Actualmente sólo nueve entidades federativas, de las 32 que conforman el territorio nacional, han realizado una planeación adecuada de instalaciones de disposición final de basura. Entre ellas se encuentra Torreón y Durango.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Tener un restaurante de mariscos frente a un contenedor de basura no representó nunca un problema para la señora Keiko de Avilés, hasta que el contenedor se perdió de vista, sumido en un cerro de bolsas llenas de desechos. A más de un año de haber puesto su negocio a un costado de la autopista Del Sol, en la ciudad de Cuernavaca, jamás había visto tanta basura junta ni tanta clientela perdida. El olor es tan fétido, que sus ventas han bajado a más de la mitad.
El depósito conocido como El Polvorín, ubicado sobre la autopista y junto a un módulo de atención turística de Caminos y Puentes Federales, se convirtió en una montaña de basura acumulada desde 20 días atrás, cuando los camiones recolectores dejaron de llevársela. ?El dolor de cabeza no se nos quita?, exclama la señora Avilés. ?Empezamos a tener moscas y cucarachas, diario fumigamos, pero no se acaban y no podemos estar encerrados tampoco, se nos encierra el olor?.
Para evitar que las ratas entren a su local, Consuelo García, dueña de una tienda de abarrotes próxima al contenedor, ha colocado pan envenenado en la banqueta. Es lo único que puede hacer, tras haber perdido todo lo que invirtió en un pequeño local de jugos y tortas, que estaría a un lado de la tienda y sería inaugurado 20 días atrás, justo cuando la basura empezó a acumularse.
Martín, el encargado del contenedor, porta un cubrebocas para soportar las horas que tiene que pasar en ese lugar, aun siendo pepenador. ?Ya no deberíamos recibirla, pero la gente no entiende que ya no cabe, vienen y tiran sus bolsas... Luego quieren hasta golpear a uno... Se enojan. No podemos ni sacar el material para venderlo, porque al romper las bolsas, con el viento se regaría la basura y el olor?, lamenta.
Estas empresarias son un ejemplo de lo que vive la capital morelense: las consecuencias de un mal manejo de los desechos y un desinterés total de las autoridades por resolver un problema viejo pero creciente, al que sólo atienden cuando lo importante se ha vuelto urgente.
Lo que sucede en la ciudad de la ?eterna primavera? demuestra que la basura puede ser una fuente de empleo e ingresos importantes, o un grave problema ambiental y de salud, según el tratamiento que se le dé. De acuerdo con la investigadora del Instituto Politécnico Nacional, Rosa Laura Meraz, en México hay tres tipos de sitios para disposición final de desechos: el basurero a cielo abierto sin ningún control; el basurero controlado, que es un banco de materiales donde se compacta y cubre la basura con tierra y el relleno sanitario, obra de ingenieria con sistemas de captación de biogás y lixiviados (líquidos producto de la basura orgánica).
Según reportes de autoridades estatales, recabados por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), existen 650 tiraderos a cielo abierto y alrededor de 200 sitios controlados, de los cuales sólo nueve ?se acercan? al cumplimiento de la norma ambiental: Monterrey, Torreón, Tlanepantla, Mérida, Querétaro, Nuevo Laredo, San Juan del Río, Nogales y Durango.
Esto significa que, de 32 entidades federativas que conforman el territorio nacional, 23 no han realizado la adecuada ?selección del sitio, diseño, construcción, operación, monitoreo, clausura y obras complementarias de un sitio de disposición final de residuos sólidos urbanos y de manejo especial?, que exige la Nom-083-Semarnat-2003, por lo que corren el riesgo de, eventualmente, padecer conflictos logísticos y sociales derivados de un mal tratamiento de su basura.
?La disposición de los residuos tradicionalmente ha sido en tiraderos a cielo abierto, que causan muchas molestias y contaminan?, reconoció Jorge Hinojosa, secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente de Morelos; estado que se ubica en el grupo de los que más basura producen en todo el país: el 63 por ciento de los desechos a nivel nacional se generan en la zona centro, integrada por los estados de Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y el Distrito Federal.
Los focos rojos, por el número de toneladas de desechos que generan contra el número de rellenos adecuados, son: el Distrito Federal, que en 2005 produjo cuatro millones, 550 mil toneladas; Jalisco, que en el mismo periodo generó dos millones 482 mil toneladas; Veracruz, con un millón 927 mil toneladas; Guanajuato, con un millón 584 mil toneladas y Puebla, con un millón 548 mil toneladas.
Resalta el caso del Estado de México, que siendo el mayor productor de basura en el país (cinco millones 902 mil toneladas durante el año pasado), cuenta con un solo relleno en regla y su tiradero más recurrido -el Bordo de Xochiaca- procesa sólo un 20 por ciento de sus residuos.
Tetlama: la discordia
Los habitantes de Tetlama, un municipio ubicado a 30 kilómetros de Cuernavaca, bloquearon el acceso al gran basurero del mismo nombre, cansados del paso diario de más de 50 camiones por su avenida principal, que en el trayecto regaban basura, esparcían la peste y quebraban el pavimento, dejando grietas y hoyos por todo el camino.
Los conductores de los recolectores, indiferentes al bloqueo -pues siguen percibiendo un salario del ayuntamiento-, decidieron no recoger más basura hasta que se abra el acceso, al no haber dónde depositarla ni camiones para transportarla. En el punto de transferencia de El Polvorín, una mina cercana a la ciudad que sirve como encierro para los recolectores, ya no cabe un trailer más: todos están estacionados y rebosantes de basura, en espera de un sitio a dónde llevar su carga.
La maestra Rosa Laura Meraz, especialista del IPN en gestión integral de residuos, asegura que la única forma de evitar que otra ciudad del país se inunde de basura, es crear rellenos sanitarios con celdas, una geomembrana, los desechos compactados y cubiertos de tierra; con pozos de captación de biogás y de lixiviados.
Separación, esfuerzo insuficiente
Los esfuerzos del Gobierno, indicó la investigadora, deberían dirigirse a buscar otras alternativas, pues la separación entre orgánico e inorgánico, a pesar de ser útil, aun es insuficiente. Es necesario fomentar cada vez más, recalcó, el reciclaje, el composteo y la incineración, pues hasta hoy es muy poco lo que se recicla -de 14 mil toneladas de basura que se producen en el Distrito Federal al día, solo dos mil se quedan en las plantas de separación- y hay muy pocas plantas de composteo (sólo la Central de Abasto produce 900 toneladas al día de residuos orgánicos).
En el fondo de esta problemática, asegura la investigadora, hay una solución viable y una fuente importante de empleos y dinero. De tratarse adecuadamente, la basura generaría grandes ganancias al reciclarse y trabajo para quienes se ocupen de ello, amén de librar a todos de sus desechos sin que éstos se desborden y provoquen conflictos sociales, como los de Morelos. En contraste, otros estados explotan en su beneficio los tiraderos de basura, como Nuevo León, donde los gases emitidos en los basureros son utilizados para generar energía eléctrica; lo cual puede ser muy rentable si se considera que una tonelada de residuos produce 107 metros cúbicos de metano