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Estancada, investigación en el caso Reyes Espino

PRIMITIVO GONZÁLEZ MURUATO

Hoy se cumple un año del asesinato del coordinador de agentes del Ministerio Público de la Federación.

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- El jueves tres de marzo de 2005, fue encontrado el cadáver de coordinador de agentes del Ministerio Público de la Federación, Jesús Reyes Espino y las investigaciones sobre el caso se encuentran como al principio; en cero.

La noche del jueves 24 de febrero del año pasado, el entonces recién nombrado coordinador de agentes del Ministerio Público de la Federación, fue ?levantado? por un comando formado por cuatro o seis personas a bordo de dos vehículos que lo interceptaron en el centro de la ciudad.

El abordaje de Reyes Espino ocurrió entre las 21:30 y 22:00 horas mientras esperaba la luz verde del semáforo de la calle Urrea, sobre la avenida Allende.

De lo poco que se conoció en su momento, es que a bordo de una camioneta Ram Charger Pick up color blanca y una camioneta cerrada tipo Suburban color dorado o café, se movilizaron los sujetos que interrumpieron el paso de Reyes Espino. Un familiar político que viajaba en otro auto avisó al hijo del funcionario sobre el incidente.

El auto del funcionario de la subdelegación de la PGR fue localizado tres horas y media después del asalto. El vehículo de lujo es un Toyota modelo 2005, color perla, que todavía contaba con permiso provisional para circular sin placas expedido en Torreón, Coahuila.

Elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) adscritos a la PGR Coahuila, fueron los primeros en ubicar el auto abandonado sobre la prolongación de la calle Independencia, en los límites de la colonia Jacobo Meyer de Torreón y Benito Juárez de Ciudad Lerdo.

Como se informó en su oportunidad, una semana después de la desaparición forzada, el cuerpo de Reyes Espino fue encontrado sin vida, estrangulado con una soga delgada y envuelto en una colchoneta azul, atado con vendas y cinta canela.

El cadáver llevaba consigo un mensaje cifrado que después de un insulto, advertía que iba a acabar con toda la gente, sin determinar identidades o grupo de los responsables o destinatarios de la misiva.

En las oficinas de la Subdelegación de la PGR sólo se informa que el caso fue atraído por las oficinas centrales de esa dependencia en la Ciudad de México.

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