México, (Notimex).- Más de un centenar de piezas originales y la recreación de entierros localizados en el centro de la Pirámide de la Luna, que corroboran que el sacrificio y la guerra tuvieron un papel importante entre los teotihuacanos, serán exhibidas, a partir del 6 de abril, en el Museo del Templo Mayor, de esta capital.
"Sacrificios de consagración en la Pirámide de la Luna" exhibirá los descubrimientos hechos en los últimos siete años por un grupo interdisciplinario de investigadores mexicanos y japoneses, que demuestran que la antigua civilización mesoamericana de Teotihuacán no era una sociedad "idílica y controlada por un Gobierno colectivo y pacifista".
El arqueólogo mexicano Rubén Cabrera, codirector del Proyecto Pirámide de la Luna, informó que los sacrificios humanos "plenamente corroborados" en excavaciones realizadas en el Templo del Quetzalcoátl y en la Pirámide de la Luna, han demostrado la importancia del sacrifico entre los pobladores de Teotihuacán.
"Antes de realizar estos trabajos -explicó- se creía y discutía la escasa existencia de sacrificios humanos en Teotihuacán porque no había evidencias en la pintura mural u otros datos iconográficos, pero ahora se corrobora lo contrario".
Cabrera, quien ha trabajado desde 1998 junto al arqueólogo japonés Saburo Sugiyama en el Proyecto Pirámide de la Luna, recordó que en 2004 se localizó en el lugar un depósito con 12 individuos atados de las manos -diez de ellos decapitados- y 43 osamentas de especies caninas, felinas y aves, al que denominaron "Entierro 6".
Con el paso de las investigaciones, agregó, se realizó la excavación de dos túneles en la estructura de la Pirámide y los investigadores han podido ubicar seis entierros más en el edificio prehispánico que, ahora se sabe con certeza, fue construido en siete fases, entre el año 100 y el 500 después de Cristo.
El enterramiento común entre los teotihuacanos, detalló Cabrera, se hacía en fosas y bultos mortuorios, fundamentalmente en posición flexionada y cuando hay un entierro extendido se corrobora con otros pues podría tratarse de personajes extranjeros porque no corresponde al patrón de enterramiento de Teotihuacan.
Por su parte, el investigador japonés Saburo Sugiyama sostuvo que el hallazgo de las osamentas demuestra que los sacrificios y el militarismo tuvieron mucha importancia en esa ciudad.
Destacó que tras concluir los trabajos de campo del Proyecto Pirámide de la Luna, se espera que en dos o tres años terminen los estudios de laboratorio, que incluyen exámenes de ADN e isótopos a los ejemplares localizados, cuyos resultados podrían ser incluidos en un libro.
Los resultados de la investigación, que patrocina el gobierno nipón, la Universidad Estatal de Arizona, la National Geographic Society y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), serán expuestos en el vestíbulo del Museo del Templo Mayor, hasta el mes de julio próximo.
Bajo la curaduría de Ximena Chávez, encargada de resguardo de bienes en el museo localizado en el Centro Histórico, la muestra "Sacrificios de consagración en la Pirámide de la Luna", incluirá 110 piezas originales encontradas en el edificio teotihuacano y una más procedente del templo de Quetzálcoatl, así como una recreación del "Entierro 6", localizado en el centro de la pirámide.
"Queremos hacer una reconstrucción de los entierros y volver a montar todos los esqueletos en las mismas posiciones en que se en encontraron, exaltando los resultados de la investigación", señaló Ximena Chávez.
Indicó que sobre un espacio cuadricular cubierto de arena, se mostrará la posición exacta en la que fueron localizadas las osamentas, con la intención de recrear el momento que los especialistas vivieron cuando localizaron el entierro.
Asimismo destaca la exhibición de una escultura antropomorfa de mosaico de piedra verde que, después de ser restaurada, luce un collar de nueve pequeñas cuentas esféricas de jade, así como la instalación de vitrinas con cuentas de hueso, collares, objetos de pedernal, jadeita, concha y cerámica, concluyó.
