Preocupa a granjeros y dueños de tierras en Texas los planes de la Casa Blanca de erigir una enorme cerca doble a lo largo de la frontera con México.
EFE
Washington.- El presidente estadounidense, George W. Bush, entiende "las sensibilidades" que despierta la construcción de una doble valla en varios tramos de la frontera con México, pero también comprende la necesidad de asegurar las fronteras.
En la conferencia de prensa diaria en la Casa Blanca, el portavoz Tony Snow indicó hoy que Bush entiende los "sentimientos" del presidente mexicano, Vicente Fox, sobre esta construcción.
Fox afirmó este jueves que el muro es una "vergüenza" para EU y "una decisión sin visión de futuro".
Además, la medida es también "una muestra, quizá, de la incapacidad de Estados Unidos de ver el asunto de la migración como un asunto de corresponsabilidad, como un asunto que corresponde a los dos países".
Snow recordó que Bush se reunirá próximamente con el presidente electo de México, Felipe Calderón.
"El presidente entiende las sensibilidades que despierta (la construcción de la valla), pero por otro lado, también comprende la necesidad de asegurar las fronteras. Ya hemos subrayado en numerosas ocasiones que habrá vallas en algunos lugares, pero también agentes patrullando, medios técnicos y vigilancia, por lo que no es sólo un muro", dijo Snow.
A su vez, el portavoz de la Casa Blanca subrayó el hecho de que tanto México como EU colaboran en el esfuerzo para luchar contra los cruces de ilegales y el tráfico de drogas en la frontera.
Los países son libres para expresar sus opiniones sobre "lo que hacemos y sus diferencias con nosotros en varios asuntos. Eso no quiere decir que ya no son aliados apreciados", agregó.
El presidente estadounidense firmó este jueves la ley que estipula la construcción de una doble valla de más de 1.126 kilómetros de largo, además de barreras para vehículos y puntos de control, y el uso de alta tecnología militar para la vigilancia en la frontera con México.
Construir el muro costará entre dos mil y nueve mil millones de dólares, según distintos cálculos.
Preocupados
Durante años, granjeros y otros dueños de tierras en Texas han exigido al gobierno federal que haga más por frenar el flujo de inmigrantes ilegales al estado. Pero los planes de la Casa Blanca de erigir una enorme cerca doble a lo largo de la frontera con México ha dejado a muchos de ellos preocupados por los efectos en sus negocios.
En Brownsville, donde los campos de habas, limas y pimiento jalapeño llegan hasta la ribera del Río Grande, el granjero Fermín Leal se pregunta si el gobierno planea dividir sus tierras, instalar tuberías de regadío bajo la cerca o comprar su propiedad.
"La mayor parte de nuestra propiedad llega hasta lo que se supone que sea la frontera, y nosotros necesitamos acceso al agua del río", dijo Leal.
El jueves, el presidente George W. Bush firmó una Ley para erigir más cercas en la frontera para protegerla de inmigrantes ilegales, narcotraficantes y terroristas. Congresistas republicanos la consideran su mayor logro en materia de inmigración. El presidente la llamó "un importante paso en los esfuerzos de nuestra nación por proteger nuestras fronteras".
"No va a dar resultado en Texas", dijo Michael Vickers, que tiene una granja de ganado en la frontera. "¿Quién quiere cerrar el río. El río es el alimento de muchas ciudades".
Vickers dijo que le preocupa que su tierra quede aislada del resto del estado y el país o que él vaya a perder acceso a unas 20 hectáreas de derechos de agua que tiene.
"Yo estaría entre dos países", dijo.
La ruta exacta que tendría la cerca no es conocida, ni tampoco su apariencia cuán alta, si será un muro de concreto o barras de metal.
Pero gran parte de las tierras en la parte fronteriza de Texas son privadas, algunas desde la época en que España era la metrópolis colonial. El pago inicial de mil 200 millones de dólares por el Gobierno para la erección de la cerca es apenas una fracción del costo estimado, que incluirá los gastos de compensación a los dueños de tierras por cualquier confiscación.
