EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Las fotografías del Káiser Lagerfeld son parecidas a sus diseños: modernas, radiantes, sacan lo mejor de las modelos y juegan a ?deconstruir? el cuerpo humano. Son imágenes de moda, pero también son obras artísticas en las que el juego de claroscuros, la superposición de imágenes a través de los espejos y la utilización de figuras geométricas salpicadas en todo el encuadre brindan al espectador la idea del estilo de vida que el creativo pretende inventar.
Lagerfeld comenzó en su nuevo oficio en 1987, cuando requería un fotógrafo para un catálogo de moda de Chanel. Tenía 48 años y una vitalidad parecida al estallido de un volcán.
No encontró ningún profesional cuyo trabajo se aproximara a la idea que él había concebido, así que decidió tomar él mismo las imágenes por esa única ocasión.
Complacido con el resultado y perfeccionista como reconoce ser, volvió una y otra vez a tomar fotografías hasta que descubrió en esto su segunda vocación. Siempre dispuesto a llevar las cosas hasta sus últimas consecuencias, Lagerfeld se introdujo en el mundo de la producción, se convirtió en editor e incluso compró una librería en París.
NO ES POR ABURRIMIENTO
Karl realizó la imagen de varias campañas de Chanel. Cuando los editores de algunas publicaciones (no necesariamente de moda) descubrieron el ?ojo? del diseñador, comenzaron a encargarle que tomara fotografías para sus páginas.
Así se convirtió en colaborador especial para revistas como Numéro (Italia), la alemana Vogue, la edición francesa de Elle y la versión estadounidense de Interview, donde le pidieron que tomara la portada de su número de enero de 2000 para dar la bienvenida al nuevo milenio.
El creativo dice que no entró en el mundo editorial por estar aburrido de la moda, sino porque para él se trata de una continuación, un paso lógico a seguir y, desde luego, un complemento de su tarea creativa.
De 1987 a la fecha, además de fotos de ropa ha publicado algunos libros de imágenes con distintos temas: arquitectura de arte (tiene un ejemplar que reúne desnudos artísticos vistos a través del agua y de atmósferas aéreas pintadas de diferentes colores) e hizo un estudio de la cantante Madonna, uno de los personajes que más le fascinan.
En una sesión realizada para Interview, Lagerfeld tuvo actores como Nicole Kidman, Jack Nicholson y Sienna Miller. Quería retratarlos sobre una alfombra roja, recreando el ambiente de la llegada a la entrega de los premios hollywoodenses, o los estrenos de gala en los que las calles de Los Ángeles se llenan de glamour.
Discutió y elaboró el proyecto con los editores de la revista durante dos semanas. Se trasladó a Estados Unidos con un ejército de asistentes de maquillaje, peinados, fotografías, asesores y vestuaristas. Citó a los actores a vestuario, maquillaje y peinados a las 7:00 de la mañana, cerró las avenidas angelinas para realizar sus tomas y después de un par de horas de trabajo llamó al editor de fotografía: ?Mira las primeras imágenes. No me gustan. ¿Tú cómo las ves??. Decidieron desandar el camino y comenzar desde la primera junta. ?Es importante no casarse con una sola idea. El error no está en tener un proyecto y llevarlo a cabo, sino en persistir en él aun cuando nos damos cuenta que no funcionará?.
Recientemente, ante la inminencia de su primer medio siglo en el negocio, alguien preguntó al Káiser si pensaba retirarse. Sin siquiera meditarlo, contestó: ?Madame Chanel estaba planeando una nueva colección cuando murió. Tenía 86 años y había realizado ya media docena de bocetos. Pensándolo así, a mí me queda todavía mucho tiempo de trabajo por delante.?
