El ambiente político local comienza a calentarse con el inicio de campaña de los candidatos a diputados. Ayer Gerardo Alba Castillo y Lucrecia Martínez Dam, aspirantes al distrito 05 y 06 por el PRI, comenzaron sus actividades proselitistas. Lo mismo ocurrió con los panistas Jesús de León Tello y Carlos Bracho González.
Los cuatro contendientes se dicen confiados en alcanzar la victoria, sin embargo, reconocen que la batalla no será sencilla. Sobre todo ahora que la clase política “goza” de un gran desprestigio entre la ciudadanía, por lo que la afirmación de Gerardo Alba resulta por demás acertada: “no hay ningún distrito amarrado para nadie”.
Son los diputados y los senadores, las figuras políticas que mayor descrédito tienen entre la población, ya que pocos son los que conocen a fondo la labor de los legisladores, además de que ellos mismos con sus inasistencias al Congreso de la Unión, han contribuido a la mala imagen que de ellos se tiene.
Como todo inicio de campaña los contendientes prometen que en caso de ganar, ellos trabajarán por sus representados y regresarán a sus distritos ya como legisladores, discursos que la gente han escuchado por años y que por lo mismo dudan de esas promesas.
El principal reto en esta contienda, tanto en La Laguna de Coahuila como la de Durango, es que los políticos ofrezcan campañas de altura, privilegiando las propuestas sobre las descalificaciones. La guerra sucia debe ser una arma que no debe utilizarse.
Pero sobre todo, deben establecer compromisos concretos que en realidad se puedan realizar. Más allá de la demagogia, la Comarca Lagunera necesita de representantes federales que lleven a la tribuna los principales problemas de la sociedad, pero sobre todo propuestas para solucionarlos. De ellos depende recuperar la credibilidad perdida, así que este nuevo proceso electoral representa una oportunidad para lograrlo.
