de cuatro millones de toneladas.
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La semana entrante, concretamente el martes 17, celebrará la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra) una asamblea extraordinaria de accionistas en la que se oficializará su cambio de razón social, tras la venta de sus filiales Mexicana de Aviación y Click.
Aparentemente la firma se quedará con el nombre de Aerovías de México, es decir la controladora original de Aeroméxico, la línea aérea que no pudo privatizar hace algunas semanas.
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De prosperar la pretensión de un segmento del Partido Alternativa Social Demócrata y Campesina para sustituir a Patricia Mercado por el empresario farmacéutico Víctor González Torres como su candidato a la Presidencia de la República, podría no ser el único cambio de último minuto. También en el PRI hace aire.
Las señales apuntan al estallido de un escándalo de proporciones colosales que involucraría al candidato presidencial del partido tricolor, Roberto Madrazo Pintado, cuya reacción inmediata sería planear su relevo.
El nuevo aspirante sería el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás.
La acusación contra Madrazo, lo adivinó usted, hablaría de enriquecimiento inexplicable.
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