EFE
Nueva Delhi.- Las más de 36 mil bodas celebradas en Nueva Delhi han llenado de carpas, música y fuegos artificiales la capital india, durante lo que los astrólogos hindúes han designado como el período más propicio del año para dar ese paso.
Como consecuencia de ello, los servicios que rodean a estas vistosas celebraciones en la India estaban totalmente copados ante la avalancha de encargos, lo que ha hecho que muchas parejas que habían dejado sus reservas para el último momento hayan tenido que posponer su boda.
"Estoy tan contenta de que hicimos todas las reservas con mucha anticipación, allá por agosto", declaraba al periódico "The Times of India" Kalyani Garg, una flamante novia.
"Conozco a un par de parejas que se han visto obligadas a retrasar la fecha de su boda", añadía, orgullosa, mientras terminaban de maquillarla en un salón de belleza de Nueva Delhi.
Estos establecimientos, al igual que los servicios de "catering", las orquestas de alquiler, o los caballos y elefantes que los más tradicionales y adinerados siguen utilizando en la ceremonia, funcionan estos días a pleno rendimiento y en muchos casos no pueden dar abasto a todas las peticiones.
Es tal el número de bodas celebrado en este mes, que los modernos "cupidos", como los servicios matrimoniales por Internet "Shaadi" o "Indiamatch", se temen que cuando acabe esta época tan propicia su número de abonados descenderá notablemente, al igual que ocurre cada año después del "mejor día".
Aunque en la India moderna y urbana las costumbres más típicas se han transformado, la mayoría de las familias aspira a consumar una boda "pucca" ("como debe ser") que sirva para subrayar la importancia de la ocasión y, de paso, mostrar a todos los invitados su aprecio agasajándoles.
Durante tres días se baila al son de los últimos éxitos de "Bollywood" o de la música "bhangra" (un ritmo típico punjabí muy popular), se comen dulces sin parar, se comparten los buenos deseos y tal vez se planean futuras bodas y alianzas entre las familias.
La jornada más importante, sin embargo, es el día en que los novios se presentan juntos ante todos los invitados y hacen pública su unión.
Previamente, el novio habrá llegado en una carroza, un elefante, un caballo o en el menos romántico de los casos en un coche decorado con guirnaldas florales y casi siempre escoltado por una comparsa de músicos y lámparas portadas por niños.
Su futura esposa le espera vestida con una "lenenga" (falda) o un sari ricamente decorado y en el que predomina el color rojo, y luciendo además tatuajes de henna con dibujos alusivos a detalles de su vida o su familia.
Por supuesto, llevará encima todas las joyas que sus familiares y sus amigos más íntimos le hayan regalado, incluyendo un aro en la nariz y anillos en todos sus dedos, también los de los pies.
Ambos entonces son rociados por una pasta de sándalo y aceite, para que su piel sea más suave y aromática, mientras se recitan "mantras".
Se trata de un gran acto social, según casi todos el más importante de su vida, donde la ceremonia y la religión juegan un papel fundamental, aunque a veces sea la parte más aburrida y agotadora: "La ceremonia dura demasiado, es aburrida y los novios le dicen al sacerdote que la acorte" se quejaba la joven Surjit.
Al acabar todo, y si los astrólogos no se han equivocado, habrán nacido miles de familias bajo el mejor de los augurios, y otras tendrán que conformarse con celebrar su boda otro día, bajo otra luna, pero seguramente igual de enamorados.
