¿Solamente una turbulencia financiera pasajera?
Hemos comentado en este espacio que en el panorama macrofinanciero para este año no se avizoraban situaciones que pusieran en riesgo la estabilidad que, como resultado de las ampliamente conocidas disciplinas monetaria y fiscal, ha registrado la economía en los últimos diez años, reflejándose tal situación en los bajos niveles de tasas de interés e inflación.
En este escenario también jugaría su papel el saneamiento sui generis de las finanzas públicas, cuya problemática real y manejo eficiente, por cierto, no se puede apreciar con claridad debido a la petrolización de éstas y a incremento de la deuda pública, directa y contingente.
Y en lo que se refiere al factor político, hasta ahora no ha dejado ver su incidencia porque todavía no se tienen los resultados de las elecciones. Sobre ello las opiniones de los analistas están divididas pues algunos piensan que ?los mercados? ya descontaron este efecto independientemente de quien sea el ganador, pero otros dicen que si el triunfador del dos de julio no es del agrado de ?los mercados?, entonces puede haber turbulencias financieras.
Así las cosas en el frente interno. En lo que se refiere a lo externo habíamos comentado que solamente un ajuste abrupto de la economía estadounidense podría provocar serios problemas en nuestro paraíso financiero, el cual pondría a prueba la fortaleza del ?blindaje? que se le viene configurando desde el sexenio pasado a la economía a través de las disciplinas monetaria y financiera, así como la acumulación de reservas internacionales que ya bordan los 73 mil millones de dólares.
Pues bien, nos equivocamos ya que en los pasados días vimos, y muy posiblemente en las próximas semanas veremos, una muestra de esta posibilidad que hemos comentado. No fue un ajuste abrupto de la economía estadounidense, solamente se trato de la posibilidad de que las tasas de interés en Estados Unidos se eleven más allá de lo que los analistas y especuladores habían anticipado.
Un comentario a vuelo de pájaro de un alto funcionario de la Fed en el sentido que la inflación está llegando a niveles inquietantes, por lo que se estaría pensando en tomar medidas monetarias, fue lo que ocasionó que los mercados bursátiles reaccionaran como estampida. Así de irracional es la cosa.
Hemos comentado reiteradamente las principales características de este modelo económico de hace más de veinte años, pero quizá porque pensamos que diciembre de 1994 está muy lejos nos olvidamos de enfatizar otra de sus características: su alta dependencia de los capitales volátiles foráneos, bajo cuyo manto se oculta la fortaleza financiera de la economía.
Cierto, se habla de que ahora las condiciones y el escenario son diferentes, que la disciplina fiscal y monetaria, así como el nivel histórico de reservas, amén de un perfil favorable de la deuda externa que no se tenían en 1994, le dan una gran fortaleza a la economía.
Sin embargo, es necesario reiterar que una de las desventajas de este modelo de funcionamiento de la economía implica recurrentemente estarle jugando en el filo de la navaja a la estabilidad, porque la salida de capitales en busca de un entorno más redituable impacta en el tipo de cambio, esto a su vez el nivel de precios y tasas de interés. Esta es otra versión de los ?alfileres? de Pedro Aspe, el secretario de Hacienda de Salinas, a lo mejor los alfileres están mejor clavados o son más grandes, pero no dejan de ser tales.
Las relaciones causa-efecto entre las variables son de otra naturaleza, pero la lógica de funcionamiento del sistema sigue siendo la misma y el desenlace también puede ser el mismo: la turbulencia (que ojalá quede en eso) y la eventual salida de los capitales si esto se complica. Pues ojalá que no se presente la ocasión de que se tenga que probar la solidez del blindaje, porque definitivamente los mexicanos no están para soportar otro embate de la globalización financiera.
Hay un gran consenso de los analistas de que los llamados fundamentos reales de la economía mexicana, y mundial, no justifican el comportamiento irracional de los inversionistas, pero está es una opinión que los expertos emiten recurrentemente en cada periodo de fuerte volatilidad bursátil: no había razón para un comportamiento, pero el daño que se hace a las economías vulnerables y dependientes de los grandes centros financieros mundiales es enorme, ya que puede echar por la borda años de sacrificio que implica un ajuste y luego la tortuosa tarea de consolidar la estabilidad.
Su majestad, el capital financiero, cuya alma se encuentra en los grandes centros financieros mundiales (curiosa globalización) nuevamente enseña su cara. Los especialistas dicen que no hay nada de que preocuparse, que solamente se trato de una turbulencia provocada por el ajuste sano y natural de los mercados accionarios?pero quizá implícitamente aceptan que se trata de un ensayo para la corrección de los desequilibrios fiscal y comercial estadounidenses?que todavía no se dan.
La gran pregunta es si la economía mundial, y la mexicana por tanto, puede desarrollarse en esta dinámica. Hay tareas.