Adoptada por decisión unánime del pleno de la Comisión Federal de Competencia la posibilidad de abrir un programa de inmunidad, es decir proteger a testigos que habiendo participado en una práctica monopólica le denuncien, ahora resulta que la alternativa podría quedar bailando en el aire.
Hete aquí que a presión de ConMéxico, el organismo que aglutina a las principales empresas fabricantes de alimentos y bebidas del país, se logró convencer a los legisladores que analizan una iniciativa de reformas a la Ley Federal de Competencia Económica de cerrarle el paso a la novedad.
Dicho, pues, con todas las letras, al carecer de apoyo jurídico el esquema se quedaría sin asideras, o si lo prefiere sin cimientos. A quién le importa si el instrumento se ha aplicado durante décadas en los Estados Unidos y la Unión Europea para combatir los llamados cárteles, es decir convenios firmados en lo oscurito por empresas hegemónicas para repartirse el mercado.
De hecho, 50 por ciento de las investigaciones por prácticas monopólicas absolutas en el vecino del norte se han iniciado gracias a la existencia del programa. Más aún, en los países que integran la Unión Europea se ha logrado imponer multas por un promedio de mil 800 millones de euros al año, desmantelándose prácticas de fijación de precios; limitación de producción o comercialización de artículos, a efecto de acotar la oferta; reparto de territorios de venta por regiones o por clientes y, desde otro ángulo, uniformar posturas en licitaciones públicas.
Y a lo mejor usted piensa que México no es el país de las barras y las estrellas ni tiene que ver con los europeos. Sin embargo, la experiencia nos habla de decenas de casos.
¿No es extraño, por ejemplo, que pese a las recomendaciones, críticas, análisis, estudios y demás formas de balconeo utilizadas por el Banco de México para poner el dedo en la llaga en el tema de las elevadas comisiones bancarias, éstas no bajen un ápice?
¿Qué, en la supuesta competencia abierta entre multinacionales, nacionales, regionales y locales no habrá un valiente que le ponga las banderillas al toro?
¿No hay docenas de denuncias de colusión entre las dos empresas hegemónicas fabricantes de cerveza para repartirse territorialmente el mercado? y mantener en un mismo estándar los precios?
¿No llama la atención el que pese a los vaivenes internacionales, al interior del país se mantengan sin cambios los elevados precios del cemento?
¿No le parece raro que de pronto la gran favorita pierda un concurso de proveeduría? para ganar sin problema el siguiente? Y aunque la raya en el agua la representó la incursión agresiva de Ajemex y su producto estelar Big Cola, ¿cuándo ha visto que haya grandes disparidades en el precio de los refrescos?
¿No fue la propia ConMéxico quien denunció, en su momento, la horca caudina que representaba para los proveedores de las tiendas de autoservicio la alianza entre tres cadenas bajo el sugestivo título de Sinergia? Y no le seguimos por falta de espacio.
De acuerdo a la resolución de la dependencia en custodia de la Ley Federal de Competencia Económica que encabeza Eduardo Pérez Motta, la posibilidad que permitiría detectar y castigar las prácticas monopólicas absolutas se sustentaría en los siguientes atenuantes para los testigos que ayudaran a desmantelarlas:
-De no existir una investigación en curso sobre el asunto, los que se rajaran de integrar un cártel recibirían una multa simbólica, equivalente a un salario mínimo. -Si existiera ésta, la primera empresa que ayudara a descubrir los hilos ocultos recibirá 25 por ciento del monto de la sanción pecuniaria correspondiente; la segunda pagaría entre 50 y 70 por ciento, y el resto entre 70 y 80 por ciento, dependiendo de si la delatora inicial cooperó antes o después del inicio de la operación.
Ahora que la existencia en la Ley de la posibilidad tiene más efectos preventivos que punitivos, al saber de antemano los participantes en un ilícito que existen grandes incentivos por colaborar con la autoridad.
La paradoja del caso frente al eventual desmantelamiento de la iniciativa para reformar la Ley Federal de Competencia Económica, es que ésta la colocaron en la mesa dos legisladores de diferentes corrientes, lo que en el papel garantizaba el apoyo de sus respectivas bancadas.
Estamos hablando del priísta Eduardo Alonso Bailey Elizondo, y del panista Luis Hinojosa Moreno. ¿Sí, pero no?
Balance general
Hablando de presuntas prácticas monopólicas, la Comisión Federal de Competencia no ha dicho hasta hoy, a casi 60 días de presentada la querella, si acepta o rechaza la demanda planteada por el gobierno de la ciudad de México contra la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, a quien acusa de constituirse en cártel.
Según el documento, el organismo emitió una consigna para evitar la participación de sus agremiados en la licitación convocada para la compra masiva de vales de despensa para los trabajadores.
El concurso, lo recordará usted, se declaró desierto? ante la falta de participantes.
Los dos últimos años el contrato se lo había llevado Comercial Mexicana, quien le arrebató la estafeta a Gigante. En su defensa, las cadenas alegan que era incosteable aceptar la exigencia de un descuento de 33%, por más que el peso mayor recayera en los proveedores.
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Pues ahora resulta que la oferta de la embotelladora Arca por el grupo Herdez se inspiró en la experiencia de Pepsico, cuyo valor de mercado superó en el inaudito el año pasado al de su archirival, Coca Cola? gracias al crecimiento de su división de alimentos. Como usted sabe, la firma que pretende apoderarse de 72 por ciento de la empresa fabricante de alimentos enlatados y conservas es una de las principales embotelladoras de Coca Cola en el país.
Lo curioso del caso es que se sabe hoy que pese al porcentaje mayoritario de capital que obtendría, Arca no tendría voto efectivo y control administrativo de Herdez.
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Surgida a la escena el 11 de noviembre de 1944, la firma farmacéutica Wyeth México encabezada por Carlos Abelleyra, recibe mañana por tercer año consecutivo la distinción de empresa socialmente responsable que otorga el Centro Mexicano de Filantropía.
El trofeo se lo acreditó por sus rigurosas normas de gestión y código de conducta que permiten enaltecer los valores humanos, laborales, medioambientales y éticos en su práctica empresarial. La compañía con una nómina de mil trabajadores, facturó el año pasado 731.7 millones de dólares.
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Con la presencia del secretario de Economía, Sergio García De Alba, ayer el grupo Hir y su brazo crediticio Hir Sofol Pyme, ofrecieron un panorama general de sus logros durante el año pasado, asi como sus programas en éste para apuntalar a las empresas industriales, mercantiles y de servicios.
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