Los cuatro hombres ordenados también fueron excomulgados, dijo el Vaticano.
AP
CIUDAD DEL VATICANO.-El arzobispo Emmanuel Milingo, el prelado de Zambia que causó la ira del Vaticano al casarse en el 2001, ha sido excomulgado por nuevamente desafiar la autoridad de la Iglesia al ordenar como obispos a cuatro hombres casados, dijo el Vaticano el martes.
El Vaticano expresó que Milingo fue "excomulgado automáticamente" conforme las leyes del catolicismo, ante la ordenación de los sujetos, realizada en una iglesia de Washington el domingo.
La Arquidiócesis de Washington dijo el domingo que el proceso carece de validez.
Milingo se encuentra en medio de un "progresivo y abierto alejamiento de la comunión con la Iglesia", dijo el Vaticano en un comunicado.
Los cuatro hombres dicen ser miembros de la organización denominada Sínodo de Viejas Iglesias Católicas. Fueron también excomulgados al ser ordenados, dijo el Vaticano.
En el anuncio de la excomunión, el Vaticano acusó a Milingo de "sembrar la división y la consternación entre los fieles" e indicó que se perdió la paciencia con él luego de tratar de convencerlo de que no realizara las ordenaciones.
Milingo, de 76 años, tiene una turbulenta relación con el Vaticano. En el 2001, se casó con una coreana experta en acupuntura que fue elegida para él por el reverendo Sun Myung Moon, de la Iglesia de la Unificación, en una ceremonia grupal realizada en Nueva York. Ante la solicitud del papa Juan Pablo II, unos meses después, renunció a ese matrimonio.
El año pasado, Milingo sin embargo apareció en Estados Unidos e informó que vivía con su esposa en el área de Washington, D.C.
Logró un buen número de seguidores en una iglesia donde estaba destacado, en las afueras de Roma, debido a su reputación como exorcista. Pero las autoridades católicas lo acusaron de promover las creencias indígenas africanas, al realizar exorcismos y rituales de curación multitudinarios.
El desafío presentado al ordenar a los casados al parecer fue la gota que derramó el vaso para el Vaticano.
Los prelados "de varios niveles de la Iglesia trataron en vano de ponerse en contacto con el arzobispo Milingo, para convencerlo de desistir de acciones que fomenten el escándalo, sobre todo entre los fieles que siguieron su ministerio pastoral en favor de los pobres y enfermos", dijo el Vaticano.
