EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Ellos no hablan ni escuchan, pero esto no fue un impedimento para que los alumnos del Instituto Lagunero de Audición y Lenguaje, a través de la lengua de signos, presentaran una pastorela y cantaran villancicos.
Ante un público, conformado por invitados especiales como María Luisa Berrueto de Pérez, presidenta del DIF, familiares y amigos, la hicieron de pastorcillos, ángeles y diablos, sin faltar los personajes de María y José.
Mientras los niños actuaban, María Estela Morales, coordinadora, narraba la pastorela para que los invitados pudieran comprender la historia, algo que no resultó difícil porque la expresión corporal de los pequeños fue excelente.
Emanuel Ramírez representó a un ángel dentro de la pastorela. A través de la lengua de signos, dijo que también le hubiera gustado interpretar al diablo, pero las maestras decidieron que la hiciera de bueno por los rasgos de su cara: ojos claros, cejas pobladas, y una hermosa sonrisa.
María Elena Zermeño, directora del instituto, explicó que con clases de expresión corporal, los niños pudieron actuar a pesar de que algunos son sordos, otros mudos, y hay quienes padecen ambas discapacidades.
?Ya tenemos muchos años presentando la pastorela, sólo cambiamos el tema. Para algunos es más fácil actuar, pues tienen voz pero otros no. Cada uno de ellos es diferente?.
Los niños llevaron a conocer a su público las dificultades que enfrentaron los pastores para ir a adorar a Jesús, ?a ellos les encanta actuar, cantar y bailar. No hay que olvidar que la única invalidez que existe es la del alma?.
El mensaje
La pastorela, una tradición popular arraigada entre los mexicanos, es más que una simple escenificación o espectáculo decembrino porque encierra la esencia del mensaje prodigioso del nacimiento de Cristo, la adoración del Salvador a cargo de los Reyes Magos y, principalmente, la eterna lucha entre el bien y el mal.