QUITO, Ecuador.- Es cada día más impresionante el fenómeno de la migración mundial y sus repercusiones en lo social, político y económico.
Según el Banco Mundial en 2004 las transferencias de los migrantes a sus países de origen superaron los 125 mil millones de dólares. Aquí en Quito, majestuosa ciudad conocida como el centro del mundo, el fenómeno de la migración es apabullante.
Más de un millón y medio de ecuatorianos de una población total de 13.5 millones salieron del país en busca de trabajo y un mejor nivel de vida en los últimos cinco anos.
Se calcula que cerca del 20 por ciento de la población de Ecuador vive en otros países, especialmente Estados Unidos, Venezuela, Panamá, Chile y recientemente España.
A raíz de la inestabilidad política y económica, iniciada en 1996, el ingenio y arrojo de los ecuatorianos para salir al exterior no ha tenido límites.
Una gran cantidad de profesionistas como ingenieros, contadores y profesores, además de los tradicionales migrantes, ha tenido que dejar el Ecuador ante el pavoroso desempleo superior al 40 por ciento.
Así como el “sueño americano” fue parte de la vida de miles de ecuatorianos en años pasados, hoy el sueño se llama España y tiene más posibilidades de hacerse realidad.
En Madrid viven unos 300 mil ecuatorianos y gracias a convenios con el Gobierno español y a la similitud de la cultura y el idioma, las historias de éxito se repiten semana a semana.
Existen varias organizaciones de emigrantes del Ecuador, programas de radio, revistas y una activa comunidad ecuatoriana que organiza eventos sociales y culturales. El pasado viernes el diario El Comercio, el de mayor prestigio en Quito, inició en Madrid un tabloide semanal para servir a los ecuatorianos que residen en suelo español.
Las barreras impuestas por Estados Unidos a los migrantes ecuatorianos que incluyen restricciones por parte de México, originaron esta avalancha hacia España que hoy es vista como una bendición en este país.
Cansados de los abusos y el pésimo trato que recibían en Estados Unidos, los ecuatorianos voltearon a Europa en donde les ofrecen trabajo digno, un trato decoroso, la posibilidad de una residencia legal e incluso préstamos para compra de vivienda.
Los ecuatorianos, pues, no se rasgan las vestiduras por las políticas antiinmigrantes de los norteamericanos ni se acongojan por la construcción de un nuevo muro fronterizo.
Eso sí están preocupados por la fuga de profesionistas, producto de esta inestabilidad que en los últimos diez años generó la existencia de siete presidentes.
Hoy en día el principal debate en Ecuador se centra en la aprobación del tratado de libre comercio, especialmente en las comunidades indígenas que anticipan la muerte del agro al firmarse dicho acuerdo comercial con Estados Unidos.
El presidente actual, el médico Alfredo Palacios, favorece al tratado comercial y realiza una campaña agresiva en contra de quienes nada quieren saber del comercio libre. Perú y Colombia ya signaron sus respectivos tratados en fechas recientes, en caso de que Ecuador no lo concrete hay riesgos de un nuevo clima de inestabilidad que generaría la huida de capitales y un estancamiento en las inversiones.
Hoy los ecuatorianos piensan que su pobreza y rezago social es producto de la corrupción y la ineptitud de sus gobernantes. Pocos culpan aquí a Estados Unidos o a los empresarios.
Si logra un buen acuerdo comercial y supera la corrupción política, Ecuador ocupará en el futuro un lugar privilegiado en Latinoamérica, similar a Chile. Resta esperar a que los políticos bribones estén dispuestos a ceder su lugar.
AL MARGEN.- En la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa celebrada aquí el fin de semana, México ocupó el primer lugar en crímenes y agresiones en contra de periodistas. ¿Se acuerdan cuando nadie creía en la “colombianización” mexicana?
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