EL UNIVERSAL-AEE
NUEVA YORK, EU.- El actor y productor Eugenio Derbez está sentado en una banca desteñida de un pequeño teatro de Manhattan, ensayando un nuevo papel. No se trata de una actuación más de comediante, sino del rol que ha decidido desempeñar en un futuro no lejano, una vez que se retire de los escenarios: será director de teatro.
"Necesitaremos en esta mesa muchas cajas de pizza y latas de helado para que el público entienda lo deprimido que estás", le dice a Emiliano Santa Cruz, un obeso actor argentino de 31 años.
Después voltea hacia donde está sentada Mariana Buoninconti, una actriz diminuta de cabello ensortijado, para decirle que el maquillaje está demasiado recargado.
Derbez, de 46 años, llegó a Nueva York el 16 de agosto para dirigir Fraternidad, obra argentina que lo estrenará como director y que comenzará a exhibirse el cinco de septiembre próximo en el teatro de la compañía Repertorio Español, la más importante de habla hispana de la Gran Manzana.
Apenas pisó el escenario en la calle 27 y la avenida Lexington, en el midtown de Nueva York, comenzó a hacer modificaciones en el trabajo y en cosas como el nombre de la obra, que está pensando cambiar.
"Fraternidad no te dice nada y necesito que el nombre le diga algo al público", explica Derbez.
"Como actor es genial y es un director picky (quisquilloso) y en extremo exigente", dice el argentino Santa Cruz, mientras Derbez ayuda a Buoninconti a acortar el largo de su falda.
Sobre el escenario, como director de teatro, Derbez se desenvuelve con una seriedad que nada tiene que ver con los personajes de comedia que ha desempeñado por años. Cuando inició su carrera quería actuar papeles serios, pues se define como tímido y reservado.
"Ser director de teatro es algo que quiero para toda la vida", dice Derbez. "He pensado retirarme como actor en algunos años para ser director y debo iniciar el camino desde ahora", señaló.
Los últimos tres años han sido para Derbez un periodo de profundo cambio y experimentación que inició cuando decidió interrumpir varios proyectos en México y mudarse a Estados Unidos para aprender inglés y hacer teatro en Broadway.
"Ha sido una búsqueda que me obligó a dejar una situación de confort en la que se repetía un ciclo: comenzar un programa, triunfar, irme de vacaciones y volver a empezar. Me sentía estancado. Por eso decidí arriesgar todo", dice Derbez, cuando el escenario se ilumina y los actores están listos para ensayar la obra, basada en la vida de dos cuarentonas.
