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EMPRESA

ALBERTO BARRANCO

Triple play

En lo que representa un auténtico machetazo a caballo de espadas, Teléfonos de México está acusando a la Comisión Federal de Competencia de proteger un mercado cautivo claramente monopólico, utilizando como bandera una supuesta defensa del consumidor.

La manzana de la discordia en la larga guerra entre la firma hegemónica y la dependencia la constituyen, esta vez, dos recomendaciones de ésta para acelerar el acceso de las empresas de televisión por cable como proveedoras de servicios de telefonía.

La posibilidad se fundamenta en un anteproyecto de Acuerdo de Convergencia de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, en cuyo marco se plantea integrar en uno la banda ancha, telefonía y TV restringida, es decir datos, voz y video.

Si las cableras tienen opción de utilizar su vía de acceso a los hogares en la telefonía y el servicio de internet, las compañías telefónicas a su vez podrían ofrecer servicios de televisión por cable. Dando y dando, pajarito volando.

Mientras en países como el Reino Unido de la Gran Bretaña los proveedores de televisión restringida ofrecen servicios de telefonía fija desde 1991, alcanzando ya el 15 por ciento de las líneas telefónicas del país, en España la empresa Telefónica ofrece a su vez servicios de televisión de paga en gran parte del país, haciendo lo propio desde hace unos meses la firma Verizon BellSouth en Estados Unidos.

El problema es que la dependencia encabezada por Eduardo Pérez Motta coloca a Telmex en la cola, es decir primero abres tus redes y luego le entras al negocio. Y el problema, más allá, es que la dependencia exige como requisito indispensable la portabilidad, esto es que el usuario mantenga su número sea cual sea la empresa quien le preste el servicio.

Lo cierto es que abierto el esquema a título experimental en Baja California, con énfasis en las ciudades de Tijuana y Tecate, las tarifas de telefonía fija descendieron en un 30 por ciento.

Y lo cierto, más allá, es que en Gran Bretaña y España la apertura se acotó al impedirse a las telefónicas hegemónicas entrar de inmediato al toma y daca. Así, mientras a la British Telecom se le prohibió utilizar su red para televisión de paga en un lapso de diez años, a la telefónica Española se le cerró el paso durante dos años.

De hecho, en su solicitud original de opinión de la Comisión de Competencia, planteada hace dos años, la Cámara Nacional de la Industria de Televisión por cable planteaba abiertamente prohibir a Telmex prestar servicios de televisión por Cable, ?cuando menos durante los próximos diez años a que se autorice la convergencia?.

La exposición de motivos hablaba de una asimetría mayúscula entre los usuarios de la firma de Carlos Slim Domit y los suscriptores de televisión restringida, ubicándose apenas 464 mil en la ciudad de México y zona metropolitana; 135 mil en Guadalajara; 112 mil en Monterrey; 65 mil en Puebla; 56 mil en Toluca? por más que el gran total sumaría 1.7 millones de hogares.

Ni cosquillas, pues, le harían a Telmex, cuya cobertura alcanza a 16.3 millones de líneas telefónicas fijas, vía una red 100 por ciento digital compuesta de fibra óptica, microondas, acceso inalámbrico de última milla y sistema de cable de cobre en los puntos de acceso. Más aún, la parte de fibra óptica alcanza 82 mil 700 kilómetros, es decir el 90 por ciento de la población total del país.

Ahora que Teléfonos de México señala que su poderío se sustenta en una colosal inversión que no se le está exigiendo a los cableros. Más aún, se aduce que éstos impiden una mayor competencia al ampararse una y otra vez contra las autorizaciones de ingreso de nuevas concesiones.

Lo curioso del caso es que la primera firma telefónica que subió al ring no fue Teléfonos de México sino Alestra, quien exigía a los cableros una serie de condicionantes de carácter legal, administrativo y económico para entrar al negocio. La segunda, a su vez, fue Pegaso Comunicaciones, quien pedía aguantar dos años la apertura, ?ante la posibilidad de que el título de concesión de Teléfonos de México sea modificado para suprimir la prohibición de proveer televisión?.

Finalmente, Axtel exigía un paréntesis de tres o cuatro años, ?para esperar una eficiente interconexión e interoperabilidad entre los sistemas de TV por cable y las redes de telefonía de paga?.

Y lo curioso del caso es que la Comisión Federal de Competencia sostiene que Telmex no se ha acercado aún a ella para expresar directamente sus opiniones. Más aún, los documentos enviados no aluden a las objeciones que hoy plantea.

Por lo pronto, la dependencia ha emitido dos opiniones en torno al triple play (banda ancha, telefonía, TV restringida): Una enviada a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes el 31 de octubre de 2005, y otra a la Comisión de Mejora Regulatoria de siete de julio pasado.

La conclusión es la misma: de no efectuarse rápidamente la conversión las redes de TV por cable correrían el riesgo de perder economía de alcances; retrasar la prestación de servicios de telefonía y enfrentar costos elevados en la oferta de éstos.

Le afecta a un sector estratégico de la economía al proteger a los cableros en detrimento del consumidor, dice Telmex. Nuestro único propósito es promover la competencia a favor del interés general, dice la CFC.

¿A quién le va usted?

Balance general

La noticia es que en alarde de oportunismo el fondo estadounidense Gramercy Emergin Markets, quien representa al seis por ciento de los acreedores de la firma telefónica Iusacell, se rajó de su apoyo a la propuesta de reestructura de la deuda de ésta amenazando con solicitar un procedimiento de bancarrota de la firma vía el capítulo XI de la Ley de Quiebras del país vecino.

La intención, aparentemente, es presionar a la compañía para obtener mejores condiciones para redimir el débito, lo que obligaría a replantear el esquema en su conjunto. La zancadilla llega cuando Iusacell había logrado el sí a su propuesta de más del 85 por ciento de los acreedores, lo que automáticamente obligaría al resto a asumirla.

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¿Se acuerda usted que en este espacio sostuvimos una y otra vez que tras la suspensión de los vuelos de Aerocalifornia ordenada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes existía la intención de doblarle la mano a su propietario, Raúl Aréchiga, para deshacerse de la concesión para operar el canal 28 de la televisión abierta?

Bien, pues ayer se cerró la operación. El nuevo dueño de la licencia, lo adivinó usted, es el empresario favorito del sexenio, es decir Olegario Vázquez Raña, quien integra ya un imperio en los medios al combinar prensa escrita (Excélsior), radio (Grupo Imagen) y televisión? además, naturalmente, de la cadena hotelera Camino Real y la más grande red de hospitales de lujo del país.

El precio pactado fue de 80 millones de dólares. La semana pasada se le comunicó oficialmente a Aréchiga que podía volver a operar.

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Lejana aún la fecha en que Alberto Núñez Esteva deje la presidencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana, ya están en el palenque dos gallos para pelear la silla: Sergio Peralta Sandoval y Ricardo González Sada.

El primero, hijo de Anacarsis (?Carcho?) Peralta, alguna vez propietario del hotel Regis, una de las leyendas urbanas que se llevó el terremoto del 1985, es presidente del consorcio inmobiliario Gruper. El segundo ha sido funcionario de empresas insignia de Monterrey: Fomento Económico Mexicano (Femsa) y Vitro, siendo presidente de la Comisión de Comunicación del sindicato patronal.

La asamblea electiva, a la que convocan los 57 centros empresariales, se realizará el 14 de septiembre, por más que el cambio de estafeta llegará hasta el 27 de octubre.

albertobach@yahoo.com.mx

barrancoalberto@prodigy.net.mx

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