Estamos en el umbral de otras elecciones federales en las cuales se renovará el Poder Ejecutivo, el Congreso y algunas Gubernaturas, si bien es cierto con Vicente Fox hubo un cambio muy importante que significó el parteaguas hacia una mayor democracia, pero sin lograr los cambios de fondo que requiere México.
Lo anterior dio inicio ya sea por la falta de acuerdos en un Congreso dividido o que el Presidente y sus colaboradores no supieron encontrar los caminos para concertar o al menos establecer el diálogo en busca de solucionar los grandes problemas del país, conformándonos solo con el hecho de cambiar un sistema político anacrónico y principiar con algunos cambios que nos parecen suficientes pero que en realidad solo nos llevan a un cómodo conformismo.
Hoy los candidatos a la Presidencia se preparan para convencer a los votantes sobre sus proyectos de trabajo, es curiosos observar como la historia en estos casos se repite ya que con distintos personajes se prometen o plantean el combate a la miseria, el desempleo, la mejoría en la calidad de vida, educación, salud, seguridad pública etc. es decir temas cotidianos no resueltos por lo que la conclusión es de que seguimos empantanados en los mismos problemas ancestrales del país.
Lo cierto es que gran parte de la sociedad se percata de que el sistema de gobierno en todas sus representaciones al igual que los partidos y sus representantes continúan preocupados más por la lucha del poder y no cubren las expectativas que den la confianza de que existe un buen rumbo para asegurar el bienestar de la ciudadanía; hay un ambiente de hartazgo por la mediocre actuación de una gran parte de la clase política la cual se empeña en estar preocupados solo en las descalificaciones, la presentación de delitos que en su mayoría quedan sin castigo y los diversos señalamientos negativos contra los adversarios tratando de resaltar lo más negro y escandaloso de su actuación, siendo todo esto un indicativo del pobre avance que tenemos en la democracia y falta de oficio político de quienes pretenden el poder.
Escucho y veo en programas y publicaciones diversas especiales sobre estos temas, conducidos por quienes pretenden ser ?gurus? de la problemática social y económica del País en las entrevistas a los candidatos o personajes destacados de la política, todo me parece hecho en un ambiente común, pues no encuentro sustancia en planteamientos o verdaderas soluciones y compromisos que al menos permitan al ciudadano no solo tener un criterio y opinión certera o al menos una base para posteriormente medir el cumplimiento de las promesas hechas.
Roberto Madrazo se ve como un político con mucha experiencia que sin embargo se pone en duda su verticalidad por muchos de sus propios compañeros de partido por los ataques y señalamientos que le hacen, mostrando que este partido al parecer no quiere cambiar y está dando la imagen de un resquebrajamiento en sus estructuras por lo que no hay seguridad en su plataforma de trabajo. Felipe Calderón es un panista distinguido pero a pesar de los últimos puestos que ha ocupado no tiene un carisma de líder y tampoco transmite motivación que puedan generar confianza en la solución de los problemas del País, al contrario da la apariencia de que se trata de alguien muy parecido al estilo de gobierno de Fox. Por su parte López Obrador esta atrapado en su ideología y la carga negativa de las inmoralidades de algunos de sus colaboradores lo que sus detractores han aprovechado para sembrar inquietudes que en algunos sectores de la población sientan temor sobre el rumbo que pueda tener el País por supuestas medidas populistas.
Observamos en este sentido el comportamiento de la sociedad hacia el cambio en la mayoría de los Países en América Latina, donde se han venido dando los cambios políticos pero democráticos hacia la izquierda, como es el caso de Nestor Kirchner en Argentina, Ricardo Lagos en Chile y la posible elección de Michelle Bachelet que incluso se declaró acnóstica, Lula Da Silva en Brasil, recientemente Evo Morales en Bolivia, Toledo en Perú, Chávez en Venezuela y desde luego Fidel Castro en Cuba desde hace décadas; cada uno de ellos con sus propias ideas moderadas o extremistas pero sin duda salvo Cuba demuestran una insoslayable democracia que a nosotros nos cuesta trabajo decidir.
Nuestras próximas elecciones tienen en mi concepto y sobre todo ante la real posibilidad de un Congreso dividido, como tema central el Estado de Derecho, la Civilidad y desde luego la Economía que nos permita crecer y lograr la estabilidad y mejoría de un gran segmento de la población rezagada, para poder revertir la desilusión social que existe desde hace varias décadas y que este sexenio tampoco ha podido resolver.
Necesitamos eliminar la mediocridad es necesario que si se empequeñece la política nuestra sociedad se engrandezca; México no podrá ser realmente un aís con cabida para todos si no cambia a fondo sus convicciones y conceptos establecidos; se necesitan líderes que movilicen a la gente y estimule a la población para que hasta el hombre común tenga la certeza de que se puede enaltecer y engrandecer mediante la protección de su dignidad y la imagen de todas las clases sociales.
