¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines. La espada se anuncia con vivo reflejo; ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines?
Rubén Darío
Una vez resuelto el conflicto post electoral con la elección de Felipe Calderón como presidente y disipándose paulatinamente la amenaza de López Obrador, no deja de llamarme la atención el triunfalismo demostrado por el equipo de transición, quienes sin el menor recato están mostrando su revanchismo con el PRD, olvidándose de que nos guste o no existe un numerosos grupo de la población que votó por este partido y por otra parte, contradicen a su líder quien en diversos foros dice que está dispuesto al dialogo.
Por lo pronto las principales variables financieras están bajo control; tasas de interés favorables con un peso fuerte, un buen crecimiento durante el presente año aún cuando la inflación está repuntando el Banco de México ha mantenido su postura de política monetaria y no deja de advertir que el tema inflacionario es latente.
A pesar de las cuentas públicas sanas, la buena posición externa y la solidez de las instituciones, conviene recordar que seguimos a expensas de los ingresos petroleros, remesas y la dependencia de los EUA; las recientes alzas en los Fondos Federales en dicho país han reducido el diferencial en las tasas de corto plazo y los bancos centrales del mundo están restringiendo su política monetaria, lo que está afectando los mercados financieros en varios países emergentes por lo cual no debemos bajar la guardia.
Este es el panorama que tiene frente a sí Calderón, además de una endeble imagen en política exterior por los desatinos de Castañeda y Derbéz, el brutal desafío del crimen organizado a pesar de los constantes acuerdos anunciados por el presidente Fox para combatirlo y ni que decir del pésimo manejo sindical cuyos inicios del sexenio con el problema de Atenco, propició posteriormente arreglos con los sindicatos petroleros, el magisterio y falta por resolver el de los mineros.
Felipe Calderón debe tener muy claro la necesidad de lograr un verdadero consenso con todas las fuerzas del país para no caer en los mismos errores de Fox por su fobia con López Obrador y su distanciamiento del mismo PRD y PRI, recordar que una de las principales obligaciones de cualquier gobierno en el mundo es proteger a los más vulnerables y la única forma de hacerlo es con respeto al Estado de Derecho, Economía Competitiva y sobre todo generadora de empleos que permita una igualdad de oportunidades sin olvidar proporcionar la seguridad pública. Se requiere de una mayor articulación de los programas de política social, aunado a una mayor vinculación de los organismos de gobierno, tanto federales como estatales y municipales para alcanzar mejores resultados.
El combate a la pobreza no se debe medir no sólo en términos de los ingresos , sino de acceso a la salud, la educación y la obtención de servicios en general; los programas de servicio social se tienen que focalizar de acuerdo a las condiciones y requerimientos de cada región ya que como sabemos nuestro País es un mosaico de culturas y costumbres por lo que se debe evitar la contaminación política, los discursos sin compromiso y el beneficio de algunos cuantos grupos.
Hoy más que nunca el presidente tiene que rodearse de un equipo de colaboradores con capacidad humana, técnica y financiera con pleno conocimiento de las realidades socioeconómicas de nuestro país, tendrá que consultar con todas las fuerza políticas sin distingo alguno, con los sindicatos y organismos populares pero también a la dirigencia empresarial que es quien proporciona las inversiones que crean empleo y riqueza, pues sin ésta correlación de fuerzas sociales no prosperarán iniciativas ni planes nacionales; claro que todo ello no es fácil, se requiere talento, esfuerzo y sobre todo un verdadero sentido del interés nacional que demuestre que se buscó la Presidencia no sólo por el poder? Tercera llamada, tercera.
