Ann Arbor (EU), (EFE).- Casi la mitad de los ancianos viudos en EU tienen sólo unos pocos síntomas de aflicción seis meses después del fallecimiento de su pareja, según un estudio de la Universidad de Michigan.
Este fenómeno, detectado en un análisis llevado a cabo por años entre mil 500 viudos y viudas mayores de 65 años, pone en tela de juicio las creencias tradicionales de que el luto se mantiene de forma prolongada.
El estudio, financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento, observó también la calidad del matrimonio de quienes tomaron parte en la investigación.
Los expertos que realizaron el estudio examinaron además las relaciones dentro del matrimonio y las reacciones de la pareja hasta cuatro años después de la muerte de uno de los cónyuges.
Los resultados de la investigación figuran en el libro "Spousal Bereavement in Late Life" (Sufrimiento por enviudar en la vejez), y ofrece un panorama sobre la situación de los ancianos viudos en EU.
Se calcula que más de 900 mil adultos pierden a su pareja cada año, de los cuales el 75 por ciento es mayor de 65 años.
"Hasta hace poco, los investigadores de la salud mental suponían que personas con mínimas señales de tristeza vivían en la negación, que tenían distancia emocional o carecían de una conexión cercana a su cónyuge", dijo Deborah Carr, socióloga de la Universidad Rutgers, de Nueva Jersey, y principal autora del estudio.
Sin embargo, un 46 por ciento de los viudos que participaron expresaron que tuvieron matrimonios satisfactorios.
Estas personas consideraron que la vida había sido justa, y aceptaban la muerte como algo natural.
Tras la muerte de sus cónyuges, numerosos viudos y viudas aseguraron que encontraron un gran consuelo en sus recuerdos.
Los descubrimientos del análisis arrojan una evidencia sólida de que los hombres y mujeres que muestran esta fortaleza durante el período de duelo, reaccionan de manera sana a la muerte de su pareja.
Según Randolph Nesse, del Instituto de Investigación Social, de la Universidad de Michigan, cerca del 16 por ciento de los cónyuges que sufren la pérdida de su pareja viven una tristeza crónica.
No padecían de depresión antes del fallecimiento de su cónyuge, pero mostraron altos niveles de decaimiento entre seis y 18 meses después de esa muerte.
Quienes padecían de aflicción crónica, pese a que tuvieron gran satisfacción en su matrimonio, tenían también una tendencia a ser muy dependientes de su cónyuge, dice el estudio.
El 11 por ciento de hombres y mujeres observados tenían altos niveles de depresión seis meses después de la pérdida, pero niveles muchos más bajos 18 meses después.
Alrededor del diez por ciento tenía depresión antes de la muerte de su cónyuge pero, a manera de alivio, expresaron tener mucho menos depresión después del fallecimiento.
Este grupo tenía una perspectiva negativa y ambivalente de su matrimonio antes de la muerte de su cónyuge, y una percepción oscura del mundo, dijeron los especialistas.
"Estas son personas que se sentían atrapadas en un mal matrimonio... por lo que el enviudar les ofreció un alivio y escape", señaló Carr.