Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Ensayo sobre la cultura / NAVIDAD

José Luis Herrera Arce

El manejo del Santa Claus, comercialmente, es sacar de su verdadero significado a una fecha que todo el mundo occidental festeja. En mis tiempos, más infantiles que juveniles, cuando cursaba la secundaria, nos dedicábamos a poner unas calcomanías en los automóviles con la leyenda: ?Navidad sin Cristo no es Navidad?. La frase no es falsa ya que precisamente la palabra significa nacimiento y el que se festeja es el del Niño Dios y dentro del pensamiento cristiano es la promesa de salvación del pecado original cometido por nuestros primeros padres, pecado del orgullo, que de alguna manera u otra seguimos cometiendo todos los hombres a todos los niveles.

Cada religión tiene sus hitos religiosos que conforman la razón de ser de los individuos y cuyo único soporte es la fe. Como la fe no se demuestra, estaría de más discutir si la creencia tiene sentido o no. Se cree y nada más, o no se cree. Lo que no se puede poner a duda es que la fecha es un hito cultural, que da sentido al año como un principio y un fin, que es lo mismo dar sentido a un lapso de nuestra vida donde, junto con el año nuevo, se hacen propósitos para mejorar y análisis de conciencia para saber sobre nuestros errores.

Religioso o no, en esta época del año se renueva el pacto de convivencia entre los hombres. Las familias se reúnen, la sensibilidad se exalta, se abate el individualismo y se piensa en los otros. Se cultiva la fantasía en los niños, es la época del año en que saben que recibirán algún presente, pero también algún tipo de fantasía se desarrolla en los adultos porque también es la época del año que se piensa en la posibilidad de la fraternidad humana.

Es la época en que posiblemente se piense en hacer las paces y en la que nadie acepta estar fuera de casa. Por lo menos se siente feo estar fuera de casa y no con los tuyos. (Yo lo experimenté por cuestiones de trabajo). Esta palabra tuyos, cobra un sentido muy especial; no importa que haya broncas durante el resto del año, en 24 y el 25, es puente aparte que te recuerda pertenecer a un núcleo familiar que es lo mismo que recordarte pertenecer al género humano.

Es el manejo de la representación de la lucha constante del bien en contra del mal. Querámoslo o no, aquí gana el bien; no es la fatalidad trágica de los griegos sino el sentido de un final feliz para nuestras propias vidas. Un final feliz en unión. El todo es uno, convive. (En esa convivencia debería de pretenderse el bien de todos).

Las demasiadas películas estadounidenses y las pocas donde se difundan los valores propiamente cristianos, distorsionan el sentido de la Navidad. El Santa Claus ha venido a reemplazar al Niño Dios y la comercialización pretende ahogar el sentido místico de la fecha. El gordito ése, aunque me caiga simpático, olvida quien lo manda a repartir juguetes, que es lo mismo que repartir dádivas, que es lo mismo cumplir la promesa de salvación bíblica. Si repartir juguetes no es malo. El regalar es una forma de darse. Lo malo es perder el sentido del significado de regalar. Cuando tú regalas a alguien es que esa persona es importante para ti. (Hasta en el mundo comercial, regalas porque hay un lazo que te une o con tu cliente o con tu proveedor que quieres demostrar que va más allá de la relación de compra-venta). Si ya sé que eso para algunos no puede ser verdad, pero precisamente vivimos el tiempo de la fantasía, y en este tiempo, todas son posibles.

Es muy frío no tener puertos a dónde llegar en el transcurso de nuestras vidas; es muy frío olvidar el sentido del tiempo mitológico, el sentido del tiempo religioso, que es el sentido del tiempo popular, que es el sentido del tiempo humano. Hay una noche en que la familia se reúne; los que están ausentes se recuerdan, y los que están imposibilitados para estar quisieran estar. Estoy hablando de personas normales.

En estas fechas lo que importa es no saber sólo. Es tiempo de salir a los otros, olvidar el pecado del orgullo, extender la mano y decir cómo estás. Dice Dios, donde dos se reúnen en mi nombre (recuerde: Navidad nacimiento de Cristo, la fiesta es en su nombre) ahí estaré yo (el festejado).

Feliz Navidad.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 251402

elsiglo.mx