EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Es normal que un menor presente conductas antisociales, donde no respeta las normas sociales ni los derechos de los demás, sin embargo, cuando persiste este comportamiento y en altos niveles, su conducta puede establecerse como problemática, señala el psicólogo, Jaime Rojas Lira.
Refiere que resulta normal que, a lo largo de su desarrollo, el niño presente estas conductas, pero es indudablemente un problema si duran más de lo esperado y ya no son parte de ?una fase?, sino que las adapta a su rutina.
Conductas antisociales son cuando el niño miente, si roba o es agresivo. En el primer caso, suele tratarse de un comportamiento derivado de un sentimiento de frustración, pues al saber que su acción no va a gustar a sus padres prefiere omitirla o diferirla. En la mayoría de las veces se debe a una imitación de los papás, a quienes observa mentir cuando no quieren hacer daño, para complacer a otros, o para llamar la atención.
Sobre el menor que roba, el psicólogo comenta que esta conducta es muy peligrosa en un niño, pues fácilmente se convierte en una costumbre, que va de tomar algún dulce hasta llevarse juguetes o los útiles escolares de sus compañeros.
Si un niño que no tiene carencias materiales roba puede tratarse de una compensación del sentimiento que tiene de abandono afectivo, por llamar la atención o incluso por agresividad, para perjudicar al dueño del objeto.
El psicólogo explica que en un menor que presenta una conducta agresiva representa, por lo general, que hay detrás una baja autoestima, y mucha angustia que no encuentra otra forma de liberación, aunque también se refiere a una imitación de lo que experimentan en el hogar.
Buscar ayuda
En el menor que miente, el psicólogo, Jaime Rojas Lira, considera conveniente buscar la forma de enseñarle sobre la importancia de ser honesto, identificar lo real de lo imaginado y sobre todo, que los padres de familia sean un buen ejemplo.
-Averiguar los motivos por los que el pequeño miente.
-El psicólogo advierte la necesidad de felicitar al niño en torno a la verdad de lo dicho.
-En el infante que roba, los papás deben actuar al observar indicios de esta conducta, hablar sobre el hecho y de cómo reparar el daño.
-De persistir esta conducta, se recomienda terapia psicológica.
-En el niño agresivo, es necesario encontrar las causas que originan esta conducta, además de educar al menor en el control de sí mismo.
FUENTE: Jaime Rojas, psicólogo