EL UNIVERSAL-AEE
WASHINGTON, EU.- La reforma migratoria que defiende el presidente de EU, George W. Bush, y su plan de trabajadores huéspedes no es suficiente para los inmigrantes que protestan en todo el país y que protagonizaron una ?megamarcha? en Los Ángeles.
?EU es una nación de inmigrantes pero también somos una nación de leyes?, dijo ayer Bush en su habitual discurso radiofónico de los sábados y en un nuevo intento de aplacar los ánimos ante el polémico debate sobre inmigración que se iniciará mañana lunes en el Senado.
Es un debate que el propio Bush califica de ?emotivo? y que no sólo ha provocado las protestas de los inmigrantes que viven en Estados Unidos (EU), en su mayoría hispanos, sino que también ha generado divisiones en la clase política, incluso en las filas republicanas.
El presidente quiere que la discusión se haga de forma civilizada, sin enfrentamientos ni tensiones, y que tenga en cuenta el programa de trabajadores huéspedes que defiende su Administración, como medida destinada a aliviar la presión en las fronteras.
?Una reforma de inmigración global requiere un programa de trabajadores temporales?, añadió en alusión a un plan que permitiría a los inmigrantes tener un permiso temporal para realizar los trabajos que no quieren hacer los estadounidenses y permanecer en EU de forma legal durante el tiempo en que estén haciendo ese trabajo.
Hay que tener en cuenta, añadió, que ?hay personas haciendo trabajos que no harían los estadounidenses y que están contribuyendo a la vitalidad económica de nuestro país?.
En su opinión, ?EU no tiene que elegir entre ser una sociedad acogedora y que al mismo tiempo haga que se cumplan las leyes, porque podemos ser las dos cosas al mismo tiempo?.
Esas personas han querido demostrar a la Administración estadounidense hasta qué punto es importante su contribución, con paros convocados en algunos estados del país de forma paralela a protestas multitudinarias en las que denuncian que no es suficiente el programa de trabajo temporal que les ofrece el Gobierno.
Las organizaciones de defensa de los inmigrantes, unidas a asociaciones económicas, sociales y religiosas, llevan varios días organizando manifestaciones en distintas ciudades con lemas como ?No somos el problema, somos la solución? para exigir una reforma amplia y justa.
Hoy es la ciudad de Los Ángeles el escenario elegido por miles de inmigrantes para reivindicar sus derechos. Las calles del centro de la ciudad estaban abarrotadas de manifestantes que, rodeados por una fuerte presencia policial, portaban banderas de sus países de origen y pancartas en las que se podían leer eslóganes como ?EU se hizo con los inmigrantes? o ?Por una protección igualitaria?.