Congeladas en el Congreso cinco iniciativas para dotarle de la anhelada autonomía de gestión, el arribo del nuevo sexenio sorprenderá a Petróleos Mexicanos en el peor de los mundos: menor ingreso, nula posibilidad de endeudamiento y mayor exigencia de inversión para mantenerse a flote
En el escenario con perfil apocalíptico se desgranan la dramática declinación de Cantarell, su yacimiento estelar; su ubicación en un marco de quiebra técnica al sumar más el valor de sus activos al de sus pasivos; su cada día más peligrosa faltante de reservas laborales; la inminente caída en el precio internacional del crudo?
De acuerdo con el cálculo de los expertos el reclamo mínimo de gasto de inversión para la paraestatal sería de diez mil millones de dólares en los próximos diez años, frente a los dos mil 600 en promedio erogados en los últimos 15? cuando la exigencia hablaba de seis mil.
Digamos que el Gobierno foxista y antes el zedillista dejaron pasar olímpicamente los años de bonanza para alimentar el gasto corriente, en copia fiel del original del periodo 1979-1982, cuando el ex presidente José López Portillo convocaba a aprender a administrar la riqueza.
¿Se acuerda cuando la demagogia prometía colocar a la paraestatal como la número uno del planeta?
La paradoja del caso es que al amanecer del actual sexenio tanto la Secretaría de Hacienda como la de Energía, es decir, Francisco Gil Díaz y Ernesto Martens, hablaban de que con 22 o 23 mil millones de dólares al año de ingresos tributarios de Pemex saldría el presupuesto? y van más de 90 mil.
De hecho, si en 2002 el porcentaje de participación de la paraestatal en el ingreso global del sector público alcanzaba 30 por ciento, este año llegará a 42 por ciento, tras rebasar 37 por ciento en 2005 y 35 por ciento en 2004. Más aún, si entonces la proporción era el equivalente a siete por ciento del Producto Interno Bruto, hoy alcanza nueve por ciento.
Por lo pronto, el declive de Cantarell, el yacimiento del que se extrae 62 por ciento de la producción nacional de petróleo, está ya en su fase final. Según los expertos ésta podría alcanzar un ritmo de entre ocho por ciento y 15 por ciento al año. El escenario optimista hablaba de alcanzar en 2010 una producción de mil 100 barriles diarios, es decir, algo menos de la mitad de los dos mil 400 actuales. El pesimista habla de llegar a 2009 con sólo 700 barriles al día.
Lo inaudito del asunto frente a la precariedad de la paraestatal, es que el pico de la cresta alcanzó su mayor altura a partir de 2002? justo cuando se profundizó el boom en el precio internacional.
El gobierno foxista, pues, multiplicó sus ingresos por doble vía: precios y producción, bonanza de la cual no participó Pemex.
Digamos que la paraestatal se quedó mirando mientras el gobierno utilizaba los recursos en gasto corriente, con la novedad de que la derrama a las entidades federativas jamás se etiquetó, es decir, los gobernadores la utilizaron como les vino en gana.
De hecho, a la exigencia de mayor presupuesto de inversión se respondió con luz verde para el sobreendeudamiento, a cuya vera se alcanzó el escenario de quiebra técnica.
En la carambola, si Petróleos Mexicanos decidiera seguir por el mismo camino se toparía con tasas más grandes y plazos más cortos, pese a respaldarse con la garantía de grado de inversión del país, es decir, el aval de la Tesorería de la Federación.
Peor aún, la catarata de emisiones de deuda que rebasó todos los límites de la prudencia no alcanzó para enderezar las abolladuras en sectores clave como la petroquímica, la exploración o la creación de nuevas refinerías. La gran pregunta, naturalmente, es si se le empujó a la paraestatal al precipicio para tenderle la alfombra a su privatización.
Balance general
Lo curioso del caso, frente a los desplegados de protesta que ha publicado la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera contra el alud de importaciones del edulcorante, es que la Secretaría de Economía jura y perjura que la medida se tomó con el visto bueno de los productores.
Dicho con todas las letras, al igual que la autoridad, los propietarios de los ingenios están preocupados por el sobreprecio alcanzado por el dulce, cuyo monto se calcula en 25 por ciento. El azúcar más cara del planeta, dicen.
El evidente balazo en el pie se explica ante el compromiso de los industriales de pagar a los cañeros 40 por ciento del precio en el mercado del dulce por tonelada de materia prima.
Y como el sobreprecio es producto de una burbuja especulativa a la que se pretende hacer estallar?
Ahora que, a juicio de la dependencia encabezada por Sergio García de Alba, el mercado interno se ha ido secando ante una inaudita catarata de exportaciones de azúcar refinada a Estados Unidos, cuyo monto alcanza ya las 800 mil toneladas métricas.
Lo cierto es que la compra de dulce del exterior en el último mes llega ya a 240 mil toneladas: 90 mil que se destinaron al abasto de empresas con programas Pitex, es decir, importación para exportaciones; 100 mil para equilibrar el mercado? y 60 mil para cubrir compromisos contraídos con Centroamérica.
Por lo pronto el precio del edulcorante se ha reducido 3.14 por ciento en el caso de la refinada o blanca, y 2.17 por ciento en la estándar o morena.
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A la callada, la cadena de tiendas Gigante apelará la sanción que le impuso la Secretaría de la Función Pública que le impide participar en licitaciones públicas durante un año.
La exposición de motivos habla de una interpretación rigorista de la ley.
El problema de la firma de Ángel Lozada se ubica en una licitación para la compra de vales de despensa destinados a los trabajadores de la agencia de información oficial Notimex, ahora con etiqueta de independiente. De acuerdo con el órgano de control interno de la entidad gubernamental, Gigante jugaba con dos cachuchas al plantear una oferta por su cuenta y otra por parte de la firma Prestaciones Universales, de la que es socio con 10% del capital.
El alegato de la empresa mercantil es que la mayoría de las cadenas de tiendas de autoservicio con presencia nacional participa en la empresa que, sin embargo, actúa en forma independiente.
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A la callada, sin mayor aspaviento, la empresa cementera Holcim Apasco firmó un contrato con el fideicomiso Provivah para la construcción de dos mil viviendas destinadas a las familias de escasos recursos damnificadas por el huracán Stan a su paso el año pasado por Chiapas.
Anteriormente, con cargo a sus generosos programas sociales, la compañía de capital suizo había facilitado la construcción o remodelación de 800 casas: 74 en Acapulco, 505 en Colima, y 280 en Veracruz, 100 de las cuales se destinaron a discapacitados.
Las viviendas en el estado del sureste del país se ubicarán en Los Palacios, La Perla, Santa Amalia y Santa Isabel, todas ellas colonias de Tapachula, además de El Meco, Huixtla y Los Cerritos, Suchiate.
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Será finalmente en diciembre cuando Satélites Mexicanos logre el visto bueno de un juez para salir del capítulo XI de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, una vez que se instrumente en los hechos su programa de reestructura de deuda aprobado por dos terceras partes de sus acreedores.
La fecha límite para aceptar o rechazar la propuesta por parte de la autoridad judicial vence el 20 de octubre próximo.
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