Segundo país receptor sde mexicanos; los migrantes tienen un perfil que los distingue: son jóvenes, estudiantes y clasemedieros.
EL UNIVERSAL
Madrid, España.- Aquí no hay ríos por nadar, tampoco Policía fronteriza de la que haya que huir, pero una vez que se cruza el Atlántico también las desilusiones suceden.
A diferencia de los que emigran a Estados Unidos por razones económicas, los mexicanos que llegan a España son, en su mayoría, gente de clase media o alta que van por cursos de especialización, maestrías y doctorados.
Una vez en la nación ibérica, el comentario de la mayoría de los estudiantes mexicanos es de sorpresa, al percatarse que el nivel de los cursos no es lo que esperaban, hipótesis que apoya Héctor, un mexicano dueño de un restaurante en Barcelona que ha visto llegar e irse a decenas de compatriotas, ?a veces hasta se ponen de acuerdo para decir que su master estuvo increíble cuando la realidad es que les vendieron gato por liebre?.
Los que han tenido la experiencia de estudiar en España también coinciden en otra cosa: a su regreso a México son tratados de forma distinta que el resto de los jóvenes que están en busca de un empleo, porque el apartado en su currículum que dice ?Master en Madrid? pesa mucho.
Josué Luna de 22 años fue uno de los desilusionados. Estudió durante tres años un diplomado en dirección y producción de cine en la escuela Séptima Ars de Madrid. Se fue porque creyó que el nivel académico sería mejor que en México y eligió esa escuela porque en la página de Internet se veían bien las instalaciones y además prometían financiamiento para los proyectos de cine que realizaran los alumnos; sin embargo, ?cuando llegué fue una desilusión: la escuela era pequeña, el material nunca alcanzaba para todos, el nivel académico era similar al mexicano y el financiamiento era de 250 euros para un cortometraje, con lo que podíamos hacer muy poco?, afirma.
Confiesa que lo único valioso fue la experiencia de vida. Ahora estudia el cuarto semestre de la Carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Del Valle de México. ?Mis compañeros y profesores se impresionan cuando les digo que estudié en España, pero la verdad lo que me ha abierto las puertas aquí es el ?malinchismo? mexicano y no los conocimientos que adquirí allá?.
Además, dice, ?los mexicanos no estamos hechos para exportación?, el corazón siempre gana y todos pasamos la mitad del tiempo extrañando nuestro país?.
Josué se mantuvo con 800 euros al mes, unos 11 mil 200 pesos. Pagaba 320 euros de colegiatura, 200 de renta por un cuarto y el resto lo ocupaba para comer. El dinero le era enviado por su familia desde México. Las ocasiones que intentó trabajar para ayudarse fue una misión imposible, ?los españoles se asustan y no te dan chamba porque cometen un acto ilegal?.
A Patricia Carbonell estudiar en España le sirvió para obtener un empleo en México. Ahora trabaja en una agencia inmobiliaria, es su primer trabajo y ya coordina un área de la empresa. Explica que lo consiguió por que haber estudiado en España fue un plus en su currículum. ?Metí mi petición de empleo a una página de colocación en Internet y me llamaron. Cuando me entrevistaron me di cuenta que la empresa era española y que estudiar en España fue lo que me abrió las puertas?.
Sin embargo, Patricia valora más la experiencia que lo aprendido. Hizo un semestre en la Universidad Pública de Navarra donde ?el nivel de los estudiantes y de los profesores no era mucho mejor que el de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, donde terminé mi carrera?, dice.
Para Dámaso Morales, secretario académico del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, en México los estudios en el extranjero son bien valorados, ?eso lo saben las escuelas en España por eso proliferan los master y diplomados con un nivel académico muy bajo. Hay escuelas privadas que ofrecen grandes campus por Internet y a la hora de conocerlos resultan ser una casa o un edificio, si bien les va?, dice.
Explica que el mercado académico en España tiende a aumentar, así que cada vez habrá más y más opciones de éstas y en México seguirán siendo muy bien valorados los jóvenes que tengan estudios en el extranjero.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) 85 por ciento de los mexicanos que viven en Europa es de jóvenes y estudiantes, aunque la migración mexicana todavía no es un tema que preocupe porque sólo tres por ciento es ilegal.
Empleo a la española
Del total de mexicanos que han llegado a Europa la SRE registra a 15 por ciento con intenciones de buscar trabajo y a unos mil 600 que ya viven en España y que quieren legalizarse.
?Europa tiene más caché que Estados Unidos para migrar y cuando en México se tiene que ser mesero o trabajar en telemarketing con una licenciatura, ¿por qué mejor no ser mesero en Barcelona, donde con un poco de suerte hasta te toca atender a Ronaldinho, ése es el pensamiento de muchos de los jóvenes mexicanos pero ojalá fuera así de fácil?, dice Héctor residente mexicano en Barcelona desde hace ocho años.
Asegura que este no es el camino para los jóvenes que huyen de México antes de afrontar una realidad: la falta de oportunidades.
Héctor es dueño de un restaurante de comida mexicana y dice que no es tan fácil contratar gente sin visa de trabajo. ?La multa es de seis mil euros por cada ilegal?.
Sin embargo, la gente lo intenta. ?Yo recibo correos electrónicos y llamadas desde México de jóvenes que me piden trabajo y los más aventados hasta se me aparecen aquí con mochila al hombro para ?meserearle? aunque sea 15 días y con ello conseguir más lana para quedarse?.
Héctor paga entre seis y ocho euros la hora a los mexicanos que trabajan en su restaurante. ?No tengo trabajadores sin papeles. Aquí la legislación es más rígida que en Estados Unidos, incluso es más difícil conseguir visa de trabajo?.
Como turista, dice, es difícil conseguir algo, al menos que alguien te contrate sin papeles, lo cual actualmente es muy arriesgado, no sólo por las inspecciones, sino porque el trabajador no cuenta con un seguro en caso de accidente laboral.
Aunque hay historias únicas como la de Valeria, de 27 años, que después de hacer un master en mercadotecnia en Barcelona consiguió un trabajo en un estudio de diseño gráfico en Madrid. Ahora gana unos 21 mil pesos al mes, pero asegura que no es por el sueldo por lo que vive en España sino por la calidad de vida.
?Tengo largos periodos de vacaciones y sé que si algún día necesito apoyo en momentos como embarazos o ausencias por enfermedad estarán respaldados todos mis derechos?, dice.
Reconoce que sus logros le han costado el doble de trabajo. ?Todos los que llegamos a España sufrimos al máximo por vivienda y también por trabajo, porque aquí sí le dan preferencia a los españoles?.
Asegura que el nivel de los diseñadores no es superior al mexicano, pero se considera muy afortunada de haber cumplido el sueño. ?Para nadie es fácil quedarse en Europa a trabajar y menos en algo que te guste?.