Washington, (Notimex).- El presidente George W. Bush urgió al Congreso a aprobar una reforma migratoria racional y humana, al reconocer que la economía de Estados Unidos "no puede funcionar" sin la mano de obra de los inmigrantes.
En su tradicional mensaje anual sobre el Estado de la Unión, Bush sostuvo que Estados Unidos requiere de un sistema migratorio que preserve las leyes, refleje los valores de los estadounidenses y sirva a los intereses de la economía.
"Escuchamos argumentos de que los inmigrantes son malos para la economía, aún cuando la economía no puede funcionar sin ellos", dijo Bush en una sesión conjunta del Congreso.
Bush, quien presentó desde enero de 2004 un plan de trabajo temporal que aún no es analizado por el Congreso, señaló en se sentido que Estados Unidos necesita de "fronteras seguras y ordenadas".
"Para cumplir esa meta, debemos tener un programa de trabajo temporal racional y humano que rechace la amnistía_ permita empleos temporales para la gente que los busca legalmente_. Y reduzca el contrabando y el crimen en la frontera", remató.
Su discurso se produce antes que el Comité Judicial del Senado inicie el proceso de debate de la reforma migratoria a finales de febrero o principios de marzo.
En diciembre pasado, la Cámara de Representantes aprobó una propuesta
autoría de los Republicanos James Sensenbrenner y Pete King que enfocó aspectos policíacos, construcción de muros y dejó fuera todo componente de trabajo temporal o regularización migratoria.
Los demócratas, que apoyan una reforma integral de la leyes de migración, incluido una ruta de legalización de inmigrantes, criticaron a la administración Bush.
"El fracaso del gobierno federal en implementar y hacer cumplir una política migratoria racional ha resultado en un parche confuso de esfuerzos estatales y locales", reaccionó en la respuesta oficial demócratas el gobernador de Virginia Tim Kaine.
"Debemos dar la bienvenida a aquellos que buscan legalmente contribuir con la familia estadunidense. Al mismo tiempo debemos asegurar que nuestros esfuerzos domésticos empiecen con acciones federales consistentes con la protección fronteriza", señaló.
En la respuesta demócrata en español, el alcalde de Los Angeles, el mexicano americano Antonio Villaraigosa, tuvo una respuesta similar.
"Los demócratas queremos una reforma completa del sistema de inmigración que respete a nuestros vecinos, que ayude a Estados Unidos ser un país más seguro y más fuerte", señaló.
Villaraigosa señaló que toda reforma migratoria debe dar "a la gente trabajadora, quienes obedecen las leyes, una mejor oportunidad para lograr el sueño americano".
Una encuesta del semanario Time divulgada el fin de semana muestra que un 61 por ciento de la población desaprueba el manejo de Bush del asunto de la inmigración ilegal y sólo un 24 por ciento lo aprueba en vísperas del inicio del debate senatorial sobre la reforma migratoria.
Bush apoya un plan de trabajo temporal de tres años con una posible renovación adicional, pero se opone de manera tajante a la posibilidad de una "amnistía" a indocumentados o de crear una ruta para la residencia y ciudadanía, como proponen los demócratas.