El récord de Carlos Monzón de 14 peleas exitosas aún permanecen imbatido en el historial de los pesos medianos.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Los éxitos en el terreno deportivo y las desgracias en su vida privada llevaron a inmortalizar al mejor peleador sudamericano de todos los tiempos, el gran boxeador argentino Carlos Monzón.
Apodado como la ?Escopeta?, el pampero nació un siete de agosto de 1942, quinto hijo del matrimonio formado por Amalia Ledesma y Roque Monzón en San Javier (Santa Fe), viviendo ahí los primeros años de su vida, donde comenzó su verdadera pelea, que se basaba en defenderse y subsistir a una infancia sin juguetes, de pobreza y con muchos inconvenientes.
En 1951 se mudó con toda la familia hacia el barrio Barranquita, y de chico Carlos percibía que el estudio simplemente no era lo suyo y por tal motivo dejó la escuela en tercer grado. Esto lo motivó y lo obligó a trabajar para ayudar a sus padres.
Para conseguir comida se las ingeniaba como lechero o voceador, mientras que compañeros de su edad estudiaban o se reunían para jugar. Todavía no boxeaba, pero en la vida estaba cayendo por puntos.
Buscando un camino y un rumbo dentro del pugilismo recorrió distintos gimnasios. Sus ocasionales entrenadores eran el ?Mono? Martínez y Roberto Agrafogo. Con un peso de 64 kilos disputó su primer enfrentamiento en el Pabellón de la Industria, ubicado en su ciudad, frente a José Cardozo. El resultado indicó un empate en tres asaltos y recibió un viático de 50 pesos.
Monzón necesitaba confiar en alguien y se encontró a Amílcar Brusa, con quien formó un verdadero equipo de trabajo, junto a profesionales de la talla de José Lemos, Adolfo Inocencio Robledo y Pedro Coria.
Brusa hacía las veces de entrenador, amigo y padre, un triángulo que daría muchas satisfacciones. Una derecha terrible, frío, calculador, tenaz, contundente, feroz, eran algunas de sus virtudes con las cuales demolía rivales.
El 12 de diciembre de 1962 venció por puntos en cinco asaltos a Bienvenido Cejas. Ahí culminó la etapa inicial de su carrera, porque ese fue su último combate como amateur. Había llegado el tiempo de pegar el salto al profesionalismo.
Su debut rentado se produjo en febrero de 1963, cuando venció a Ramón Montenegro, en dos episodios. Carlos trabajaba y no se guiaba por comentarios, críticas o rumores, vivía para entrenar, viajar y pelear, del tren al camión y viceversa.
La prisa era principalmente por el dinero, ya que en total realizó 22 enfrentamientos en dos años, recorriendo Posadas, Paraná, Córdoba, Buenos Aires, Reconquista y Santa Fe, su provincia natal. El récord marcó apenas tres derrotas, ante el platense Antonio Aguilar, el brasileño Felipe Cambeiro y el cordobés Alberto Massi, después de un combate parejo y durísimo.
Enfrentó a Jorge Fernández por el campeonato argentino, a quien venció de nueva cuenta por el título sudamericano. En 1970 se le dio el chance que todos esperaban, el combate con Nino Benvenuti en Roma, con una bolsa de 15 mil dólares.
El round 12 fue el de la consagración, ya que el italiano sintió el derechazo y no resistió. El santafesino alcanzaba la gloria triunfando por nocaut y se anotó como el cuarto campeón del mundo que daba el país. Comenzaría entonces un ciclo brillante y único en la historia de este deporte.
Su récord de 14 peleas exitosas aún permanece imbatido en el historial de los medianos. El 14 de junio de 1972 en París, frente al local Jean Claude Bouttier, la pasó mal en su tercera defensa, pero la energía del argentino prevaleció.
En la misma ciudad luz dos años después, chocó contra José ?Mantequilla? Nápoles, en uno de los encuentros más esperados promovido por la estrella de cine francés Alain Delon. Un nocaut técnico indicó el final en el séptimo rollo y Monzón se consolidaba en Europa.
El 30 de junio de 1977, en Montecarlo, venció por puntos en fallo unánime a Rodrigo Valdés. Sin embargo el trámite en el cuadrilátero resultó tremendamente difícil, pero la fortaleza anímica le permitió sobreponerse de una caída en el segundo round. Un rato más tarde, el argentino haría oficial su retiro.
Su vida personal
Estaba en su etapa de esplendor y el destino lo unió con la actriz Susana Giménez. Filmaron juntos, en 1974, la película ?La Mary? y comenzaron a salir. A la estrella de cine no le gustaba el boxeo y por eso rompieron.
Desde entonces comenzaron los inconvenientes entre Brusa y Monzón, ya que el campeón no demostraba ser el mismo y después de enfrentar a ?Mantequilla? Nápoles, realizó el intento inicial para abandonar el boxeo.
Viajes juntos, gastos de todo tipo, la alternativa de colgar los guantes, desacuerdos amorosos, entre otras cosas, ocupaban su mente. El retiro se produjo en 1977 y un año después por mutuo acuerdo se separó de Susana.
Sus allegados mencionaban que el alcohol y las malas compañías formaban parte de su vida. Después se casó con Alicia Muñiz y tuvieron a Maximiliano Roque. La desgracia se vivió el 14 de febrero de 1988, en Mar del Plata.
Luego de una discusión Alicia resultó muerta y Monzón fue culpado, juzgado y llevado a prisión por homicidio simple, teniendo que cumplir una pena de 11 años. Cuando estaba en la última parte de su condena y ya gozaba de libertad restringida que le permitía salir del penal, murió en un accidente automovilístico el domingo ocho de enero de 1995 en Los Cerrillos, a 40 kilómetros de Santa Fe.
En esa provincia empezó a luchar contra la adversidad, los problemas y en el mismo lugar terminó. De todas maneras fue, es y será un grande del deporte, y sobre todo del boxeo latinoamericano y mundial.
FICHA TECNICA
Nombre: Carlos Roque Monzón
Alias: Escopeta
Residencia: Santa Fe
División: Medio
Fecha Nacimiento 07/Agosto/1942
Fecha Muerte 08/Enero/1995
Edad: 52 años
Entrenador: Amílcar Brusa
Manager: Juan Carlos Lectoure
Peleas: 100
Victorias 87
KO?s 59
Derrotas: 3
Empates: 10