La buena noticia para México es que Pemex logró ubicar en aguas profundas un yacimiento que a mediano plazo podría equilibrar la declinación de Cantarell. La mala es que la transportación de los insumos para instalar las plataformas correspondientes la realizarán barcos extranjeros.
A quién le importa si el primero de julio pasado entró en vigor la Ley de Navegación y Comercio Marítimo que reserva a navieros mexicanos con embarcaciones nacionales las tareas de cabotaje. A quién le importa si el espíritu de la disposición estuvo presente durante 12 años en la Ley de Navegación y aún en sus reformas aprobadas en 1998 y en 2000.
A quién le importa si el artículo 28 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público señala que ?podría negarse la participación a extranjeros en licitaciones internacionales, cuando el país del cual sean nacionales no tenga celebrado un tratado y ese país no conceda un trato recíproco a los licitantes, proveedores, bienes o servicios mexicanos?.
A quién le importa si la mayoría de países desarrollados integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mantienen acotadas las operaciones de cabotaje, es decir, navegación y transportación interna, a su propia marina mercante. A quién le importa si 40% de las operaciones de cabotaje en aguas mexicanas al servicio de Pemex las realizan barcos que no reúnen los requisitos previstos en la ley. Total, para eso existe la simulación.
Amparándose en la prelación que planteaba el artículo 34 de la Ley de Navegación para otorgar permisos temporales de navegación interior y de cabotaje a navíos extranjeros, en caso de no existir embarcaciones mexicanas disponibles y en igualdad de condiciones técnicas y precio, los funcionarios de la paraestatal dejan olímpicamente inflar las velas con proa de uno a otro puertos nacionales.
El problema es que sí existen embarcaciones disponibles en el país y en igualdad de condiciones técnicas y precio? por más que aquí no se tienen las prerrogativas fiscales que existen en otros países, ni el gobierno les otorga los subsidios que llueven en éstos.
Y el problema, más allá, es que la fracción I del artículo señalado habla a la letra de contratar navieros mexicanos con embarcación extranjera que tengan contratos de arrendamiento o fletamento a casco desnudo, es decir, que estén en vías de ser adquiridos.
El caso es que han surgido decenas de empresas con un capital social de 50 mil pesos, que en el papel exhiben contratos de arrendamiento financiero para izar la bandera mexicana en sus barcos? y cambiarla en aguas profundas por la del país a que pertenecen.
Estamos hablando de Estados Unidos, Bahamas, Brasil o Grecia.
Haga de cuenta que a un avión de KLM se le colocara un pegote para tapar su razón social? con lo que podría volar de Guadalajara a Monterrey o de Veracruz a Tapachula. Haga de cuenta que hubiera tráileres con portezuelas intercambiables que cambian las barras y estrellas por el águila para seguirse de filo de El Paso a Ciudad Juárez y de ahí a Querétaro.
Lo de menos, naturalmente, es verificar si la supuesta empresa de arrendamiento dio realmente de baja en sus inventarios el activo, o si la supuesta arrendante colocó al pasivo en sus estados financieros.
Lo de menos, en paralelo, es verificar si se cumple con el artículo 10 de la Ley de Navegación que exige a personas físicas o morales constituirse de conformidad con las leyes mexicanas para abanderar embarcaciones de su propiedad o en posesión mediante contratos de arrendamiento financiero.
De acuerdo con lo establecido en el artículo 25 de la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito y el 15 del Código Fiscal Federal, un contrato de arrendamiento financiero permite el uso o goce temporal de un determinado bien a plazo forzoso, obligándose el beneficiario a pagar una contraprestación. Esta debe cubrir no sólo el valor de adquisición del bien, sino las cargas financieras y demás accesorios.
Al término de éste se plantean tres opciones: la compra de los bienes a un precio inferior a su valor de adquisición; prorrogar el plazo para mantener el uso o goce temporal pagando una renta inferior a los pagos periódicos que venía haciendo, o participar con la arrendadora financiera en el precio de la venta de los barcos a un tercero.
La gran pregunta, naturalmente, es sí con un capital de 50 mil pesos una empresa está en opción de adquirir un barco, así sea por esa vía.
Imagínese la de marinos mercantes que habríamos en el país.
Por lo pronto, si antes los capitanes Sir Francis Drake, Lorencillo, Barba Negra o Morgan gritaban ¡al abordaje!, hoy gritan ¡al cabotaje!
Y si antes a algunos barcos piratas los abanderaba la mismísima reina de Inglaterra, hoy lo hacen los funcionarios de Pemex.
Balance general
A contrapelo del escenario de quiebra técnica en que se ubica, al superar con 10 mil 200 millones de pesos el valor de sus pasivos al de sus activos, Petróleos Mexicanos sigue su alocada carrera hacia el sobreendeudamiento.
En los últimos meses ha colocado papeles en los mercados secundarios de dinero por 2 mil 700 millones de dólares, además de ubicar en fila otros por 7 mil adicionales, a los que se agregan Certificados Bursátiles por 10 mil millones expedidos el año pasado.
El monto conjunto supera diez veces los 23 mil millones de pesos que le entregará este año la Secretaría de Hacienda por concepto de excedentes del ingreso petrolero. La pregunta es si tendrá fondo el barril.
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Esta semana, finalmente, el grupo industrial Minera México de Germán Larrea Mota Velasco planteará un recurso de reconsideración contra la resolución de la Comisión Federal de Competencia que rechazó la fusión entre su filial de transporte ferroviario Ferromex con Ferrosur, empresa que hasta noviembre del año pasado era propiedad del magnate Carlos Slim Helú.
De no prosperar el recurso, para cuyo desahogo se reclama un plazo de 60 días naturales, la firma recurrirá a la búsqueda de un amparo, ante la desesperación por el hecho consumado.
Como usted sabe, la fusión se realizó sin más, en la certeza de que la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta daría su visto bueno sin problemas? por más que se habla de que hasta hoy no se han aprovechado las sinergias. Por lo pronto, se debió detener la anticipada colocación de acciones de la firma resultante en la Bolsa Mexicana de Valores.
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A la callada, el magnate Bill Gates, reputado como el rico más rico del planeta, acumula ya, vía su fundación filantrópica, 10.6 por ciento del capital de Coca Cola FEMSA.
La última operación del llamado rey del software le permitió alcanzar otro pedacito de 0.7 por ciento del pastel.
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Hace unos días, sorpresivamente, el presidente Vicente Fox virtió, en el marco de una gira por el estado de Michoacán, una catarata de elogios en favor del gobernador de esa entidad federativa, Lázaro Cárdenas Batel.
Días antes éste había sido mencionado insistentemente como uno de los seguros integrantes del gabinete de Felipe Calderón Hinojosa, digo, si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avala la ventaja en la elección presidencial que le dieron los conteos del IFE.
El asunto se interpretó como un guiño hacia el Partido de la Revolución Democrática al que pertenece el hijo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Lo cierto es que Cárdenas Batel está considerando como el amigo más cercano del presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Leonel Castillo.
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