Año y medio después de la querella planteada por la Procuraduría Fiscal contra el presidente y el director general de Televisión Azteca por presuntas violaciones a la Ley del Mercado de Valores, el Ministerio Público Federal determinó que no hay sustancia para turnar el expediente a un juez.
La denuncia, como recordará usted, llegó en medio de una espesa polvareda que enfrentaba a la Secretaría de Hacienda con la segunda televisora más importante del país: el caso del año en materia de abusos contra el interés de accionistas minoritarios de una emisora de Bolsa.
En la danza, más allá de los nombres de Ricardo Salinas Pliego y Pedro Padilla Longoria, saltaban cifras de escándalo: 218 millones de dólares embolsados olímpicamente en una operación de compra y venta de papeles de deuda.
La historia usted la conoce: Colocado de espaldas a la pared por una situación financiera apremiante, Unefon decide deshacerse de una de las deudas que gravitaba con mayor peso en sus estados financieros, contraída ésta con el gigante canadiense Nortel. La coyuntura era inmejorable, dado que a éste le urgía cancelar sus débitos. Ahora que detrás de la posibilidad habría un largo escarceo entre las firmas.
Hete aquí que el convenio con la empresa del país de la hoja de arce incluía, más allá del suministro de equipos, la posibilidad de inversiones directas, en un escenario en que los accionistas de Televisión Azteca se quejaban de que se estaba arriesgando su patrimonio en la aventura de su filial Unefon.
En total, se le inyectarían a la telefónica en dinero o en especie 900 millones de dólares.
La ganancia de la firma canadiense sería un rédito sobre la apuesta de 11 por ciento en dólares, es decir más o menos el doble de lo que imponía el mercado.
El caso es que Nortel frenó el caballo a la mitad del río ante una catarata de dificultades financieras que le llevarían a acogerse al capítulo XI de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos? en cuya coyuntura Unefon la demandó por incumplimiento de contrato.
Ahora que en el jaloneo la telefónica mexicana incumplió con el pago de un abono de réditos de 28 millones de dólares, lo que automáticamente, de acuerdo a lo pactado, provocaba el vencimiento total del adeudo. Y Nortel demandó a Unefon.
Para entonces el global de la deuda se ubicaba en 350 millones de dólares? que ni en sueños podría pagar Unefon de golpe.
En ese escenario, los presidentes de Televisión Azteca y su filial de telefonía, Moisés Saba Mansri, decidieron adelantarse al eventual golpe, comprando la deuda a precio de mercado, es decir aprovechando el castigo impuesto por éste a Nortel ante su delicada situación financiera.
La cotización era de 132 millones de dólares? con la novedad de que en ese momento el gigante canadiense tenía urgencia de 150 millones para cumplir compromisos.
Ahora que entre el dicho y el hecho, Ricardo Salinas Pliego y Moisés Saba Mansri constituyeron en Estados Unidos una intermediaria que realizaría la operación, cuya razón social es Codisco.
La firma, en sociedad a partes iguales entre uno y otro empresarios, surgió con la asesoría jurídica del despacho Akim Gump Strauss Harper & Feld, cuyo consejo fue que no era necesario notificar a la Comisión de Valores y Arbitrios de los Estados Unidos, dado que Unefon no cotizaba en ese país.
El pago a Nortel se hizo con dinero del propio bolsillo de los presidentes de las firmas, dada la prohibición del Consejo de Administración de TV Azteca de inyectarle un centavo más a Unefon, y la precaria situación de ésta.
En teoría, los recursos los recuperaría en un lapso de quince años.
El caso es que realizada la transición, la telefónica se topó con un negocio inesperado: la venta a Iusacell de parte de un espectro de cobertura que le quedaba demasiado grande, dada la perspectiva de crecimiento de su clientela.
La operación, aparentemente, se pactó en 420 millones de dólares?parte de los cuales se emplearon de inmediato en comprar a Codisco la deuda objeto de la telenovela.
El caso es que ésta se pagó a precio real, es decir 350 millones de dólares, lo que redituó a Codisco una ganancia de 218 millones de billetes verdes. La paradoja del caso es que el escándalo estalló en diciembre de 2002? por una denuncia ante la autoridad bursátil de Estados Unidos del despacho Akim Gump Strauss Harper & Feld, aparentemente por temor de que le alcanzaran los tentáculos de la Ley Sarbanes-Oxley, planteada como vacuna para evitar repetir escenarios tipo Enron, Parmalat o MCI Worldcom.
El caso es que en su pliego de no acción penal la Procuraduría General de la República señala que Salinas Pliego no ocultó información para obtener beneficios bursátiles y que el público inversionista sí conoció los detalles de la reestructura de la deuda con Nortel. Usted perdone.
Balance general
La noticia es que el empresario Fernando Chico Pardo, accionista mayoritario del Grupo Aeroportuario del Sureste y el grupo Bimbo de la familia Servitje se encuentran en el centro de un remolino al ser acusados de propiciar la quiebra de la empresa argentina fabricante de alimentos conocida como Fargo, para quedarse con lo mejor de sus activos.
De hecho, Bimbo encabezó a los accionistas que solicitaron el ingreso de la compañía al capitulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos. La denuncia la colocaron en la mesa un grupo de fondos de inversión de la nación de las barras y las estrellas, entre ellos Argo Capital Investors, The Star, The Rainmac y Rainbow Global High Yield.
La vela en el entierro de Chico Pardo es que éste se adjudicó un paquete accionario de la firma argentina al rematar el grupo financiero Deutsche Bank su participación accionaria, transfiriendo más tarde el 30 por ciento de las acciones a Bimbo, quien le peleaba el mercado a Fargo. El enemigo, pues, se instaló en la sala.
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La adquisición de un avión Boeing 737-800 por parte de Aeroméxico en 80 millones de dólares es el signo más elocuente de que el gobierno pospuso indefinidamente la venta de la línea aérea? por falta de compradores.
El argumento es simple: de estar en la pelea alguna empresa del ramo, la lógica era esperar a que fuera ésta quien negociara las condiciones para obtener el crédito.
Ahora que el pretexto de los administradores oficiales de la línea aérea es que si no modernizan la flota será aún más difícil enfrentar la pelea frontal de las líneas aéreas de bajo costo.
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A contrapelo de la anunciada creación de una nueva refinería en Salina Cruz, Oaxaca, Petróleos Mexicanos está proyectando, al cuarto para las 12 del final del sexenio, lanzar toda la carga hacia Veracruz.
La planta procesadora de gasolinas con una capacidad instalada de 300 mil barriles diarios, se instalaría en Tuxpan, con una inversión global de cuatro mil 400 millones de dólares. La novedad es que ésta se construirá a la vera de las centrales termoeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad, lo que permitiría el aprovechamiento de sinergias.
De hecho, se habla de instalar en paralelo una planta generadora de electricidad. La tecnología permitirá aprovechar crudos pesados como el tipo Maya.
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