Sin ser poeta, a veces me pongo a hilar frases en formas métricas para ver qué sale. Hoy quiero compartir algún intento de poema, porque los intentos también quieren ser conocidos a sabiendas de que a lo mejor no prosperan. Simplemente es un intento inconcluso que a estas alturas no sé si continuará.
Desde el principio existe la esperanza
a pesar de los vientos que recorren
el árido contorno de su vientre;
mientras, en su interior, se gesta vida.
Desde el principio ha sido fantasiosa
olas de mares míticos se rompen
en la efigie desnuda de los cerros
donde el fósil es firma de otras eras.
Desde el principio estaba destinada
a marcar con sus pasos estas dunas;
ella supo acunar tiempos propicios
y esperar al llamado de la historia.
Paciente es el trabajo del artista
recolectan sus manos elementos,
acumula experiencias vivenciales,
cuestiona los motivos de su ser.
Todo esto se convierte en la semilla
que debe despertar hasta su tiempo
sin importar aquéllos que cruzaron
ignorando lo fértil de su tierra.
Pero alguien descubrió lo que en su vientre
se trocaba en posible realidad
y lanzó la semilla, con sus ansias,
exigiendo el derecho de vivir.
Demostró que era fértil esta tierra
desértico disfraz sólo es engaño,
brotan los surcos llenos de esperanzas
multiplican las plantas de algodón.
Hay que domesticar el bronco río
apacentar la furia del galope
volverle trote tierno entre los surcos
como un canto de cuna que adormila.
Se debe roturar con el arado
insistir en que acepte la semilla
que la vida se aferre a las entrañas
y se nutra del sueño de los hombres.
El germen de la vida respondió
y comienza la danza a desplegarse
se conviene en el tallo que soporta
la testa coronada de algodón.
Y ahí sigue. ¿Continuará? ¿Quién sabe?