Belén es una de las ciudades más afectadas por la emigración y sus habitantes cristianos hace años que abandonaron sus casas y tierras en busca de una vida más segura.
EFE
Jerusalén.- El cristianismo en Tierra Santa está en peligro de extinción debido a la progresiva reducción de la comunidad palestina cristiana, producto de la emigración, los matrimonios mixtos y las presiones a las que se ven sometidos los miembros de esta minoría en Cisjordania y Gaza.
?Paradójicamente, en la tierra por la que caminó Jesús, los palestinos cristianos se enfrentan a la extinción?, asegura Bernard Sabella, diputado por Al Fatah en la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y directivo del Comité Cristiano Internacional.
En una entrevista que concedió con motivo de la Navidad, el parlamentario, que ocupa uno de los seis asientos reservados para la comunidad cristiana en el Consejo Legislativo Palestino (CLP), sostiene que del medio millón de palestinos cristianos que hay en el mundo, sólo 170 mil viven en Tierra Santa, y su número se reduce año tras año.
De éstos, sólo entre 45 mil y 50 mil viven en los territorios palestinos, donde representan un 1.5 por ciento de la población. El resto están en Israel y Jordania, que también forman parte de la diócesis de Tierra Santa.
Sabella ve en el histórico conflicto palestino-israelí una de las principales razones que afecta a la emigración de los cristianos.
?Es importante hallar una salida porque no podemos continuar por este camino, necesitamos estabilizar la situación?, afirma en relación a la urgente necesidad de paz en la región.
SIN ESPERANZAS
Y explica que el conflicto hace mella en la población, elimina las posibilidades de desarrollo y destruye cualquier esperanza para los jóvenes, que, en busca de un futuro mejor, abandonan la zona.
?Queremos recibir el peregrinaje, queremos que caiga el muro (de Israel), pero todo eso no será posible sin estabilidad política, sin una paz?, sostiene.
Alrededor de la mitad de los cristianos palestinos se concentra en la zona de Belén, tanto en la ciudad misma (unos siete mil de un total de 21 mil) como en las localidades vecinas de Beit Yala (seis mil 500 de diez mil) y Beit Sahour (siete mil de nueve mil).
El distrito de Belén es uno de los más afectados por la emigración, y sus habitantes cristianos hace ya decenas de años que abandonaron sus casas y tierras en busca de una vida más segura, muchos de ellos hacia Latinoamérica. En Chile, por ejemplo, se concentra la mayor diáspora palestina, con unas 300 mil personas.
Según el parlamentario, los palestinos cristianos se identifican en su mayoría con el nacionalismo laico que apela a una solución del conflicto de Oriente Medio a partir de la legitimidad internacional y los derechos humanos.
?Esta tierra no pertenece a un solo pueblo, la paz sólo llegará cuando ningún grupo domine o excluya al otro, cuando el mensaje de Cristo de amor y tolerancia se oiga por Tierra Santa?, destaca.
En su mensaje de Navidad, también el patriarca latino, Michel Sabah, se refirió al problema de la emigración, y pidió a todos los cristianos ?que no abandonen sus casas? porque les necesitan.
Según el vicecustodio franciscano en Tierra Santa, el fraile Artemio Vítores, unos tres mil palestinos cristianos emigraron durante los seis años que dura la Intifada de Al Aqsa.
CAMBIO DE COSTUMBRES
Vítores también destaca la ausencia de varones, hay uno por cada tres chicas en edad casadera, lo que lleva a éstas a contraer matrimonio con musulmanes y apartarse del cristianismo porque así se lo exige la religión del marido.
Sobre las relaciones con la comunidad musulmana, que en los últimos años han tenido numerosos altibajos, Sabella está convencido que no hay una animadversión premeditada entre sus hermanos musulmanes, sino que las relaciones se ven afectadas por elementos externos.
?No se trata de un problema religioso, eso es demasiado fácil. En realidad es un problema socio-político?, asegura.
Explica que los recientes ataques de la comunidad musulmana no son particularmente dirigidos contra los cristianos por el mero hecho de ser cristianos, sino por fenómenos de carácter social que llevan a la exclusión de esa minoría.
?La palabra clave es exclusión, conforme una religión -en nuestro caso el Islam- se filtra más entre la población, el otro grupo -los cristianos- se sienten más excluidos, cuando de hecho los principios religiosos precisamente llaman a no excluir a nadie?, subraya.
Otro problema que ve el parlamentario es que debido a la situación de crisis institucional en la ANP el sistema judicial está paralizado, por lo que la impunidad alienta todo tipo de agresiones.
En los últimos tres años las autoridades cristianas en Tierra Santa han denunciado numerosos ataques verbales y físicos a jóvenes cristianas por parte de musulmanes, que les recriminan vestir de una forma que ellos consideran indecente.
