La perseverancia China
Al entrar en el Siglo XXI las relaciones de China con el mundo Occidental se han desarrollado con ímpetu y en el presente artículo me voy a referir exclusivamente a las relaciones con países de América Latina por las implicaciones especiales con nuestro país pues es indudable la afluencia de los representantes al mas alto nivel de China en los diferentes sectores políticos y económicos hacia estas latitudes, en donde se continúa gestando una especie de furor por todo lo chino.
A partir de la fundación de la República Popular China en 1949 se mantuvieron relaciones diplomáticas únicamente con Taiwán por no reconocer a la Nueva China; a partir de la década de los 50s, China comenzó el intercambio comercial y económico no oficial, o semioficial con América Latina; en la década de los 60, es notorio la intervención de China principalmente por su apoyo al gobierno Cubano y a finales de la década de los 70, China empezó a aplicar una política de apertura hacia el resto de América Latina en particular en los 80 y 90 en donde se preocupó en hacer énfasis en sus relaciones con los principales países de la región como México, Brasil, Venezuela y Argentina otorgándose mayor importancia al desarrollo de las relaciones económicas y comerciales.
Hoy China es una amenaza y a la vez una oportunidad en donde se destaca que los Chinos han pasado a ser un pueblo de esforzados trabajadores hasta convertirse en miembros productivos y competitivos de la sociedad Latinoamericana y mundial pues se ha transformado a la condición de superpotencia; conservando las raíces maoístas con un especial ideario revolucionario se ha integrado a la sociedad moderna con un ritmo de trabajo frenético y aún cuando oficialmente ellos consideran que todavía son un país de desarrollo, esto lo hacen como una estrategia para evitar que el resto del mundo vea a China como una amenaza que pueda significar un peligro de todo tipo.
Un amplio estudio del Banco de Inversiones Goldman Sachs, titulado ?una mirada realista a las relaciones comerciales entre América Latina y China? concluye que el crecimiento del comercio de América Latina con China es un fenómeno circunstancial, pero que no se traduciría en un aumento duradero de las exportaciones latinoamericanas de productos mas sofisticados porque ni las empresas ni los gobiernos de la región tienen actualmente la capacidad de aumentar sus exportaciones como para satisfacer la demanda del mercado Chino.
Para la República Popular China la presencia de sus productos en el mundo y para el caso que nos ocupa en México, su creciente penetración en el mercado, no es consecuencia de malas prácticas comerciales ya que consideran que no están subsidiando a sus empresas exportadoras y aducen que producen a precios más bajos que otros países gracias a su eficiencia.
Algunos empresarios mexicanos mencionan que no temen a la competencia en general pero en el caso particular de China, se ven atados de manos para competir.- Apuntan que el costo de producción de cualquier artículo procedente de ese lugar es un 50 por ciento más barato que en México principiando por los bajos salarios de los obreros y el apoyo que el gobierno les brinda para permitirles comercializar sus productos a precios totalmente inferiores a los que puede ofrecer la empresa mexicana.
La recomposición de las relaciones entre Estados Unidos y China rompió el dique de contención latinoamericano abriendo paso al progresivo aumento del comercio; el éxito económico y la acelerada apertura china consolidaron su imagen como poder emergente capaz de trastocar el crecimiento económico en ALC por la inclusión de sectores empresariales nacionales ante el auge chino quienes ven en América Latina como una extensa región geográfica y una rica dotación de recursos naturales imprescindibles para sostener su acelerado crecimiento económico, prueba de ello es la creciente demanda de ese país de alimentos, petróleo, materias primas y minerales que es satisfecha por eficientes productores latinoamericanos y la pregunta es si nosotros estamos realmente preparados para hacer frente a estos retos y aprovechar también las oportunidades que está ofreciendo esta relativamente nueva superpotencia que nos permita alianzas empresariales en el contexto de una asociación estratégica basada en el intercambio económico-comercial-científico y tecnológico.
