Los indigenas de la región sancionada tienen pocas opciones de trabajo
EL SIGLO DE DURANGO
MEZQUITAL, DGO.- La veda forestal aplicada en octubre de 1999 a la comunidad indígena de Santa María de Ocotán podría ampliarse de los diez a 15 años, debido a la lenta recuperación que ha tenido la zona boscosa, señaló Paulino Córdova Quiñones, delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
A pesar de la reforestación natural y programada que se lleva a cabo desde hace siete años desde la veda impuesta a la comunidad tepehuana, la renovación de la flora no se ha dado con la prontitud esperada, debido a que el área talada ya se encontraba muy afectada.
La sobreexplotación ilegal de más de 75 mil metros cúbicos de madera fue la causa de la aplicación de la veda en la comunidad citada, situación que trajo consigo la detención y encarcelación de dos ex delegados de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), por estar involucrados directamente en el delito contra la reserva forestal.
El delegado de la Profepa manifiesta que ésta es una situación difícil para los habitantes de la comunidad, ya que su principal fuente de trabajo durante muchos años ha sido el aprovechamiento forestal; no obstante, para esta institución es preferente recuperar el área devastada, pues de no ser así podría haber serias afectaciones en el entorno.
Se sabe que desde la fecha en que fue aplicada la sanción, son pocas las actividades lucrativas que los tepehuanos y demás habitantes del lugar pueden desempeñar; una de ellas es la cosecha y venta de orégano, que este año ha sido raquítica debido a la irregularidad climática que prevalece en el estado.
En Santa María de Ocotán habitan alrededor de 18 mil tepehuanos que, ante la pocas oportunidades de trabajo, algunos se han visto en la necesidad de emigrar a otras regiones del municipio, estado e incluso a los Estados Unidos.
Por otra parte, Paulino Córdova indicó que la sanción se ejerce con rigidez de manera que el castigo sea ejemplar y preventivo para quienes quieren enriquecerse aprovechando de manera ilegal los recursos naturales de Durango.
Asimismo, indicó que en el 2005, en atención a la petición de los indígenas del lugar de que la veda fuera cesada, se practicó una auditoría forestal en la zona afectada, teniendo como resultado que no se puede talar un árbol más en el área debido a que la recuperación del bosque es demasiado lenta.
La necesidad de la gente de Santa María de Ocotán es mucha; sin embargo, dejar que la zona se siga explotando sin control podría traer afecciones más serias. Por tal motivo, Córdova Quiñones advierte que es más posible prolongar la veda hasta cinco años más del tiempo establecido en un principio que aminorar la sanción.
Controlada, la tala clandestina
Declara Paulino Córdova Quiñones, delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que la tala irregular en el estado de Durango es mínima.
Para que la explotación irregular de los bosques se llegue a considerar como tala clandestina es necesario que un grupo de personas organizadas participe en los cortes, traslado, vigilancia y comercialización, además de contar con un equipo técnico y humano capaz de respaldar dicha actividad.
En Durango no existe organización delictiva con esa capacidad de operar, señaló Córdova Quiñones, añadiendo que las situaciones que más se presentan son la explotación de nivel social, como la que se registra en Felipe Carrillo Puerto, sin demeritar su peligrosidad, ya que si no se detienen a tiempo tienden a crecer.
Dijo también que no falta la gente que aprovecha ilegalmente los recursos forestales simplemente porque desconoce las leyes, aunque este caso se presenta poco.
Añadió el Delegado de la Profepa que en comparación con estados como Michoacán, México, Jalisco, Morelos y Oaxaca, la tala en Durango está controlada.
