Cada minuto que pasa es menor la esperanza de encontrar con vida a las 65 personas atrapadas en la mina Pasta de Conchos, en San Juan de Sabinas. Sobre todo después que el secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar Sáenz, indicara que las condiciones para las labores de rescate se dificultan en la medida en que avanzan los trabajos.
Hasta el momento las cuadrillas de rescate han avanzado 680 metros en total, por lo que aún faltan mil cien para llegar al fondo de la mina. A esta situación hay que agregar el hecho de que las condiciones del aire en el interior de los túneles cada vez son más pobres en oxígeno y más cargadas de metano, lo que lo hace cada vez menos respirable.
La falta de noticias ha provocado en los familiares de los mineros que de la tristeza pasen a la desesperación y encaren a las autoridades federales. Sin embargo, hoy el enojo poco a poco ha ido desapareciendo para dar paso a la resignación.
En medio de la tragedia las relaciones entre el Gobierno Federal y Estatal comienzan a tensarse. Mientras el gobernador, Humberto Moreira, inmediatamente se trasladó al lugar de la tragedia, las autoridades federales, tardaron casi 48 horas en responder al llamado de auxilio. Incluso el presidente de la República, Vicente Fox, únicamente ha enviado mensajes de aliento pero nunca acudió a San Juan de Sabinas.
Hasta la mañana de ayer un equipo de técnicos estadounidenses comenzó a apoyar mediante un proceso de exploración de la calidad del aire con el uso de barrenos de servicio en la zona intermedia de la mina. De acuerdo con un representante de la empresa, la única forma en que pudo haber salvado la vida el trabajador que operaba la banda de transporte es que en el momento de la explosión no hubiera estado en su puesto de operación. Los informes golpean en el ánimo de las familias, que poco a poco experimentan la resignación y ven cómo la esperanza se extingue.