Mientras que en los periódicos aparece la noticia, a la cual ya nos estamos acostumbrando, de que México posee los últimos lugares en nivel educativo, los padres de familia que tienen a sus hijos en escuelas privadas ponen en la balanza lo que tienen que pagar por la educación de sus hijos con el fin de asegurarles su futuro. Mientras que hay una seudo campaña de promover la lectura, los jóvenes continúan sin leer. Mientras que se exige cada vez más a las escuelas y a los maestros títulos de niveles superiores para poder seguir dedicándose a la educación, los alumnos se muestran apáticos ante el proceso y piensan que están ahí sólo para obtener un título, sin que ello presuponga aprendizaje. Mientras que el futuro se complica por no existir fuentes de trabajo, los ideólogos, o los investigadores, o los economistas no tienen la fórmula para romper el círculo vicioso. Mientras que se carece de medios para seguir impulsando las mismas instituciones educativas, o las fuentes productivas, se malgastan millones en publicidad política. Mientras que estamos ansiosos de avizorar un mejor futuro para nuestras familias, la política se ha vuelto un círculo de oportunistas sin consistencia, sin ideas, sin ideologías. Mientras que los medios tecnológicos tienen una gran evolución, los contenidos subrayan la falta de creatividad total; y mientras que los contenidos subrayan la falta de creatividad total, los medios de comunicación, no promueven ni la búsqueda de nuevos talentos o de nuevas fórmulas para mejorar el ofrecimiento de contenidos. La moda es copiar y entre más estúpido te veas copiando más pretenderás pertenecer a un mundo de glamour y de luminarias al que no perteneces.
¿Le seguimos? ¿De qué se habla en los hogares mexicanos comunes y corrientes en nuestros días? De que alejaste al niño de la computadora para que no se metiera en las páginas de sexo y se fue a ver la televisión en una telenovela de las seis de la tarde donde el personaje le dice a la chica que de una vez se acueste y se vaya desvistiendo si cree que lo va a convencer con chantaje sexual. Claro, telenovela que es un refrito de otra argentina creo, (Bety la Fea). El cerebro humano no puede producir más.
Lo bueno es que vivimos en el paraíso liberal donde la libertad aflora y uno entonces le dirá al niño, mejor vete a jugar a la computadora para que no veas la promiscuidad sexual de las telenovelas; y el niño aprenderá pronto que todo es burla. Sí, cuando en los mismos partidos políticos hay riñas internas se descubre que no hay un compromiso más que con uno mismo y las ventajas que se puedan obtener de las situaciones que se viven. Y las riñas son negocios productivos y vuelvo a la televisión y a la charla de sobremesa, ¿ya supiste? Fulanito se divorció, a fulanita la mataron, la tal por cual le va a poner una demanda al tal vividor por difamarle, o por esto o por lo otro.
Civilización, libertad, liberal, liberalismo; un futuro incierto que también tiene su contrapeso, la otra parte, el totalitarismo socialista donde se te prohíbe pensar diferente a la cabeza y donde todo mundo ha de doblegarse a los requerimientos del poder. Si no salen los planes de desarrollo, no tiene la menor importancia, si los niños no toman leche, no tiene la menor importancia, sin se sigue dependiendo, como en el caso de China, de los sistemas de producción capitalista. No tiene importancia. Si significa esquirolaje (en otras palabras si se vende más barato) para la mano de obra mexicana, no tiene la menor importancia. Y luego se va a China a traer inversión y luego hay capitalistas en China y luego, ¿ya no son comunistas? Y luego ¿qué pasó con el libro rojo de Mao?
A estas alturas uno se vuelve Joyceano, deja que sus textos sean puros estados de conciencia que no encuentran su conjunción lógica. ¿De qué platican las familias mexicanas de sobremesa? De que siempre había sospechado de que eran traficantes, de que es un buen partido para la niña porque tiene lana, de que ya no importa el amor sino la posición. ¿De qué se habla en un mundo civilizado?
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